• 30/01/2024 09:57

Escenario de una victoria de Trump para Panamá

Una victoria de Trump en Estados Unidos cambiaría el panorama nacional e internacional significativamente. Él y su grupo de apoyo han fortalecido una ideología conservadora, nacionalista y aislacionista, que busca ampliar los cambios comenzados durante su período, e introducir otros, para, según su visión, volver a hacer grande a América.

Para Trump, el país se ha debilitado producto de políticas liberales de izquierda, fruto de una agenda de corrupción del sistema y de intereses corporativos mantenida por muchos años y que ha marcado la agenda del gobierno con apoyo de los medios de comunicación, en detrimento de los ciudadanos norteamericanos, particularmente la clase obrera.

Trump ha manifestado que EE.UU. es el reflejo el de una corporación multi-divisional, donde el negocio medular (la economía norteamericana y sus trabajadores) ha estado financiando distintas unidades que no proveen rentabilidad para el país, sino para otros.

Basado en sus acciones y discursos, Trump piensa que la mentalidad liberal y globalista de muchos presidentes y grupos privados, han llevado al país a reducir el bienestar de su sociedad para maximizar las riquezas de otros.

Para él, el sistema actúa en detrimento de EE.UU., y no solo lo hace con políticas domésticas que afectan negativamente a los trabajadores, sino por medio de políticas de organizaciones internacionales y acuerdos con economías extranjeras, de las cuales él no observa un aporte positivo. Hasta ahora, Trump y sus acólitos traen una visión nacionalista extrema, que diverge marginalmente del fascismo que, según ellos, es necesario para remediar esta situación.

La narrativa populista (americana) de Trump coloca al “establishment” y al “Estado Profundo” como amenazas para los ciudadanos y trabajadores norteamericanos. En su narrativa, el llamar corruptos y traidores crea una brecha entre grupos definidos por aquellos que buscan no apoyar a los traidores y al “establecimiento de Washington” y, por ende, calificarse como verdaderos estadounidenses, y aquellos con ideología liberal, comunista y burócrata, cuyas políticas han debilitado al país. En este primer grupo se encuentran muchos jóvenes que han buscado refugio, enrolándose en programas militares.

En su segundo período, Trump ha indicado que busca limitar la inmigración, principalmente de musulmanes y personas que entran por México; flexibilizar la burocracia del gobierno liberalizando la capacidad de destituir y nombrar funcionarios; eliminar la clasificación de trans-género e instituir solo dos géneros de sexo; crear nuevas ciudades como polos de desarrollo en terrenos federales; reducir el costo de la energía para que sea la más barata

del mundo por medio de programas de incentivos para la explotación de petróleo, gas y carbón; eliminar las propuestas de Biden para adoptar vehículos eléctricos para el 2030; reformar el sistema educativo aboliendo el sistema de permanencia, adoptando una paga

por mérito y promoviendo la educación patriótica; usar la guardia nacional para fortalecer la seguridad nacional en ciudades con alto nivel de corrupción; acabar con la guerra de Ucrania; aumentar los aranceles de exportación en un 10% a todos los productos y buscar reciprocidad de otros países; limitar las importaciones esenciales de productos electrónicos, acero y farmacéuticos chinos, y fortalecer el sistema de justicia reevaluando a los jueces. Esto lo hará fortaleciendo el poder ejecutivo por medio de reformas legislativas. Sus críticos lo catalogan como autócrata, pero sus seguidores como las políticas necesarias para realizar los cambios en el sistema.

Esta visión es recibida positivamente por una amplia gama de la sociedad de EE.UU. que incluye a todas las clases sociales, y que han visto una reducción en su bienestar a través de los años. Más aún, varias de estas personas fueron negativamente impactadas, perdiendo gran parte de sus ahorros para la jubilación y apoyos para estudios, durante la crisis hipotecaria del 2009, la crisis soberana del 2010 y, más recientemente, durante la pandemia 2020. Estos eventos impactaron negativamente a los empleos y la psicología de la juventud, cuyos valores por elementos de consumo fijo tradicional como las casas y los autos son radicalmente diferentes a los tradicionales.

