El trámite

Actualizado
  • 16/06/2018 02:02
Creado
  • 16/06/2018 02:02
Echa una perezosa mirada al reloj: la una, apenas. Una larga fila le espera al funcionario, quien toma un trago de café para espantar el sueño.

Echa una perezosa mirada al reloj: la una, apenas. Una larga fila le espera al funcionario, quien toma un trago de café para espantar el sueño.

—Siguiente —alcanza a decir con voz cansona.

Un viejito le cuenta la auténtica odisea que tuvo que vivir para encontrar aquel pedazo de papel arrugado, que le dejaría terminar un trámite, cuando le interrumpe, y sentencia:

—Eso es en la ventanilla ocho…

El anciano quedó derrotado a un lado de la fila.

—Ventanilla ocho… —repite la sentencia el funcionario, sin importarle con el anciano.

—Siguiente…

Una señora le cuenta la historia sobre el problema de su hija, cuando el hombre la detiene con un gesto de manos.

—La persona que le puede resolver eso está de vacaciones. Tendrá que esperar…

La señora permanecía con la mirada perdida y no le quedó otra opción que retirarse con su tristeza a cuestas.

En eso aparece una joven de hermosas facciones, cabellos negros muy largos y una sonrisa como aquellas que sólo se ven en los comerciales de pasta dental.

La muchacha apenas esboza una sonrisa y le entrega al funcionario en sus manos un papel doblado en varias partes. El hombre nada más alcanza a leer el encabezado del documento: Certificado de Defunción.

—Eso es en la ventanilla cuatro —anuncia, y devuelve el papel sin siquiera mirar a la chica a los ojos.

Ella lo mira con ojos de súplica, pero él solo repite:

—Ventanilla cuatro…

Y vuelve sus ojos hacia la fila que ansiada espera su llamado:

—Siguiente…

Al día siguiente llega el funcionario. Y con él la fila de gente.

—Siguiente…

La fila avanza.

Entonces, el funcionario distingue a la chica del día anterior.

Me daré el gusto de mandarla lejos por necia; piensa para sus adentros el funcionario.

Cuando por fin le toca a la muchacha, el sujeto intenta pronunciar las palabras pensadas, pero la chica le entrega el mismo papel doblado en varias partes, esta vez, acompañado de la página de crónica roja de un periódico donde detalla su muerte gracias a una golpiza de su esposo.

AFICIONADO A LA ESCRITURA

RICARDO RAMÍREZ VÁSQUEZ

Aficionado

Trabaja desde 1984 como estadístico en el Instituto de Estadística y Censo de la Contraloría General de la República.

Está culminando una licenciatura en Contabilidad, en la Universidad de Panamá.

Es además un aficionado a la escritura y aspira a publicar un libro de cuentos o una novela.

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