Kevin Lim: 'La cultura no se trata de ferias para los yeyés y cultos'

Actualizado
  • 28/10/2019 00:00
Creado
  • 28/10/2019 00:00
El maestro panameño Aristides Ureña Ramos descubre al artista prodigio, que vincula las artes sensoriales y la ciencia en su obra para que se transformen en herramientas pedagógicas. Lim es un creativo que transita activamente en la era digital

Kevin Lim es un artista multidisciplinario, divulgador científico y gestor cultural, cuya obra aborda aspectos vinculados a la naturaleza y su interrelación con el ser humano.

Desde 2014 trabaja en el desarrollo de proyectos orientados a la difusión de las ciencias a través de lenguajes artísticos. Actualmente utiliza esta poderosa simbiosis como base para desarrollar programas educativos que permiten una mejor apreciación de nuestros entornos y medios naturales.

En ese mismo año también comienza a trabajar en proyectos de investigación en el Centro para Investigaciones y Respuestas en Ofidiología y Herpetología de la Universidad de Panamá (Cereo) como director creativo, fotógrafo y editor de contenidos. Posterior a esto, realiza múltiples colaboraciones en proyectos de investigación en el área de botánica, zoología y paleontología.

En 2015 se incorpora al equipo del Biomuseo, donde ideó proyectos en el programa público y programa escolar aún vigentes en la institución.

En 2018 pone en marcha el programa “Arte ConCiencia” que con apoyo del Ministerio de Educación (Meduca) ha logrado impactar a cientos de estudiantes de todo el país y ha capacitado a 30 docentes que ahora utilizan el arte como lenguaje educativo. El plan piloto se desarrolla en la actualidad en la comunidad de Bajo Cedro, Bocas del Toro y en la comunidad de Río Grande, Coclé.

En 2019 fue seleccionado para participar en el “Flash LAB de Arte y Ciencia” de Estudio Nuboso en colaboración con la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt ). Desarrolló junto al científico José Loaiza un proyecto para divulgar investigaciones actualizadas sobre el desplazamiento de los mosquitos Aedes en Panamá. Este proyecto fue acogido por el Instituto de Investigaciones Científicas y Servicios de Alta Tecnología para ser ejecutado como plan de divulgación para contenidos de relevancia social.

Actualmente se encarga de la dirección creativa, curaduría y diseño de exhibiciones para el colectivo Endémico y el desarrollo de la museografía para exhibiciones temporales en el Museo de la Libertad.

¿Quién descubre el talento de Kevin?

Mis padres tal vez fueron los primeros en descubrirlo, pero me gustaría aprovechar esta oportunidad para contarles de cuatro personas que me han hecho creer en mi talento. Larissa de Santa fue mi profesora de Física y Matemáticas en secundaria. Realmente fui un estudiante pésimo en estas materias y me tocaba escucharla todos los trimestres motivándome a mejorar. Nunca pasó… En sus intentos por ayudarme, Larissa me dijo de todo, pero hubo una conversación que construyó toda la seguridad que este niño necesitaba para creer en sí mismo. “Tal vez no seas el mejor estudiante en estas materias y es probable que nunca lleguen a gustarte del todo; pero yo creo en ti porque te he visto ser excelente en otras cosas. Eres un artista capaz de hacer mucho y aún no te has dado cuenta”. Larissa logró apenas hacerme entrar en la cabeza un par de números, suficientes para graduarme. Pero más que eso, me quitó una inseguridad de encima. Siendo el peor en sus materias, me puso a coordinar la feria científica del colegio y me enseñó que también se podía hacer ciencia con el arte. Ni ella, ni yo mismo supimos en ese momento lo mucho que me cambiaría. Me gustaría aprovechar esta oportunidad para hacerle saber que estoy agradecido. También debo contarles sobre las chicas que manejan Estudio Nuboso, ¡por supuesto! Emily Zhukov, Ana Berta Carrizo y Ela Spalding se han encargado de crear esta plataforma que acoge a artistas y científicos para desarrollar proyectos de divulgación e impacto social. Su proyecto “Flash LAB de Arte y Ciencia” encontró potencial en mi trabajo y desde entonces me han conectado con oportunidades para seguir creciendo. Creo que este proyecto es una de las cosas que me gustaría recomendarle a todo artista que busque hacer ciencia con su arte. (En esta historia de búsqueda y descubrimiento siento necesario mencionar estos dos eventos y estos cuatros nombres).

