‘The Regime’, una probada de la nueva sátira política de MAX

Actualizado
  • 21/03/2024 00:00
Creado
  • 20/03/2024 20:48
Kate Winslet regresa al catálogo de MAX con una sátira sobre política, salud mental y paranoia en un gobierno en algún lugar de Europa. La serie promete ser única en su clase

La sátira y la política son como uña y carne en la creación de cualquier serie de televisión o película. Siempre una parte de nosotros buscará sacar a relucir lo peor de un escenario político, en medio de una comedia negra.

Esta es la base de lo que trae el guionista Will Tracy (El menú, Succession) con la nueva serie de la plataforma MAX, The Regime.

La serie limitada de seis episodios –de los cuales la mitad ya está disponible en la plataforma– sigue a la canciller Elena Vernham (Kate Winslet) en su gobierno sobre un país no identificado en Europa central, cuyo sistema gubernamental se desmorona por minutos, así como la salud emocional y mental de Elena.

En su gobierno, Elena vive a la sombra de su difunto padre, una figura de extrema autoridad que nunca pudo llegar al puesto de canciller, pero cuyo éxito en su partido de extrema derecha marcó a su hija.

Somos llevados a la realidad de burbuja de Elena en su primer episodio, donde conocemos que su extrema paranoia a contraer problemas de salud pulmonar la ha llevado a necesitar constantes chequeos de humedad y control de aire a su alrededor.

Su vida matrimonial es falsa, su visión para controlar al pueblo va más allá de ser una autoridad, sino una necesidad emocional para ellos y viceversa; además, se encuentra en una lucha constante consigo misma y sus ataques de pánico continuos.

Winslet es el nombre atractivo que une los hilos de la historia, lo que nos lleva a conocer a Elena Vernham y sus miles de problemas internos y externos. Tras los éxitos de Mare of Easttown y Mildred Pierce, en donde Winslet toma control de cada episodio con personalidades definidas para sus personajes y solidez en sus decisiones, The Regime parece un trabajo en proceso a medida que los episodios salen al aire en MAX.

Al principio conocemos a Elena a través de los ojos del coronel Zubak (Matthias Schoenaerts), un soldado con problemas de ira cuyo papel en reprimir una protesta le ha valido el desagradable apodo de ‘El carnicero’.

Como recompensa por su lealtad, Vernham convoca a Zubak al palacio y le encarga medir la humedad circundante en todo momento, siguiéndola con un dispositivo de mano como una mascota más que un guardaespaldas.

La conexión entre ambos se profundiza tras un intento de asesinato hacia Elena, lo cual crea una especie de codependencia emocional entre ambos, uno de los pilares de la trama de la serie.

Claro, la política que busca implementar Elena es importante, y sus gestos (incluyendo una especie de tic en su labio inferior cuando se siente acorralada) son ejes notorios de sus emociones y pensamientos, así como el cambio en su guardarropa y peinados, los cuales narran los cambios de mentalidad que ocurren en Elena una vez su relación con Zubak se profundiza en su forma de aplicar los principios políticos que el guardaespaldas logra integrar en su jefa.

En sus transmisiones al pueblo, la canciller es la imagen de una autoridad tranquilizadora, una madre metafórica para la nación, haciendo enfáticos recordatorios en el amor que profesa por ellos y que recibe, supuestamente, de ellos en retorno; cuando las cámaras están apagadas, inhala oxígeno de un tanque, ordena que derriben el palacio hasta los cimientos y hace que los sirvientes la lleven en un capullo transparente para no respirar “aire contaminado”.

La sátira, herramienta que a Tracy le ha funcionado en cintas como El menú y la táctica de crear un laberinto de ansiedad y burla en un mundo de poderes interconectados como en Succession, aún no se muestra claramente en The Regime.

Winslet se ve obligada a hablar más de la cuenta, con un guion pesado en diálogos y en explicaciones que parecen no darse cabida en los episodios de una hora cada uno.

La serie nos hace saber que hay complicaciones entre el gobierno “europeo” de Elena y el de Estados Unidos (por alguna razón, en el país ficticio de Elena todos hablan perfecto inglés), y que necesitamos entender cada detalle con extensas conversaciones que no llegan a un punto de equilibrio para ser graciosas o dramáticas, solo vacías y transicionales entre escena y escena.

Elena está tan ocupada persiguiendo la aprobación (de su padre muerto, de las personas bajo su gobierno, incluso del soldado inestable con el que forja una alianza) que a menudo se rehace a sí misma en el camino de una habitación a otra.

Estos cambios repentinos crean un sentimiento de latigazo ante los juegos que Elena no entiende cómo jugar, pero que redefine por sí misma, lo que captura nuestra atención lo suficiente para querer saber el desenlace de sus planes

Entre los personajes secundarios se enconden pequeñas gemas que ojalá y tomen un mayor tiempo en pantalla en la segunda mitad de los episodios de la serie; Agnes (Andrea Riseborough), una mucama que actúa como madre sustituta y una sombra que se pasea firme y vigilante tras los pasos de Elena, una confianza que se va rompiendo con cada consejo que Elena ignora, y un pasado oculto que sigue atormentado a Zubak, aún bajo el control de la canciller.

La serie no cuenta con una comedia tan directa como otras creaciones de HBO como Veep, ni con una gravitas lo suficientemente fuerte como The Crown de Netflix, para ganarse la atención de la audiencia desde el primer momento.

Por lo que Winslet lleva en sus hombros tanto el pilar emocional como la carga humorística que puede transpolarse de sus estados de pánico constantes y de las conversaciones con su equipo, así como con su esposo de catálogo, Nicky (Guillaume Gallienne).

No podemos dejar de destacar que la banda sonora de la serie está a cargo del compositor Alexandre Desplat (The Great Hotel Budapest), lo que crea algo del ambiente propicio para cada escena y nos deja saber las emociones de Elena y Zubak, aun cuando ellos mismos no pueden expresarlas.

En la mitad de la serie que aún tenemos que ver —con nuevos episodios lanzados semanalmente— será necesario que esta realce su trama y tome impulso para terminar con algo de drama o de interés por los personajes, si quiere lograr posicionarse como una de las series destacables del año.

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