Eduardo Cano mostrará la pollera panameña en Europa

Actualizado
  • 08/04/2017 02:04
Creado
  • 08/04/2017 02:04
El folclor local cruzará fronteras.  Lo importante es llevar nuestras indumentarias a otras lugares y mostrar nuestras tradiciones'

Cuando en noviembre de 2016 la panameña Flor María Muñoz, condesa Gambirasio d'Asseux en Francia, contactó al investigador Eduardo Cano y le preguntó si podría llevar sus conferencias sobre indumentarias típicas a otros países, comenzó la idea de Cano de hacer una gira por Europa y exponer las costumbres locales.

El investigador eligió cuatro polleras (marcada, montuna, sombreada y de coquito), con sus diferentes accesorios y joyeros para representar a Panamá en Bélgica, Grecia, Polonia y Francia.

Cano dictará la conferencia ‘La cultura folclórica panameña en Europa' en una gira por dichos países, del 14 de junio al 4 de julio. La charla estará dirigida a diplomáticos, estudiantes, panameños e hispanoamericanos en Europa y al público en general. Se espera la asistencia de unas dos mil personas.

‘La pollera nos identifica en donde quiera que estemos. Panamá no es solo el Canal, los ‘Panama papers' y el turismo ecológico y de compras‘, subraya el historiador de arte, quien lleva a cabo la investigación Buscando orígenes , para inventariar las indumentarias típicas de Panamá y el año pasado dictó 62 conferencias en todo el país sobre las diferentes manifestaciones folklóricas del istmo.

Trabajar con el folclor e intentar mostrarlo en otras latitudes no es fácil, advierte el investigador, quien considera que hace falta más ayuda de la empresa privada y de algunas instituciones.

Le ha tomado varios meses y ha tenido que tocar muchas puertas para conseguir apoyo económico. Hasta el momento ha logrado que la Autoridad de Turismo (ATP) le costee los boletos aéreos, y que el Ministerio de Relaciones Exteriores, a través de las embajadas de Bélgica, Grecia, Polonia y Francia, le facilite hospedaje y movilización interna en cada país. La condesa realiza los preparativos para la llegada de Cano y promueve el proyecto de su compatriota.

Aún falta conseguir la alimentación, que oscila alrededor de los mil dólares, según Cano, y el seguro de viajes, que cuesta más de 100 dólares y que es requisito de la Unión Europea para entrar a su territorio.

‘De que me voy, me voy, aunque vaya a pasar trabajo y a comer pan con agua. Ya no hay vuelta atrás. Lo importante es llevar nuestras indumentarias a otras lugares y mostrar nuestras tradiciones', indica.

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