Emigrantes, la nostalgia de vivir lejos de casa

Actualizado
  • 15/07/2019 02:00
Creado
  • 15/07/2019 02:00
El proceso de adaptación a otro país también implica un sentimiento de pérdida que causa una afectación emocional en las personas

‘Yo tengo maestría en nostalgia', agregó Virginia Olivari, artista y madre argentina residente en Panamá, quien salió de su país natal hace 20 años para mudarse a vivir a Venezuela. ‘Nos fuimos en abril del año 2000 a vivir al país caribeño por una oferta de trabajo de mi marido. Allá tuvimos hijos pero el día a día se empezó a volver complicado y decidimos volver a emigrar. La verdadera nostalgia por mi país, la viví en Venezuela'.

Según Olivari, cuando uno de sus hijos era muy pequeño tuvo que volar a Argentina debido a que a su madre le tuvieron que extirpar un pecho por cáncer y a su padre le habían puesto un bypass. ‘Cuando volví de Buenos Aires a Caracas, lloraba tanto por tener que volver y sentir esa angustia de que —sabiendo que volvía a mi casa, donde había dejado a mi marido y mis hijos pequeños— lloraba porque no quería volver, entonces lloraba con culpa'.

Y es que a la nostalgia los griegos la definieron como un retorno, un regreso que también duele. Fabiola Patiño, ejecutiva venezolana y ciudadana americana residente en Panamá, detalló que en las dos oportunidades que salió de su país de residencia, lo hizo por amor. ‘Comenzando una relación de convivencia me fui a vivir a Miami, era muy joven y por ello mi percepción de las cosas era muy distinta a la que tengo ahora que vivo en Panamá'. Patiño, de 52 años, quien reside en Panamá desde hace seis, dice que la parte más dura de emigrar de Venezuela a Estados Unidos fue dejar a sus hermanas, con quienes tiene una relación muy estrecha. ‘Extrañaba a mis amigos, a mis padres, mis hermanas y mi sobrino, que en ese entonces era un bebé', añadió.

Para el escritor peruano residente en Panamá Leyles Rubio de León —quien presentará su más reciente libro Relatos de migración durante la Feria del Libro de Panamá, destacó que la nostalgia está muy presente en su obra. ‘El ser humano recuerda mucho los momentos en los que ha sido feliz, y como gran parte de mi vida la he pasado en Perú, recuerdo mucho el tema de estar en familia, mis amigos del barrio y la universidad'.

Rubio de León, quien antes de vivir en Panamá también vivió en España y en Estados Unidos, agregó que para él una persona que deja su país lo hace en busca de oportunidades de diversa índole. ‘Yo vuelvo recurrentemente a Lima por mis padres. No extraño al país, ya que las casas que eran de mi vecindario se están transformando en edificios, el tráfico es caótico y la vida se vuelve más dura en las grandes ciudades, pero sí añoro el compartir con la familia, al recordar esos momentos', señaló el escritor.

La psicóloga panameña Yasmicelis González explicó que los cambios migratorios han ocurrido desde siempre y son necesarios para el intercambio en sus diversas facetas, pero generan un avance en el individuo que a la vez implica un proceso de pérdida. ‘Toda pérdida es un duelo y cada persona lo lleva de una forma diferente y está delimitado por las causas por las que la persona emigra'.

Según la profesional, el proceso de adaptación es muy difícil, ya que compromete la calidad de vida, y por ello causa una afectación emocional en el individuo.

Katiuska Ortíz, quien actualmente trabaja en una casa de familia, mencionó que hace cinco Navidades que no ve a su abuelo que está en Colombia. ‘Por lo general en diciembre, que es tiempo familiar, extraño mucho a mi país, porque son fechas en los que uno quiere compartir con la familia y uno se desespera'.

Por su parte, Rubio de León dijo sentirse afortunado de ser un emigrante que puede regresar a su país cuando quiere. ‘Me entristece ver situaciones de emigrantes que también añoran y quieren regresar, pero no tienen las oportunidades.'

En inglés la palabra para referirse a la añoranza se dice homesick, cuya traducción textual sería ‘enfermedad de casa' y sitúa al sentimiento de extrañeza como una enfermedad de tristeza. Fabiola Patiño subrayó que la nostalgia también pasa por la comida y las costumbres. ‘La nostalgia de la arepa, de las playas, de las reuniones con amigos y el contacto humano cercano, todo eso cambia y fue muy distinto para nosotros cuando nos fuimos a vivir a Estados Unidos'.

Y en ese sentido, otro aspecto que señalan la mayoría de las personas emigrantes es la soledad y la idealización de su patria. A Patiño, esa soledad la llevó a tomar decisiones drásticas en su vida. ‘Ir a trabajar en oficina con horario de 8 y 9 horas y luego llegar a casa, cocinar, encargarme de un bebé, sin un círculo de ayuda, me hizo tomar la decisión de no tener más hijos', agregó.

Según González, el síndrome de Ulises, aquel que lleva al emigrante a un grado elevado de estrés, afecta a muchísimas personas en el mundo. ‘El fenómeno psicológico que implica el proceso de trasladarse a otro país, la pérdida y la incertidumbre, va a generar preocupación, tristeza, ansiedad, culpabilidad y sentimientos de soledad; y si eso se prolonga, el estrés extremo puede recaer hasta en depresión', puntualiza.

‘Toda pérdida es un duelo, cada persona lo lleva de una forma diferente y está delimitado por las causas por las que la persona emigra',

YASMICELIS GONZÁLEZ

PSICÓLOGA

‘Sin querer, yo les transmitía a mis hijos esa tristeza y esa depresión de estar solos y lejos y a veces ellos no querían bajar a jugar con sus amiguitos. Por suerte, Panamá ha sido sumamente amigable, también porque hay mucha gente extranjera. ¡Ya tengo nueve años y medio viviendo en el país!', dijo Olivari.

‘Creo que cada uno tiene que saber afrontar la añoranza desde su interior y pedir ayuda, si lo requiere, ya que todas las personas migran para mejorar, para ser distintos y conseguir lo que persiguen', destacó el escritor peruano.

Y es que se pueden dejar muchas cosas atrás, pero la añoranza a la tierra y a las costumbres se quedan como una impronta en las personas. Así lo ilustra el poema Patria, del panameño Ricardo Miró Denis (1883–1940), en el que denota a su patria con nostalgia: ‘¡Oh Patria tan pequeña, tendida sobre un istmo / donde es más claro el cielo y es más vibrante el sol…'.

‘Cuando sé que va a sonar el himno nacional de Argentina, me emociono como nunca me emocionaba cuando vivía allá', añadió Virginia.

Patiño, quien salió de Estados Unidos porque su actual pareja vive en Panamá, aseguró que para ella el cambio ha sido difícil, ya que tuvo que dejar su trabajo; sin embargo, con la madurez de la edad, ha tenido un encuentro consigo misma en esta nueva etapa de su vida. ‘Mi emigración a Panamá ha traído esa nostalgia de la estabilidad económica y social, pero también ha brindado cosas maravillosas para mi carrera y mi relación amorosa; aunque no me visualizo en Panamá el resto de mi vida'.

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