Al mismo tiempo estas personas han tenido que ajustarse a empleos con menor remuneración, mudarse de residencia para ajustar sus gastos y están siendo desplazadas por los avances tecnológicos y la transición energética. Muchos observan un aumento en la inmigración; aunque algunos salarios han aumentado, como los relacionados a la tecnología, hay otros que se han reducido. Por parte del partido republicano, el presidente ha obtenido más de la mitad del apoyo del Senado y de la Cámara Baja al observar el vuelco de apoyo social republicano y demócrata hacia Trump.

Luego de la pandemia, muchos movimientos laborales comenzaron a ganar fuerza cuando los empleados percibieron un desbalance entre el sacrificio que hacían y la respuesta de las empresas hacia ellos. Esta situación se agravó con el aumento en la inmigración que, en muchos casos fue, al igual que la salida de EE.UU. de Afganistán, poco planificada y en línea a reafirmar valores políticos y no estratégicos en la sociedad.

En este sentido, muchos de los ciudadanos norteamericanos que se alinean con Trump no perciben tampoco un bienestar del proceso de globalización y las políticas internacionales adoptadas por EE.UU., aunque ciertamente muchas han sido positivas para el resto del mundo.

Panamá

Aunque en el pasado ni Estados Unidos ni Trump consideraban a América Latina (LATAM) como rival económico o político o aliado estratégico, la región entra en juego por elementos geopolíticos incluyendo a Panamá, y esto cambia el panorama.

Un elemento importante en la relación Trump-LATAM, es el elemento de las materias primas para lograr la independencia económica de China, particularmente el litio y el cobre, materiales importantes para la transición energética (Triangulo de Litio en Sudamérica).

Siguiendo la forma en que el presidente Trump negocia, es muy probable que utilice aranceles, los fondos de ayuda internacional y restricciones al comercio para abrir espacios de concesiones para la explotación de minerales en la región.

Otro elemento impulsor, es el de debilitar a los gobiernos comunistas y autocráticos, particularmente Cuba, Nicaragua y Venezuela. Durante su primer período, Trump fue duro contra estos gobiernos, y no se espera que cambie si logra un segundo término, particularmente en la medida en que estos gobiernos se han alineado con países rivales.

Durante la presidencia de Biden, Nicaragua ha hecho acercamientos a China y Rusia y Venezuela a Irán y Rusia, aunque se han mejorado relativamente las relaciones entre Venezuela y EE.UU. durante la presidencia de Biden debido a la explotación de petróleo y gas. En este sentido, es alta la probabilidad de que el presidente Trump vuelva a fortalecer la línea fuerte en contra de estas naciones y que posiblemente expanda lineamientos a otros países de izquierda que queden durante el 2024 (que son casi todos).

El elemento final y estratégico en la relación Trump-LATAM, es el de contener los avances de China en la región. Aunque los avances de China en la región durante el período de Biden, se han rezagado, la narrativa de contener los avances de la potencia asiática ha aumentado. Por otro lado, no se espera mucho de las alianzas. Trump ha demostrado que él antepone sus intereses sobre aquellos de los aliados.

Trump ha demostrado que cree que las alianzas de EE.UU. han sido injustas y no piensa en América Latina como aliada, sino como una fuente de problemas migratorios. Para él, es más fácil imponerse sobre la región por medio del comercio que estableciendo alianzas.

Además, es probable, dado el aumento en el crimen organizado y narcotráfico, que establezca brazos militares que puedan apoyar a la seguridad local e influir sobre decisiones con China.

Un último elemento de política exterior que definirá la relación Trump-LATAM tiene que ver con Panamá.

Panamá tiene un valor geopolítico importante. El país es un nodo importante del comercio internacional y un punto neurálgico en las cadenas de valor estadounidense. Si algo le pasara al Canal, sea un ataque o un daño significativo, las cadenas de valor estadounidense entrarían en caos, ya que el sistema intermodal no es lo suficientemente robusto para balancear la pérdida de tránsitos por el Canal.

La narrativa reciente acerca de la sequía y las restricciones al tránsito por el Canal de Panamá han dejado un sinsabor a políticos trumpistas, quienes han comenzado a incluir narrativas negativas acerca del manejo de la vía interoceánica. Es importante también tener presente que la reducción al comercio internacional esperada en una administración de Trump impactará negativamente al conglomerado logístico nacional.

