La Ciudad de Saber conmemoró su vigésimo quinto aniversario de fundación con una siembra de banderas en el área de Clayton.
- 27/02/2024 00:00
- 26/02/2024 16:37
Tener en casa una mascota como un perro o un gato requiere de tiempo y cuidado. Aunque un felino es bastante independiente, un gecko leopardo o una tarántula necesitan aún más. Estas dos últimas especies son una opción para tener una mascota en el hogar.
En general, cualquier reptil es visto como una mascota rara, pero por decir alguna especie de serpientes como la pitón verde arborícola, o varano, son mascotas menos comunes, porque se necesita mayor experiencia en su cuidado y requerimientos en cautiverio, incluso para su manejo. Quizás otras opciones como tarántulas o escorpiones también son vistos como mascotas muy raras, agregó John Cleghorn, propietario de Panamá Reptiles a La Estrella de Panamá.
Entre los reptiles que más adquieren las personas para tener como mascota, están los geckos leopardo, dragón barbudo, camaleones y pitón bola, de hecho no solo en Panamá, sino en el mundo (...) “Los reptiles brindan una alternativa distinta para quienes quieren una mascota y no tienen tiempo para sacarla a pasear o tener el contacto diario, que son requerimientos básicos de una mascota tradicional, como un perro o un gato. En el caso de los reptiles, no necesitan la interacción humana, y pueden brindar el mismo sentimiento que cualquier otra mascota, al menos yo, no imagino mi vida sin estos ‘bichos”, asegura Cleghorn.
En su emprendimiento Panamá Reptiles ofrece una amplia variedad de animales que pueden servir de compañía en el hogar. “Tenemos gran variedad de opciones de reptiles como mascota, ejemplares muy fáciles de mantener y funcionan bien para principiantes en el cuidado de reptiles. Otros intermedios, y algunas especies que requieren más experiencia para mantenerlas en cautiverio”, explicó Cleghorn, quien cuenta con 15 años de experiencia profesional.
“En febrero de 2009 [Panamá Reptiles] se formalizó como empresa legalmente; fue difícil iniciar un negocio siendo joven, sin dinero y sin mucha idea de cómo hacer las cosas, para ser sincero. Ha sido un largo camino y este año se cumplen 15 años ya”, reconoce. Una iguana realmente me cambió la vida, me hizo querer estudiar biología, me convirtió en un apasionado por los reptiles, me llevó a crear una fundación para protegerlos, me formó para estudiarlos como profesional, [ya que] trabajo con serpientes venenosas y escorpiones en la Universidad de Panamá. Aquí estoy, no solo con un negocio relacionado con la cría de reptiles, sino educando, estudiando, aprendiendo y compartiendo mi pasión con el mundo”, agrega.
Todo lo que hace en Panamá Reptiles es legal y autorizado por el Ministerio de Ambiente, enfatizó el biólogo de profesión. Se debe hacer una aclaración sobre los tipos de especies, indicó Cleghorn, ya que la especie silvestre es aquella que es nativa o habita en el país en donde está, como serían, por ejemplo, las iguanas y boas. Mientras que una especie exótica es aquella que no es originaria del país, como las pitones o camaleones. “Dicho esto, mantenemos de ambas” especies en Panamá Reptiles.
El biólogo con especialidad animal comentó que los cuidados que involucran el tener las especies incluye desde los terrarios —instalación adecuada para mantener vivos y en las mejores condiciones ciertos animales—, hasta la dieta, y el tiempo que se le dedica a cada una varía muchísimo. “Por eso siempre digo que hay que leer e instruirse bastante antes de pensar en adquirir una mascota como esta, pues es un compromiso para toda la vida del ejemplar e incluso nuestra, porque hay reptiles muy longevos, como algunas especies de pitones que pueden vivir más de 40 años, tortugas más de 50 y geckos, más de 20, entonces literalmente son compañeros de vida”. Cualquier persona podría adquirir una especie, sin embargo, “como mencionamos anteriormente, no todas las especies son para todo el mundo”.
