El papel del 20 de noviembre en la independencia de Panamá de España

Actualizado
  • 19/11/2023 00:00
Creado
  • 19/11/2023 00:00
Al tomar José de Fábrega el liderazgo de la emancipación istmeña de los europeos, fue el 'Club Independencia', formado el 20 de noviembre, una de las piezas claves para romper el enclave español en Panamá
Cabildo de la Ciudad de Panamá en el que se llevó a cabo la proclamación oficial de la Independencia de Panamá de España el 28 de noviembre de 1821.

Panamá, la penúltima de las colonias españolas en liberarse del enclave europeo, declara su independencia de España el 28 de noviembre de 1821, más de 20 años después de que figuras como Francisco de Miranda y Simón Bolívar imaginaran al istmo como un territorio independiente al Virreinato de Nueva Granada.

A pesar de esto, Panamá no mostró señales de querer alejarse del dominio español, incluso cuando en el continente americano se libraban guerras por la libertad de las colonias desde los inicios del siglo, inspirados en revoluciones como la francesa y la de las colonias norteamericanas.

“El Istmo, al iniciarse la tercera década del siglo XIX, era casi la única colonia fiel a la realeza española y su situación entre las dos grandes masas continentales le daba un imponderable valor militar y estratégico porque su paso era necesario para controlar la rebelión de ambas Américas, la del Sur y del Centro. Panamá resultaba ser, pues, la llave militar del nuevo mundo” señala el historiador y escritor panameño, Ernesto J. Castillero R., en su libro Raíces de la Independencia de Panamá.

Aunque el istmo sí tuvo dos intentos de revolución, la primera en 1814 y la segunda en 1819. Dos años después, cuando el gobernador de Veraguas y coronel panameño, José de Fábrega reemplazaba a Juan de la Cruz Mourgeon y Achet como líder del ejército de Nueva Granada y el gobierno de Panamá, se convertiría en la figura principal de la independencia como el prócer de la misma, ganándose el título del 'Libertador del Istmo'.

José de Fábrega, militar panameño y el 'Libertador del Istmo'.

De Fábrega aprovechó la oportunidad que le dio la exitosa gesta independentista de La Villa de Los Santos, liderada por Segundo Villarreal y respaldada por pueblos como Las Tablas, Parita, Penonomé, Pesé, Natá de los Caballos, San Francisco de Veraguas y Alanje, para independizar a Panamá de la Corona Española. Incluso, el coronel escribió a Simón Bolívar para notificarle del inicio del movimiento panameño por su emancipación.

“Excelentísimo Señor: 'Tengo la alta complacencia de comunicar a V.E. la plausible nueva de haberse decidido el Istmo por la independencia del dominio español. La villa de los Santos, de la compresión de esta Provincia, fue el primer pueblo que pronunció con entusiasmo el sagrado nombre de Libertad y enseguida casi todos los demás pueblos imitaron su glorioso ejemplo'”, dice una de las cartas del militar panameño al 'Libertador', después de que la noticia de la liberación de La Villa llegara a la ciudad capital.

El 'Club Independencia'

El 20 de noviembre se convierte en una fecha clave para lograr la unanimidad del istmo, pues José de Fábrega reúne en su propia casa a quienes ya había identificado como los simpatizantes del movimiento independentista, entre estos, miembros de las fuerzas policiales, civiles e incluso personas de la comunidad eclesiástica, casi todos pertenecientes a la élite criolla.

Acta de Independencia de Panamá de España, del 28 de noviembre de 1821

A diferencia del resto de las independencias latinoamericanas, la emancipación panameña fue menos bélica, sin embargo, contó con gran coordinación de las élites para llevar a cabo este cometido. En Raíces de la Independencia de Panamá, Castillero se refiere a este grupo como 'Club Independencia', pues llevaron a cabo actividades con el fin de liberar al país de manera silenciosa.

Durante la reunión del 20 de noviembre se propuso la acción coordinada de la revolución mediante la consulta popular, sin embargo, contando con que las autoridades españolas se resistirían a culturizar movimiento de independencia, acordar comenzar la deserción en filas del elemento militar, para conformar su propio ejército en temor de que la represalia de los europeos. Este se constituyó de manera incipiente, con palos, piedras y algunos mosquetes y fusiles, dispuestos a asegurar la independencia del Istmo.

Con el apoyo de la Iglesia Católica y sus fondos monetarios, el 'Club Independencia' sobornó a las autoridades de Nueva Granada y de esta manera fue que el ejército español quedó con apenas soldados para mantener el servicio en las cárceles y cuarteles militares.

"Los conspiradores capitalinos se entusiasmaron más y se prepararon a precipitar los acontecimientos de la capital, sabiéndose apoyados firmemente por los republicanos del interior, campaña que intensificaron por medio de los distinguidos caballeros don Blas, don Gaspar y don Mariano Arosemena, de familia prominente de la ciudad, quienes sufragaban de sus fortunas privadas los gastos del soborno. Don Blas se encargó también de organizar milicias con los soldados desertores y los voluntarios del interior que logró enganchar y en cumplimiento de su cometido para Los Santos, centro natural de la revolución independentista”, destacó Castillero.

Otra de las comisiones bajo este club, compuesta por José Vallarino, José Antonio Cerda, Manuel María Ayala, José María Herrera y otros, se encargó de instruir al pueblo sobre los acontecimientos y la gesta patriótica mediante la organización de asociaciones nacionales bajo la dirección del 'Club Independencia', que se encontraba dirigido por los previamente mencionados y era sostenido con sus propios recursos.

No fue hasta ocho días después de la reunión en casa de José de Fábrega, que se proclamó oficialmente la independencia de España en el Cabildo de la Ciudad de Panamá. “Nos reunimos en la Casa Consistorial el Gobernador de la provincia, el Obispo diocesano, el Provisor y Vicario General, el Auditor de Guerra, la Diputación provincial, el Cabildo, el Procurador General, los empleados principales de Hacienda y los jefes militares. Un inmenso gentío se apoderó de la barra, mientras que la plaza de la Catedral estaba llena de habitantes de las dos parroquias queriendo ser testigos del acto más grandioso de la historia de la vida social del país. La Junta, antes de empezar a deliberar, pudo distinguir que la independencia y no otra cosa era nuestro anhelo. Después de profundo silencio de parte de los miembros de la reunión, pero de murmullo de la barra, se procedió a la discusión del negocio en examen. La primera proposición sometida al debate fue si se proclamaría la independencia de este Istmo del gobierno de España”, narra un testigo anónimo de los sucesos del 28 de noviembre, citado en el libro 'Raíces de la independencia de Panamá'.

Sin embargo, debido a la falta de armamento, tropas militares y con la inseguridad de ser conquistados nuevamente, Panamá es obligado a unirse a otras naciones, teniendo como opciones el Perú y la Gran Colombia, siendo esta última a la cual el istmo formaría parte hasta 1903.

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