¿Podría la lucha contra
el cambio climático depender
de la inteligencia artificial?

La inteligencia artificial puede ser una fuente de grandes contribuciones en la lucha contra el cambio climático y el logro de menos emisiones de carbono, es lo que determinan instituciones como la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

Con la adaptación adecuada a las nuevas tecnologías, la inteligencia artificial podría llegar a incluso a alertar a comunidades sobre desastres inminentes. De acuerdo con la ONU, actualmente las soluciones climáticas basadas en la inteligencia artificial para países en desarrollo están en progreso.

Sin embargo, esta creencia no es nueva. Según el BCG Climate AI Survey de 2022, un 87% de los CEO con poder en las tomas de decisiones de sus empresas creen que la inteligencia artificial es una herramienta esencial para contraatacar el cambio climático.

Esta misma encuesta ve una oportunidad de valor en la inteligencia artificial para la reducción y el manejo de emisiones de dióxido de carbono (CO2). Esta tecnología es capaz de medir las transmisiones en niveles macro y micro, así como reducir los gases de efecto invernadero (GEI) y sus efectos en un 5% o 10%.

Además, la inteligencia artificial puede ser de gran ayuda para reforzar los esfuerzos en la investigación y la modelización climática. También puede ser útil en otros campos como la financiación climática, la educación climática y reconocer los cambios de comportamiento del medio ambiente a través de herramientas personalizadas.

Por su parte, diferentes industrias, incluyendo las compañías de soluciones climáticas, siguen abriendo paso al cambio que trae la inteligencia artificial. Algunos de estos avances incluyen la detección temprana de contaminación, incendios forestales e incluso patrones de inundaciones, que podrían ser útiles para predecir desastres naturales o identificar las comunidades más propensas a los efectos del cambio climático.

La inteligencia artificial puede ser aplicada para mejorar el pronóstico de peligros relacionados con el medio ambiente, especialmente para eventos regionalizados a largo plazo como el aumento del nivel del mar, huracanes, entre otros. La gestión de vulnerabilidad y exposición podría mejorar mediante el desarrollo de estas infraestructuras y así minimizar el impacto de los eventos climáticos.

En la actualidad, entidades como las Reservas de Biosfera como observatorios para la adaptación al cambio climático en África austral (Be-Resilient), utilizan la inteligencia artificial para poder medir los patrones de inundaciones en Mozambique y así disminuir el número de damnificados.

Mientras tanto, en Alemania el start-up Dryad es de gran ayuda para encontrar pequeños fuegos antes de que se vuelvan grandes incendios, utilizando sensores de inteligencia artificial para detectar gases específicos que son liberados al medio ambiente cuando se queman materiales orgánicos.

Se espera que la inteligencia artificial siga avanzando en el mundo en términos de salud, educación y cambio climático, manteniéndose a la vanguardia en este último campo, siendo una de las salidas para mitigar los efectos del cambio climático.