El ronroneo

Actualizado
  • 12/01/2019 01:00
Creado
  • 12/01/2019 01:00
No le gustaba. Y sin embargo no entendía por qué se sentía obtusamente fascinada

No le gustaba ese ronroneo impertinente del animal ahí cerca, trepado en la repisa junto a sus libros, su insistente indolencia, esa pasividad agresivamente incisiva. No le gustaba. Y sin embargo no entendía por qué se sentía obtusamente fascinada, absorta, incapaz de meterse en su trabajo de una buena vez y terminar de cotejar semejanzas y diferencias en las citas de ambos textos asignados cumpliendo con la maldita tarea.

Por un rato pudo al fin concentrarse, avanzar un poco, no más de diez minutos, pero la presencia del felino volvió a distraerla, esta vez porque había subido de tono, su enigmática cadencia. Ahora se tornaba denso, sincopado, como un mantra. Y la miraba, no dejaba de mirarla como si quisiera entrar en su cabeza, en su alma misma, literalmente engatuzándosela. Comprendió que se trataba de un macho cuando lo vio cambiar de posición, ladearse incómodo, erguido. Se estremeció toda.

Un rato después, sin pensarlo dos veces dio un ágil salto y desbaratando el precario equilibrio de tres libros estuvo junto a él, lamiéndolo, ronroneándole su deseo.

Panamá, 29 de abril de 2014.

ESCRITOR Y GESTOR CULTURAL

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