Ideas luminarias en la educación, el legado de José Dolores Moscote

Actualizado
  • 31/03/2024 00:00
Creado
  • 30/03/2024 14:26
El maestro y jurista de origen colombiano fue una de las figuras más importantes para la formación y la enseñanza en el país durante el siglo XX, con aportes que todavía siguen en pie

“El profesor no sólo debe ser un hábil didáctico, sino un sincero creyente de que existen prácticas específicas que realizar dentro de los principios generales de una educación intelectual y que, por abrigar tal creencia, su labor en el aula de clase habrá de desenvolverse sobre muchas iniciativas y originalidad, para lograr que los alumnos se acostumbren a valerse del testimonio de sus propios sentidos; para enseñarles, de verdad”, señalaba el doctor José Dolores Moscote, en su discurso ‘Un programa de educación activa’, leído en el Aula Máxima del Instituto Nacional en 1926.

A pesar de no haber nacido en el istmo, la gran mayoría del legado del doctor Moscote está relacionada con Panamá. Desde sus aportes al sistema educativo, especialmente en el ámbito de la enseñanza en niveles superiores, hasta su rol en la formación del derecho constitucional y las leyes panameñas.

Un año antes de la separación de Panamá de Colombia, en 1902, el doctor Moscote llega a Panamá en búsqueda de nuevas oportunidades profesionales.

A los 23 años y lejos de su natal Cartagena de Indias, las primeras labores del doctor Moscote se dieron en el campo de la educación, trayectoria que más adelante le permitió ser uno de los edificadores del sistema educativo de la república, que todavía establecía las bases en este campo, destaca Eduardo Flores Castro, actual rector de la Universidad de Panamá (UP), en una columna acerca de este importante personaje panameño titulado: ‘José Dolores Moscote: forjador de la Universidad de Panamá’.

De esta manera es que inicia sus labores como profesor en la Escuela Primaria de Santa Ana hasta el año 1906. Luego, en 1909 se convierte en profesor del Instituto Nacional, en donde impartió los cursos de Cívica y moral, Psicología, Filosofía y Castellano y más tarde fue rector de este mismo plantel por seis años, periodo en el cual instituyó los Sábados Literarios. También fue vicerrector del Liceo de Panamá.

Durante su tiempo en el campo de la enseñanza, el doctor Moscote también reflexionó sobre el rol de los docentes en la vida de sus alumnos así como el deber social de los maestros y profesores con el avance y construcción de las sociedades. De esta manera llegó a conclusiones interesantes que transmitió en diferentes discursos pero que también lograron tener un impacto en quienes junto a él forjaban el sistema educativo del país.

“El educador que ama su carrera y la toma como un pretexto adecuado no sólo para ganar el pan del cuerpo sino como el medio más propicio de trabajar por aumentar el haber moral de la humanidad, es también, ante todo y por encima de todo, un hombre porque cumple la misión social única que por sí sola basta a justificar su existencia sobre la tierra”, dijo en su discurso ‘El ideal del hombre y del educador’, leído en el aula máxima del Instituto Nacional a los alumnos del 4° año normal el 27 de enero de 1914.

Según el doctor Moscote, “los mejores frutos de la escuela” no se producen cuando los educadores basan su enseñanza en los limitados programas escolares, sino cuando el educador no deja de ser hombre y rinde culto a la sinceridad y naturalidad, estimulando, por cuantos medios estén a su alcance, la irradiación de conocimiento.

“Hoy por hoy, la educación intelectual no puede darse más que dentro de los reducidos límites que una pedagogía demasiado sabia le señala. Fuera del método, todos los caminos parecen extraños. [Pero] en armonía con nuestra idiosincrasia y con nuestra manera latina de comprender las cosas, la regla posee una virtud poderosa: es no sólo la condición del orden sino al propio tiempo la condición infalible de la verdad misma”, destacó en este mismo discurso.

Junto al doctor Octavio Méndez Pereira fue fundador de la Universidad de Panamá en 1935, convirtiéndose así en el primer decano de la Facultad de Derecho. Un año después de la creación de esta institución, se le dio la distinción de Decano General, puesto que fue instaurado por la Asamblea Nacional con la finalidad de que fuera tomado por él, en atención a sus servicios a la educación panameña.

En 1956, se convirtió en el primer profesor emérito aprobado por la Universidad de Panamá, es decir, fue reconocido por sus cualidades docentes excepcionales, producción académica destacada y una contribución notable al desarrollo de la universidad.

Asimismo, como un ejemplo de la importancia que para él tenía el ejercicio del magisterio para la formación de individuos integrales y una sociedad balanceada, señaló: “Yo creo que enseñar vale más que gobernar, y que el verdadero hombre de Estado no es el que da leyes que no sirven para nada, sino el que se esfuerza por levantar la condición del hombre”.

Su trayectoria como jurista y educador le permitió ser uno de los miembros fundadores de la Academia Panameña de la Lengua y destacado miembro de la Academia Colombiana de Jurisprudencia. En vida recibió la condecoración de Vasco Núñez de Balboa y reconocimientos del gobierno de Ecuador, Venezuela y Francia, lugares en los que sus ideas también se hicieron resonar.

El doctor José Dolores Moscote falleció a la edad de 77 años en la Ciudad de Panamá, el mismo día de su cumpleaños, el 4 de abril de 1956.

José Dolores Moscote,
Educador y jurista panameño.
El educador que ama su carrera y la toma como un pretexto adecuado no sólo para ganar el pan del cuerpo sino como el medio más propicio de trabajar por aumentar el haber moral de la humanidad, es también, ante todo y por encima de todo, un hombre porque cumple la misión social única que por sí sola basta a justificar su existencia sobre la tierra”,
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