La tarde en que las polleras engalanaron Las Tablas

Actualizado
  • 13/01/2014 15:49
Creado
  • 13/01/2014 15:49
En medio del calor que generaba el sol brillante que iluminaba la ciudad de Las Tablas, miles de personas a las 3:00 de la tarde estaba...

En medio del calor que generaba el sol brillante que iluminaba la ciudad de Las Tablas, miles de personas a las 3:00 de la tarde estaban en las calles a la espera del "Desfile de las mil polleras", un evento cultural que reúne a distintas personas que vestidos con el traje típico nacional pasean al son de gritos, tambores y murgas por las principales avenidas de la capital de la provincia de Los Santos.

El sonido de un violín que tocaba un hombre de más de 70 años, era una de las atracciones antes de comenzar el desfile. Los visitantes que pasaban a su lado se detenían para observar la magia de su música y con cada nota hacía bailar a quien se dejaba contagiaba por la canción.

En otra esquina los participantes del desfile calentaban motores. Gritó una empollerada, "donde está el tambor que quiero cantar tamborito", en ese instante llegaba un hombre con montuno y con tambor al hombro comenzaba la tonada.

LLegaba las 4:30 de la tarde y sin previo aviso a los visitantes comenzaba el desfile, encabezaba la celebración el presentador de televisión Fernando Correa, acompañado por diputados y amigos que sonreían a las cámaras y hablaban sobre el momento.

Luego que el abanderado (Fernando Correa) abrió el desfile, empezaron a bajar el resto de las delegaciones, cada una de las participantes ataviadas del traje típico nacional, mientras que cantaban, aplaudían y no faltaba el extranjero que detenía a la bella empollerada para pedirle su foto de colección.

Niños, niñas, hombres, mujeres y ancianos todos felices por el orgullo de desfilar con el traje típico nacional. Para María Milagros Solís "vestir la pollera tiene un significado muy especial y toda panameña debe sentirse orgullosa de portar el traje típico más costoso y bello del mundo".

Otra empollerada que en medio de la tradicional tuna no paraba de mover el faldón de su pollera fue Delia de Gim, quien dijo sentirse orgullosa por ser una hermosura de vestido y que la mujer panameña tiene mucha honra al vestir este traje (la pollera) tan elaborado y tradicional.

Las delegaciones que sumaban más de 75 continuaban su paso por las avenidas, al caer la noche, cuando el sol ya no daba su calor y privaba de la luz a los presentes, empezarón a aparecer los carros alegóricos que clausuraban el desfile.

Al finalizar su participación las personas venían con sus rostros que reflejaban el cansancio, pero también una sonrisa, pues habían caminado por las calles luciendo el traje típico nacional.

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