La comercialización de las especies exóticas no es bien vista, ya que muchos aducen que esto puede traer un desequilibrio y también puede incitar la extracción de especies. Sobre este tema, Cleghorn manifestó entender “bien el problema de las especies invasoras y los problemas que pueden causar a la fauna nativa, y justo por esta razón he sido responsable en lo que se importa al país, al menos Panamá Reptiles”.
“Distinto a lo que se piensa, los reptiles que se comercializan popularmente es muy, pero muy poco probable que se puedan convertir en una especie invasora, ya que, por ejemplo, un gecko leopardo es originario de oriente medio, de zonas muy áridas/semidesérticas, entonces es casi imposible que puedan adaptarse al clima tropical húmedo de Panamá, de hecho no está reportada como especie invasora en ningún lugar del mundo, y hablamos de uno de los reptiles más criados en cautiverio como mascota. Sucede lo mismo con la mayoría de especies, en el caso de pitones solo se comercializan de un solo sexo (machos), así se evita su reproducción en cautiverio sin los permisos necesarios. Aparte de que las mutaciones de coloración dificultan aún más su sobrevivencia en el medio silvestre. En Panamá Reptiles se les colocan microchips a todas las serpientes que ofrecemos, con esto podemos tener una trazabilidad de los ejemplares que tiene cada persona”.
Por otra parte, añadió, “la cría en cautiverio es una forma directa de combatir el tráfico ilegal y la extracción de animales del medio silvestre, pues hay una oferta legal y más económica que hace menos atractiva o rentable la extracción de animales del medio silvestre. Irónicamente causan más problemas animales considerados domésticos y ferales a la fauna nativa, pero por la cercanía de esas especies es un tema delicado de abordar”.
John Cleghorn cuenta con sus propias mascotas, pues muchas de ellas tienen más de 10 o 15 años con él, lastimosamente, cuenta, sus primeras iguanas ya no están en este mundo, sin embargo, mantiene en casa distintas especies, entre varanos, geckos y serpientes.
El biólogo cuenta con su propia oenegé, la Fundación No al Machete. Esta nace de la frustración de Cleghorn al recibir diariamente fotos de serpientes macheteadas con la clásica pregunta “¿era venenosa?”. “Para qué preguntan luego de haberla matado”, criticó. “Pensando en qué hacer para crear conciencia y llegar a más personas nació la idea de la fundación. Nos dedicamos a realizar rescate y liberación de reptiles. También educación ambiental, capacitación en manejo de fauna, proteger y educar sobre la importancia de los reptiles en general”.
Entre los principales peligros que tienen las serpientes en Panamá está precisamente el de los machetazos que reciben diariamente. “Conocemos muy poco sobre el estado de las poblaciones silvestres, entonces no está claro el impacto real de las actividades humanas hacia estos animales, incluyendo la pérdida de hábitat, de presas naturales, y por supuesto la muerte de manera directa por la mano del hombre. Creo que la única manera es la educación, es triste que en un país tropical como Panamá, con la biodiversidad tan hermosa que tenemos, tengamos tan poca cultura sobre el medio ambiente y las carencias en todos los niveles educativos. Creo que se debe hacer más hincapié en los periodos académicos tempranos”.
Los rescates normalmente no se cobran, porque la gente prefiere meterle un machetazo que pagar para salvar una serpiente, y el resto de fondos vienen de Panamá Reptiles para cubrir las operaciones de la fundación. “Estaremos en Megamall el 23 de marzo, y el 24 de marzo en la Feria Internacional de Azuero. Y lo diré aquí como primicia, estamos planeando celebrar los 15 años de Candy, nuestra serpiente más grande, pero eso será para la segunda mitad del año, así que pendientes a nuestras redes sociales”, concluyó.