Explícame el origen de tu nombre, ¿de dónde salió Kevin Lim?

Existen muchas personas en Panamá que fueron forzados a llevar apellidos que realmente no les pertenecían. Hay indígenas que se apellidan Rogers, chinos que se apellidan Martínez y cholos que se apellidan Kennedy. La gente suele burlarse creyendo que se pusieron esos apellidos porque querían parecer 'prittis', pero lo que la mayoría no sabe es que en la Constitución de Panamá de 1941, el presidente Arnulfo Arias decidió etiquetar como indeseables a algunas razas y apellidos. Así fue como mis abuelos indígenas y chinos perdieron los suyos. Lim tampoco es el apellido real de mis abuelos chinos. Su recuerdo se ha vuelto tan vago que al preguntarles a mis tíos cómo nos llamábamos, todos me dicen algo que suena parecido, “jó”, pero que escriben diferente, “Ho, Hoo, Hou”. Al final, siendo un niño adopté el apellido de mi mejor amiga en ese entonces y empecé a firmar todos mis dibujos como Kevin Lim. Quiero que conozcan mis orígenes. Lo cholo ya se me ve a flor de piel, pero me toca decir Lim para recordar a mi amiga y cómo me hizo sentir parte de una comunidad que casi me fue borrada. Kevin José Martínez Peña es el nombre de mi cédula.

¿Dónde estudiaste en tu adolescencia… tienes algún título universitario?

Badí School es el colegio que me formó como artista y científico. Es una escuelita pequeña, pero con objetivos poderosos. Conocen lo fundamental que son las ciencias, pero tratan con la misma relevancia el arte. Algo que atesoro mucho de este colegio es su labor social. Mi trabajo en la actualidad busca tener un impacto social y Badí School me enseñó mucho de esto. Me falta poco y mucho para terminar la universidad, pero tengo el título “¡Biomuseo!” Podría asegurar que se ha convertido en una de las mejores formaciones académicas que he tenido. Hasta me incluyeron un par de calvarios y angustias como en cualquier universidad pública y privada de este país. Estuve durante cuatro años en el programa público y programa escolar de esta institución y aprendí todo lo que ahora sé hacer con el talento que traía de niño; por eso suelo decirle a todo el mundo que el Biomuseo fue mi universidad. Planeo regresar en algunos años. Es un proyecto muy hermoso al cual me gustaría aportar mucho más, pero debo terminar de formarme antes de eso.

¿Cómo defines tus últimos trabajos?

Creo que podría definirlos como obras investigativas y pedagógicas. Estos últimos años he hecho una transición de hacer piezas bonitas y conceptuales a procurar que todo lo que hago tenga una base de investigación y con propósitos educativos. Actualmente mis obras vinculan las artes sensoriales y ciencia para convertirse en herramientas pedagógicas. ¡El conocimiento científico se debe difundir a través de medios creativos!

¿Dónde te colocas dentro del panorama panameño?

No vengo de una familia rica y mis padres han hecho demasiados sacrificios por darme la mejor educación en la medida de lo posible. También soy consciente de que con todo y sacrificios he gozado de privilegios que otras personas jamás conocerán. Apenas comienzo a entender cómo combatir un sistema deficiente. Creo estar seguro de que la mejor herramienta de la que puedo disponer es la educación. Dentro del panorama panameño quiero ser un guerrero que eduque a todos los que pueda como me hubiese gustado que me educaran a mí.

Tu relación con Instagram, veo que lo usas mucho...

Pues, creo que está de más decir el alcance que tienen las redes sociales hoy día. Instagram es una ventana para los curiosos y me he encargado de prepararles un buen contenido a ustedes en esta especie de portafolio digital. Creo que el enganche que tiene mi cuenta es la estética visual. La idea es que eso los haga curiosear más para que se pongan a leer el contenido real de mi cuenta. Debajo de algunas imágenes de mis obras te esperan historias muy geniales; las he escrito para educar a la gente sobre nuestros entornos naturales y sobre la ciencia que tanto amo. Quiero que todos estemos fascinados con lo que nos rodea, así que trato de compartirlo ahí. Mi trabajo real se encuentra con los niños y docentes en las comunidades que he visitado.

