Bosques panameños mitigan emisiones de KLM

Actualizado
  • 19/11/2017 01:05
Creado
  • 19/11/2017 01:05
Una reforestadora que opera en Panamá es el nuevo socio de la aerolínea holandesa para un proyecto que permite a los clientes que lo deseen, compensar la huella de CO2 que genera su viaje

El amanecer fue diferente para los representantes de la casa matriz de la aerolínea KLM en Las Lajas, Chiriquí. Cantos de aves, en lugar del típico ruido de los automóviles en una ciudad grande como Ámsterdam. El clima, bastante cálido, los alejó un poco del otoño ya frío.

Visitaron Panamá para conocer los proyectos de reforestación que desde el mes pasado forman parte de sus programas de servicios de compensación de cero carbono.

‘Son muy pocos los proyectos que tienen la certificación Gold Standard, tanto en la región como en el propio país',

REMONA VAN DER ZON

GERENTE DE SOSTENIBILIDAD, KLM

Remona van der Zon, gerente de sostenibilidad de la aerolínea, dio con el proyecto mientras desarrollaba en la empresa una pasantía para su tesis de maestría en Desarrollo Sostenible, un programa relativamente nuevo en la Universidad de Utrecht. Debía encontrar un nuevo proyecto CO2ZERO que se ajustara a los requerimientos de certificación Gold Standard. Esto significa que el proyecto debe tener una influencia positiva en el medio ambiente, pero también debe hacer aportes a la comunidad. ‘Son muy pocos los proyectos que tienen este tipo de certificación, tanto en la región como en el propio país', reconoció Van der Zon en una entrevista con La Estrella de Panamá. ‘Panamá es un destino importante para la aerolínea, por eso queríamos desarrollar un proyecto aquí', asegura. Así es que encontrar un proyecto que cumpliera con estos requisitos era como un sueño hecho realidad. Pero Van der Zon debía comprobar que este proyecto era realmente lo que su aerolínea estaba buscando.

Esta fue la segunda vez que Van der Zon visitó Panamá. Ya conocía las plantaciones que gestiona la empresa Forest Finance, su socio en este emprendimiento. Durante casi un mes visitó las cuatro provincias del país en las que tienen plantaciones, caminó entre sus árboles, conversó con los empleados y se percató del impacto que de su trabajo. Así es que las tecas, amarillos, zapateros y cocobolos ya no son extraños para ella.

Sin embargo, para sus compañeras Heleen Makkinga, oficial de prensa, e Inka Pietr, directora de responsabilidad social corporativa y estrategia ambiental, el panorama era totalmente nuevo.

En el grupo también estaban Victor Di Benedetto, coordinador de Mercadeo de KLM - Air France, basado en Panamá, y Eric Vrijsen, periodista holandés, todos con el interés de conocer de cerca los detalles del programa que reemplazó en octubre pasado al proyecto Toyola Coalpot en Ghana, también con certificación Gold Standard. Se trata de la iniciativa CO2OL Tropical Mix, que lleva a cabo Forest Finance.

El servicio CO2ZERO de KLM permite a los pasajeros de la aerolínea compensar las emisiones de carbono relacionadas con su travesía y neutralizar su huella contaminante. El nivel de emisiones que genera cada vuelo es calculado tomando en cuenta el tipo de avión utilizado, la distancia de vuelo y el factor de carga que históricamente tiene cada vuelo. Los pasajeros tienen la opción de seleccionar este servicio a la hora de hacer sus reservaciones.

Pero para quien vuela desde el aeropuerto de Shiphol a cualquier destino en otros continentes es difícil saber cómo se utiliza esa pequeña inversión incluida en el precio de su tiquete .

REFORESTACIÓN EN PANAMÁ

Forest Finance tiene poco más de veinte años de estar operando en Panamá. Sus plantaciones están sustentadas por más de 2,000 clientes, entre los que se encuentran empresas, fundaciones y personas naturales, según informa Yaels Camacho, ingeniera forestal. Sus oficinas principales se encuentran en Alemania, pero desde Panamá se hace el establecimiento, mantenimiento y manejo de las plantaciones. No se trata de plantaciones comerciales convencionales que explotan monocultivos. ‘El diseño de la plantación es para producir una mezcla tropical de especies en 25 años', explica la ingeniera.

Y es que el objetivo principal de estas plantaciones es la recuperación de la vegetación que se ha perdido al ser una buena cantidad de suelos utilizados para la agricultura y la ganadería de extensión.

Hay que decir que la diferencia es notoria. Mientras a un lado del camino se observa una extensión de tierra a duras penas cubierta de hierba, del otro lado se levanta un espeso bosque. La diferencia la marcan unos 22 años de trabajo en la misma línea de la naturaleza.

‘Nuestro objetivo es rehabilitar áreas, trabajamos con regeneración. Incorporamos esos beneficios que brindan los bosques y los podemos sostener en el sistema que estamos desarrollando', dice Camacho mientras camina con el grupo en las plantaciones.

En ellas se utilizan los recursos de la naturaleza, permitiendo que esta se desarrolle a la par de la inversión forestal.

