Las venus de Panamá

Actualizado
  • 09/09/2018 02:00
Creado
  • 09/09/2018 02:00
Catorce estatuas de arcilla forman el cuerpo central de la exposición con la que el artista Aristides Ureña Ramos cuestiona la forma en que comprendemos nuestro pasado

Figuras femeninas y masculinas con rasgos indígenas y elementos con estilos prehispánicosllenaron el área de trabajo del artista Aristides Ureña Ramos. No se trata de piezas antiguas rescatadas de una excavación precolombina, tampoco piezas comerciales de un taller de alfarería. Son creaciones que combinan elementos antiguos y nuevos, con las que Ureña Ramos nos quiere hacer pensar en la forma en que asumimos nuestra historia. Ellas conforman la exposición ‘Las princesas y sus manes, las venus de Panamá' que será presentada el 11 de septiembre, en La Casa Museo del Banco Nacional de Panamá.

De acuerdo con nota de prensa de la institución bancaria, las esculturas realizadas en los talleres de La Arena, Chitré, son una interpretación del mundo arcaico precolombino. Ureña Ramos hace una fusión entre las distintas culturas del istmo y la cerámica popular, proponiendo de esta manera una confrontación entre ‘lo que entendemos' sobre nuestros antepasados y lo identificativo que aún existe en ello'.

‘A través de la disciplina escultórica busqué una forma para cuestionarnos sobre la problemática de la expresión artística de nuestro pasado y las referencias iconográficas que nos han invadido. ¿Cuáles son los puntos estéticos de referencia que orientan nuestro gusto común?, ¿podemos tener una cabida que nos permita nuevas concepciones autóctonas?', cuestiona el artista veragüense.

Las estatuas en arcilla roja son también, una provocadora manera de hablarnos sobre las situaciones de nuestra producción artesanal a lo largo y ancho del país. De los tres puntos más importantes de producción artesanal de arcilla: El Naranjal del Valle de Antón, La Peña de Santiago de Veraguas, y La Arena de Chitré.

Ureña se decantó por La Arena por ser la más activa a nivel comercial. Allí se alió con el artesano José Antonio Batista, con quien trabajó cuatro meses para materializar este proyecto.

‘José Antonio Batista es un increíble personaje del poblado de La Arena de Chitré, conocedor de la esencia de la justa mezcla de la arcilla y de la arena. Sus sabias manos son capaces de desarrollar cualquier proyecto, por eso es un Maestro en la cerámica popular', asegura Ureña Ramos en entrevista a La Estrella de Panamá '. ‘Ambos unimos experiencias de diferentes procedencias, que convergen en una bella disciplina: La escultura. José Antonio me recuerda la primera vez que entraba en un taller de escultura en la ciudad de Pietrasanta en Italia en el 1975. Lugar donde me formé en la disciplina de la escultura en mármol. En ese lugar teníamos que unir nuestras fuerzas para conducir nuestros trabajos hacia metas de elevadas concepciones plásticas', agrega.

Una gran inquietud del artista es la que el considera ‘pérdidas de referencias de nuestro pasado cultural en el arte y en la cerámica popular.

‘Cuando visitamos otros países, observamos cómo las artesanías, son el fruto de la interpretación de su cultura popular y vienen presentadas con mucho orgullo. En cambio, aquí en Panamá, al atento observador no se le escapa la escasez de nuestras propuestas artesanales que, en muchas ocasiones, resultan ser copias de modelos extranjeros que van desde Blanca Nieves y sus enanitos de Walt Disney, durmientes campesinos mejicanos, hasta las guacamayas y figuras jamaicanas. Pésimas interpretaciones que han invadido nuestra producción artesanal', dijo el artista .

Una de las intenciones de este proyecto es la de ‘integrar la riqueza estética de nuestra cultura, como contribución al vasto mundo de la creatividad universal. Somos un país con una cultura cosmopolita que solo necesita expresar la esencia de su ser'.

Y es que para el escultor, Panamá no necesita copiar, ni importar modelos con referencia artística ajenas a lo nuestro. ‘Contamos con una cultura popular que ha creado personajes, imágenes, historias de incalculable belleza. Tenemos una tradición oral creadora de narraciones, cuentos que van desde Tío Muleto, Tía Cocaleca y mucho más, que esperan ser representados en su plena originalidad. Solo necesitamos seguir en esa dirección, empujando para que cada día, se cumpla con mayor rigor, en las escuelas, en nuestros niños, en nuestras literaturas, en nuestras artes, la necesidad de comprender la hermosura de nuestro pasado, consientes de ese legado que hemos heredado, que nos hace sentir orgullosos y fieros de ser panameños'.

Para esta muestra, Ureña Ramos hizo referencia a las manifestaciones escultóricas desde El Caño y Barriles, hasta las cerámicas estilizadas. ‘[Ellas] vierten en el imaginario colectivo un sabor único que nos conducen a una antigua memoria. Quise fundir estas sensaciones para crear mis esculturas. En su realización, también se nutrieron conceptos de la cultura popular sobre todo en las decoraciones', explica.

A ellas añadió de la actualidad, las formas novedosas con que se construyó el proyecto, la representación de los mitos y figuras místicas.

‘En la antigüedad se construían los personajes con referencias a la representación de las contradicciones de su sociedad, hoy construimos nuestros modelos escultóricos con más libertad, pero con simbologías cargadas de contenido. En mi caso, la oportunidad de un puente imaginario, que une el pasado estético a un presente artístico que necesita de nuevos estímulos', argumenta.

‘Los chamanes, los caciques, las princesas y las venus, son personajes necesarios para trasportar a un imaginario colectivo a participar de una propuesta', dice Ureña.

Así, fueron creados la princesa Otugrí -reina de los dos mares-, Meri Nwüore (lengua ngäbe) -mujer bonita-, el hijo del cacique Paris, el Cacique Pelícano, la venus Periquita, la venus Parita, venus Mariato, el Chaman de las ranas, el Chaman del bejuco y la venus de los pájaros, ‘un ejército de personajes emergido del profundo de nuestra historia, que con su belleza ancestral tratarán de cautivar al atento observador'.

Un aporte al país

Ureña Ramos, quien residió por una larga temporada en Florencia, Italia, se propuso desde su retorno a Panamá, ‘colaborar en la preparación de nuevos talentos y compartir mi experiencia intelectual y técnica con aquellos sectores que necesitan de ese aporte'.

Por ello, ha buscado tarimas accesibles ‘para ser ejemplo de que un cambio es posible y que podemos hacer las modificaciones necesarias para un mejor Panamá', insiste.

En el caso de las venus, ‘trabajar en los talleres de artesanía en La Arena de Chitré, intercambiar experiencias con los artesanos que nos visitaron durante nuestra realización, nos permitió inyectar esas inquietudes para preparar el territorio- allá donde el mensaje sea captado- para nuevas consideraciones'.

Esta acción es vital para que este proyecto ‘genere una acción que nos haga interrogarnos sobre nuestra identidad, utilizando nuestros recursos naturales', asevera Ureña Ramos.

‘Contamos con un capital (de personas y naturaleza) al parecer adormecidos por un proceso, que ha excluido a muchos personajes, que no hacen parte de las nuevas dinámicas necesarias para el buen desarrollo del país', eso es algo que él pretende cambiar.

‘Los chamanes, los caciques, las princesas y las venus, son personajes necesarios para trasportar a un imaginario colectivo a participar de una propuesta',

ARISTIDES UREÑA RAMOS

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