Desde tus iniciales pasos, ¿cuáles son las dificultades que has tenido en Panamá?

¡Educación, oportunidades y educación! He tenido que lidiar con un sistema educativo en donde muchas de mis capacidades como artista se pintan como innecesarias o como oficios extracurriculares. Debo agradecer a mis padres porque incluso con miedo me permitieron descubrirme como artista y atesoraron todo lo que mis manos hicieron. Fueron los primeros en construirme un camino. “Artista sinónimo de fracaso” es una basura que me tocó escuchar de niño, adolecente y adulto. Y estoy seguro de que muchos padres han sido víctimas de esta idea. Pensando que su hijo, bueno en el arte y malo en matemáticas fracasaría en la vida porque, una vez más, ¿el arte es un oficio que no tiene mucho éxito? Mejor cuestiónate qué o quiénes hacen que sea así. ¿Oportunidades? ¿Dónde? Creo que todos los artistas que hemos logrado desarrollarnos merecemos un mérito por nunca haber abandonado algo que amábamos hacer. Abrirnos camino fue difícil y seguirá siendo difícil para todos los artistas que están por nacer. Debemos cambiar muchas cosas, comenzando por esta red de oportunidades selectiva. Galerías, museos e instituciones que solo benefician a una especie de realeza en Panamá. Cambiarlo también es tu decisión. Si eres un artista bien posicionado, debes deshacerte de tu ego. Utiliza tu plataforma para encontrar talentos emergentes como lo fuiste tú en algún momento. Y siempre permite un espacio para que en donde brille tu trabajo también pueda brillar el de alguien más. Solo se trata de reconocer talentos y afinidades con tu trabajo, no cuesta nada. Estudio Nuboso por ejemplo, es un proyecto que brilla precisamente por los artistas que cosechan, ¿no te parece una excelente idea? Y por último, aprendamos que el arte también es una herramienta poderosa para educar.

¿Qué propondrías para mejorar nuestro sistema cultural?

Nuestro sistema cultural es todo menos lo que realmente debería ser. La cultura no se trata de ferias para los 'yeyés' y 'cultos', o de eventos gratuitos que son promocionados en medios de los cuales no dispone la gente que realmente necesita una plataforma cultural. La cultura debe buscarse y construirse en los barrios, debe ser accesible. Basta de centros y proyectos culturales en los sectores privilegiados de la ciudad. He vivido toda mi vida en La Cabima, sector 8, y jamás he visto un centro cultural asomarse en decenas de kilómetros. Mi barrio es rico y tiene cultura. Lo único que propondría es un sistema cultural que busque ejes temáticos potenciales en nuestras comunidades y los impulse.

¿Hacia dónde va Kevin con sus obras?

Esta pregunta me parece muy interesante y tengo dos respuestas para ella. Mi trabajo artístico tiene un discurso y un propósito muy definido: busco convertir en objeto de asombro todo lo que existe en nuestros entornos. Quiero comunidades conscientes del valor de sus patrimonios naturales, sus fragilidades y complejidades. Las quiero asombradas con la ciencia de todo lo que les rodea. Pero ¿hacia dónde va Kevin con sus obras? también tiene otra respuesta. Ojalá pudiera decirles a dónde voy exactamente. Creo que muchos artistas padecemos esta enorme incertidumbre de a dónde vamos a parar. Solo espero que nuestro nuevo Ministerio de Cultura haga bien su trabajo para que los artistas pobres como yo sepamos a dónde vamos a parar.

¿Cuál es tu mejor obra hasta el día de hoy?

A pesar de haber diseñado exhibiciones e instalaciones, consideraría como mi mejor obra una pieza de arte efímero llamada 'Mitosis'. Para hacer esta pieza no gasté ni un centavo, invertí nada más que 15 minutos de mi vida y un impulso espontáneo de hacer algo. La pieza se construyó con flores y de fondo una acera de concreto ennegrecido por microorganismos en Ancón.

Si tuviera que colgar —en esta entrevista— una fotografía instantánea de ti, ¿cuál sugerirías?

Creo que hay algo que me hace sentir más orgulloso que ser artista y es el hecho de que he sido capaz de educar a otras personas con mi arte. Así que escogería una foto que me tomó una chica durante una clase sobre historia natural de Panamá. Me recuerda que he sido educador muchas veces.

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