Aunque el tratado del Canal de Panamá permite el cruce expedito de naves de guerra de EE.UU. en caso de emergencia, en un período de geopolítica asumir esta seguridad es un riesgo y esto tendrá un impacto en la visión de Trump hacia Panamá. En caso de un conflicto

entre China y EE.UU. sobre Taiwán, es probable que se necesite movilizar tropas de la costaeste hacia Asia, y se debe asegurar paso expedito de tropas en detrimento de la ganancia del Canal por buques portacontenedores o aquellos con tránsitos ganados en subastas.

Esto es un riesgo geopolítico.

Un área que cae en la narrativa internacional y se alinea con la ideología de Trump es la movilización de inmigrantes a través del Tapón del Darién. En la narrativa internacional, el Tapón es un elemento importante que permite el flujo de inmigrantes hacia EE.UU., no solo de América Latina, sino de países como China, Irán, Afganistán y de países musulmanes. Ya EE.UU. ha estado apoyando con el manejo de la región y esto trae a Panamá como centro importante para la política y estrategia de Trump.

Por otro lado, el crimen organizado y el narcotráfico están avanzando en la región y Panamá no se queda atrás. Trump le ha declarado la guerra a los carteles, particularmente al de México, y no titubeará en utilizar elementos militares para controlar esta área. En varias narrativas internacionales se ha hablado de la penetración del narcotráfico en instalaciones y este es un elemento de importancia ya que coloca a Panamá en las cadenas de los carteles de México. Por otro lado, se han visto declaraciones sobre el uso del registro de naves por países como Irán.

Finalmente, Panamá se ha convertido en un punto crítico en la disputa entre EE.UU. y China.

Durante la administración Cortizo la presencia china se ha debilitado, pero no se sabe qué pasará en la próxima. Aunque EE.UU. ha colocado a Panamá en la lista de países que pueden entrar en la cadena de emiconductores, todavía no se observan avances

significativos desde ese país. Por otro lado, si Trump permite a la empresa taiwanesa TSMC establecerse en Panamá, esto tendría un impacto negativo en las relaciones con China.

Un punto adicional tiene que ver con la parte psicológica de Trump. Durante su presidencia, el presidente tuvo grandes problemas con su hotel en Panamá, y se puede decir que dejó una marca psicológica negativa con respecto a Panamá. Dado lo emocional que

ha demostrado ser el presidente, no descartamos que mirará a Panamá de una manera que no es positiva para el país.

Posibilidades

En este entorno es también probable que empresas norteamericanas busquen posicionarse en Panamá para brindar más estabilidad política y fortalecer los vínculos con EE.UU.

Recomendaciones

Uno de los aspectos más importantes del futuro panameño, en cuanto a una victoria de Trump va a ser la política exterior del país.

En los últimos años, Panamá ha avanzado en su política exterior; sin embargo, todavía no llega a los niveles estratégicos que mantenía durante la negociación de los tratados. Esta situación hace aconsejable establecer un grupo estratégico de política exterior que permita al país navegar la incertidumbre por venir.

También es importante fortalecer las alianzas comerciales y estratégicas, particularmente con la región, para evitar perder mercado ante las emergentes políticas proteccionistas.

Finalmente, hay que resolver el problema de agua y de afectaciones al tránsito por el Canal. Esto tiene un efecto multiplicador negativo hacia la competitividad del país que repercute

en menores arribos a puertos y menor volumen de transbordo, que también será afectada por la competencia regional, particularmente el nuevo puerto de Chancay en Perú.

Conclusión

La victoria de Trump en EE.UU. limitará el crecimiento económico de Panamá por la parte de la logística de la carga, si el país se mantiene sin incorporar al sector de carga internacional en sus planes de gobierno. Esto tendrá un impacto en la generación de empleo y consecuentemente, requerirá nuevas estrategias del sector financiero para inyectar liquidez al sistema y permitir a las PYMES mantener su estabilidad. Por esta razón, requiere que Panamá se fortalezca en el aspecto de política exterior.

Otra idea es la aprobación expedita de la ley de certificación de deuda Estatal, que inyecta liquidez al sistema, sin tener que endeudar al Estado. Por el lado de política exterior, es recomendable que se fortalezca a la cancillería y las embajadas, ya que cada vez será más importante el mantener vínculos con el entorno para poder desarrollar políticas coherentes, que impulsen el desarrollo nacional.

Con el aumento de importancia de la geopolítica tenemos que aunque es importante mantener el enfoque en los ciudadanos con políticas domésticas, es también importante no obviar el entorno y mantenerse proactivo en vez de reactivo.

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