Mientras que en las plantaciones comerciales de monocultivo se elimina todo lo que hay en el terreno y no se permite otra especie que no sea la que se quiere promover, las plantaciones mixtas permiten que las especies nativas existentes permanezcan allí. Dependiendo de las características del terreno, se hará una mezcla de especies nativas que será sembrada con pocas ventajas sobre las ya existentes. ‘Se abona al sembrarse, se hace una preparación del espacio y una penetración más profunda ya que estamos hablando de suelos compactados que no se trabajan, y se hace fertilización de abono orgánico dos veces al año en los dos primeros años, luego se les da un mantenimiento', explica la ingeniera.

La plantación más antigua de Forest Finance se llama Madera fina, tiene más de veinte años y luce unas tecas muy altas; le siguen en un segundo nivel algunas especies nativas y arbustos, en un nivel más bajo. Pero aunque se sigue el curso de la naturaleza, algunos elementos deben ser calculados. La distancia entre árboles sembrados es algo que no se deja al azar, como tampoco la diferencia de tiempo en la siembra, pues cada especie lleva su propio ritmo y el crecimiento de una especie puede afectar el de otra. Los diseños de las plantaciones han variado con el tiempo y en respuesta a los resultados que se han visto a lo largo de los años. Con todo esto, ‘se reduce la erosión del suelo y se mantiene la biodiversidad de la flora y fauna del área', pero más importante, se absorben toneladas de CO2.

‘Las emisiones están relacionadas con el desarrollo de las plantaciones, la cantidad de biomasa', detalla Camacho.

Se toma en cuenta la densidad de los árboles y por ello, se prefiere plantar especies de alta densidad, como amarillo, zapatero, teca, caoba, cocobolo y cedro espino.

Para calcular cuánto CO2 absorbe la plantación, hay que conocer las dimensiones y volumen de los árboles y arbustos.

Pero a diferencia de una plantación comercial, nunca se talará de forma completa, sino más bien se irán aclarando espacios en los que serán plantados nuevos árboles.

Para que la operación sea rentable, se vende madera, semillas y frutos, además de venta de créditos de carbono y pago por servicios ambientales, una figura que no es utilizada en nuestro país pero sí en otras latitudes para garantizar la existencia de bosques sostenibles.

La gira continúa en una de las plantaciones más jóvenes llamada Catival. Allí han establecido un sendero que permite a los visitantes conocer las diferentes especies de árboles y plantas nativas. Un río separa la plantación de los manglares que están ya cercanos a la costa.

‘Ha habido inventarios de más de cien especies de aves, tanto endémicas como migratorias', informa la ingeniera. También abundan los monos cariblancos, que le han dado nombre a una de las plantaciones cercanas.

Los cambios que se han observado con la reincorporación de los bosques los reconoce la comunidad.

‘Las plantaciones se manejan de forma muy distinta a la ganadería o agricultura. Una gran extensión de terreno le da trabajo a una, dos o tres personas, mientras que con una plantación, en un momento determinado, pueden trabajar más de veinte', declara Camacho.

Lo más importante, se genera un balance que es favorable tanto para los habitantes del área como para su fauna y flora, apunta.

Finaliza el recorrido, salimos del bosque, termina la calma. En pocas horas, hay que tomar un avión.

FUERA DE LA PLANTACIÓN

Semillas, frutos, madera y el círculo se cierra

Las semillas y frutos que se recogen en las plantaciones son sembrados en un vivero donde se arraigan en pequeñas bolsas plásticas ente cuatro meses a un año, dependiendo de su especie.

La siembra de los plantones se da entre los meses de mayo y agosto, arrancando con la estación lluviosa y dejando tiempo suficiente para que el nuevo árbol tenga un buen arraigo antes de la llegada de la estación seca.

Cocobolos, espavés, tecas y caobas son sembrados en nuevas plantaciones y en los espacios que dejan árboles que han finalizado su etapa de vida.

Cuando estos árboles llegan a la madurez, son talados y catalogados de acuerdo con su tamaño y son identificados con diferentes colores.

‘Se hace un inventario, se clasifican y se conoce el volumen que salió de la plantación y el volumen que tiene la madera luego de ser aserrada', detalla Yaels Camacho.

Las piezas cortadas son secadas en un horno y pueden ser vendidas o utilizadas para la fabricación de muebles u otros objetos en el taller de carpintería con que cuenta Forest Finance.

El proceso de secado demora entre 15 y 20 días. Toda la madera que procede del aserradero es certificada.

La empresa Bosch, socia de Forest Finance, ha colaborado con maquinaria a muy buenos precios para que la empresa cuente con un equipado taller de carpintería.

‘El objetivo es enseñar a personas de la comunidad a mejorar el trabajo que se ha venido haciendo. En un futuro, ellos podrán valerse por sí mismos', explica la ingeniera forestal.

En el taller de carpintería se hacen prototipos de productos y algunas piezas por pedido, entre las que destacan gaveteros, puertas, armarios, ventanas, sillas, mesas, lámparas, tablas de cocina y cofres.

El taller es bañado por la luz natural. El aserrín generado por los cortes va directamente a unas bolsas donde se contiene para ser reutilizado para contrarrestar la humedad de la tierra en algunas plantaciones. Nada se pierde, todo se aprovecha. Un nuevo ciclo continúa en un sistema completamente sostenible.

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