Un bosque de manglares, el secreto escondido por Barro Colorado

Actualizado
  • 26/01/2024 00:00
Creado
  • 25/01/2024 22:29
El descubrimiento de madera fósil en la isla llevó a un grupo de científicos a uno de los descubrimientos más interesantes que se mantuvo fuera de vista unos 23 millones de años

El rastro de un gran bosque de manglares es el último descubrimiento que se ha hecho en la Isla Barro Colorado.

Después de que un grupo de científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI, por sus siglas en inglés) fueran sorprendidos por los vestigios que se mantuvieron escondidos por aproximadamente 23 millones de años, se empezó la investigación sobre estos manglares y su vegetación.

A pesar de que el territorio lleva unos 100 años siendo investigado por esta institución, los autores del estudio que habla sobre este descubrimiento creen que los fósiles de los árboles que solían habitar el bosque de manglares fueron pasados por desapercibidos debido a la difícil distinción de este tipo de vegetación, entre otros elementos de la isla.

“Nunca imaginamos que habría madera fósil en la Isla de Barro Colorado, nadie los había informado. [Los fósiles] Son difíciles de distinguir de cualquier otro árbol en descomposición del bosque porque parecen tocones podridos”, señaló Carlos Jaramillo, uno de los investigadores que reveló la existencia de estos árboles, al portal web sobre investigación científica, WordSideKick.com.

Por otro lado, la autora principal de esta investigación, Camila Martínez, describió el descubrimiento de los fósiles del bosque de manglares como una “gran y rara oportunidad de viajar al pasado”.

La primera vez que los investigadores descubrieron los restos del bosque de manglares fue en el año 2018, sin embargo, este hallazgo no quedó documentado hasta recientemente este año.

“El análisis sedimentológico y estratigráfico sugiere que los árboles fósiles crecieron en entornos marinos marginales y fluviales costeros y fueron enterrados bajo un flujo de lahar volcánico en un solo evento”, es lo que se mencionó en la investigación.

La misma fue lanzada en la revista científica, Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, en la que quedó publicado con el nombre ‘An early Miocene (Aquitanian) mangrove fossil forest buried by a volcanic lahar at Barro Colorado Island, Panama’.

¿Qué más se descubrió?

De acuerdo a lo que recogieron Martínez y los demás expertos del equipo de investigación, durante la época en la que el bosque de manglares todavía era visible, Panamá formaba parte de una larga y estrecha península con intensa actividad volcánica. Esta conectaba solamente con América del Norte y estaba separada de América del Sur por la vía marítima de Centroamérica.

También se identificó que al igual que los manglares de la actualidad, los árboles que encontraron preferían las aguas salobres que las aguas salinas, más saladas que los ríos, pero menos que los mares.

Se calcula que los árboles del bosque escondido tenían alturas desde 25 metros hasta 40 metros de alto, muy diferente a la vegetación en los manglares actuales, que solo logra alcanzar unos 13 metros.

Durante la investigación, el equipo localizó un total de 121 ejemplares de madera fósil, que luego denominaron como Sonneratioxylon barrocoloradoensis, según indicaron en el estudio.

“La anatomía de la madera indica que la mayoría de los especímenes identificables pertenecían al mismo morfotipo, que tiene rasgos anatómicos similares a Sonneratia, un árbol de mangle originario del sudeste asiático. A este morfotipo lo denominamos como una nueva especie fósil: Sonneratioxylon barrocoloradoensis”, indicaron los investigadores.

Más de 100 años en Barro Colorado

El año pasado el STRI cumplió 100 años de iniciar investigaciones en la Isla de Barro Colorado, que se convirtió en el bosque tropical más estudiado de forma continua en el mundo.

“Casi 100 años de ciencia en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá informan de las acciones urgentes que se necesitan para alejar al mundo de las crisis del clima y de la biodiversidad. El asombro que sienten todos los estudiantes, visitantes y científicos cuando visitan el bosque nos da la esperanza de que, al fomentar la ciencia internacional a largo plazo, la gente se unirá para cuidar la vida en los trópicos. Agradecemos al gobierno panameño y al pueblo de Panamá por su activa participación que hace que este experimento de diplomacia científica siga siendo un éxito”, dijo Joshua Tewksbury del STRI.

Los 100 años de investigación en la isla fueron celebrados en abril del año pasado con la primera exposición bilingüe del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian en Washington, D.C., ‘Isla Barro Colorado: 100 años de descubrimientos y maravillas’, en la que se repasaba la historia de investigaciones en el territorio así como todos los grandes descubrimientos que provienen de Barro Colorado.

Esta exhibición también tuvo lugar en el National Mall de Estados Unidos y en el Museo del Canal Interoceánico con una exposición ampliada.

Actualmente, El STRI mantiene las investigaciones en Barro Colorado para conocer más sobre los ecosistemas, la vegetación y las especies animales que habitan esta isla.

El instituto es la principal fuente mundial de conocimientos sobre los bosques tropicales y un lugar de formación para biólogos tropicales de Panamá y de todo el mundo con casi 400 panameños que laboran de forma permanente en las investigaciones.

Calos Jaramillo,
Investigador y científico.
Nunca imaginamos que habría madera fósil en la Isla de Barro Colorado, nadie los había informado. [Los fósiles] Son difíciles de distinguir de cualquier otro árbol en descomposición del bosque porque parecen tocones podridos”,
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