La cumbia, melodía de unión entre Panamá y sus fronteras

Actualizado
  • 17/11/2020 00:00
Creado
  • 17/11/2020 00:00
El género musical data de tiempos coloniales, con diversas aristas que ramifican su melodía, instrumentos y mensaje, pero que también sirven como lazos que unen las culturas del istmo y su vecinos Colombia y Costa Rica
Pedro Ramaya Beltrán, músico. La cumbia de caña de millo se popularizó con las composiciones de Pedro Ramayá Beltrán en Colombia.

A través del conversatorio 'La cumbia: interrelación cultural entre Panamá, Colombia y Costa Rica' llevado a cabo el pasado 6 de noviembre, un panel de expertos en música, antropología e historia de Panamá, Colombia y Costa Rica disertó acerca de la realidad detrás de este género musical popularizado y arraigado a la identidad cultural y musical de Panamá.

Con la presencia de expertos como el maestro Juan Sebastián Ochoa (Colombia), el dr. José Luis Amador (Costa Rica), el magíster Nodier Casanova (Panamá) y el doctor Edwin Pitre (Panamá), se destacaron las conversaciones acerca del puente cultural que se creó a través de la danza y la cumbia, sus ramificaciones en Colombia y Panamá, y la llegada de la danza a Costa Rica a partir de la migración masiva de nativos de la provincia de Chiriquí hacia el pueblo sureño costarricense, Potrero Grande.

Latinoamérica se presenta como una región multicultural donde el desarrollo musical es una parte importante en el dibujo general de la formación de alianzas internacionales y socioculturales. Los elementos de las cumbias representan una historia altamente estudiada en el mundo y que data desde la liberación de países latinoamericanos de la época colonial.

Al maestro Juan Sebastián Ochoa, magíster en estudios culturales y doctor en ciencias sociales en Colombia, la investigación sobre las cumbias lo llevó a coescribir el Libro de las cumbias colombianas (2017), descubriendo que “la cumbia no es individual, sino un género ramificado en diversos estilos de cumbias”, y dado que en Colombia se le llamaba “cumbia” a cualquier tema referente a cultura, baile y música, se hizo necesario clasificar este género musical y diferenciarlo en el mercado regional.

“En Colombia la cumbia se refiere a diversos temas, en la indagación nos dimos cuenta de que se utiliza para hablar de un evento musical en el Caribe colombiano”, explicó Ochoa, “además, es en el siglo XX cuando comienza a surgir la música bailable en la industria discográfica en Colombia con orquestas en vivo, lo que populariza este tipo de cumbia”.

A su vez, destacó que en Colombia hay tres tipos de cumbias como género musical: cumbia de millo, cumbia de acordeón y cumbia de orquesta.

“El género de cumbia de caña millera se revolucionó con el artista Pedro Ramayá Beltrán, haciendo de esta música la insignia del carnaval de Barranquilla. Por su parte, Andrés Landero es considerado el rey de la cumbia del acordeón colombiano, una de sus composiciones más reconocidas es la Pava Congona”, indicó el maestro, “sin embargo, la cumbia de orquesta se comenzó a popularizar en las décadas de 1940 y 1950, una de las orquestas más famosas fue la de Clímaco Sarmiento con la canción “La pata y el pato”.

Para Ochoa, cada música tiene “cadencias distintas en la historia y el ritmo, ya que las cumbias utilizan diversos instrumentos y bailes”, pero eso no descarta que sea un género que ha traspasado las páginas de investigaciones previas y se haya asentado en la identidad de colombianos y panameños.

Por su parte, el doctor en musicología y etnomusicología dialógica Edwin Ricardo Pitre señaló que la historia de la cumbia toma un rol imprescindible en “el intercambio cultural entre Panamá y Colombia”, lo que se ve reflejado en la publicación de su tesis Veredas sonoras de la cumbia panameña: estilos y mudanza de paradigmas (Universidad de Sao Paulo, 2008) donde recoge investigaciones sobre la cumbia en las décadas de 1980 y 1990 en Panamá.

“La cumbia tiene origen bantu, según la indagación etimológica y etnomusical, lo que señala el origen africano que se encuentra en su contexto ritual”, explicó el investigador panameño.

En el libro Tambor y socavón del investigador y folclorista Manuel F. Zárate se indica: “Ya hemos dicho antes que el bunde, tal como lo demuestra Manuel Zapata Olivella, fue el origen de todos los bailes de tambor que cubren el área negra de Panamá y Colombia (...), ahora nos adherimos gustosamente a la tesis de que la cumbia, tanto colombiana como panameña, es un fruto de la transición del primitivo bunde. Esto significa que se remonta al tiempo colonial español en Panamá y las danzas de los negros e indios durante su práctica como cimarrones en tierras libres donde intentaban escapar de los soldados españoles en busca de su libertad”.

“A través de un análisis realizado a las canciones de 'Los sentimientos del alma', composición de Chico 'Púrio' Ramírez, grabada por Osvaldo Ayala (1985) y 'Se me olvidó quererte' ,composición de Christian García, grabada por Sammy y Sandra Sandoval (1995) considerados con esto 'Patrones de la cumbia' en Panamá, se encontró un patrón rítmico llamado 'timeline de la cumbia' que permite identificar la cumbia en varias localidades”, anotó Pitre.

Esto guía la investigación registrada acerca de los impactos de la mudanza de la música desde el centro de Panamá hacia el interior del país, lo que dio paso a la llegada de la cumbia al resto del país y a su popularización de la mano de diversos artistas, especialmente la cumbia de acordeón acompañado con orquesta.

Pese a que Panamá y Colombia comparten el mayor conocimiento sobre las cumbias, el maestro panameño Nodier Casanova puntualizó que en la narración de la historia de las cumbias en diversas publicaciones del siglo XX y XXI, “Panamá no ha figurado como un actor importante dentro de sus orígenes, sin embargo, al adentrarnos en el significado que le da el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española encontramos que dice que es una “Danza popular de Colombia y Panamá, una de cuyas figuras se caracteriza por llevar los danzantes una vela encendida en la mano”.

Para Casanova, la presencia de la cumbia en Panamá no significa que “están relacionadas íntimamente con las colombianas, aunque el origen es gracias a la interrelación de ambos países”, y señaló que en Panamá existen cumbias que se alejan de la composición de las colombianas, como en la provincia de Los Santos, “donde surge la cumbia atravesada, siendo su única diferencia con el resto de las cumbias, su toque en 6 octavos, pero se baila en rueda como es costumbre”.

“Por los datos registrados a través de los años, se puede apuntar que la cumbia originalmente nace en las costas antillanas y se asienta en Panamá con la migración de afroantillanos de todas partes de la región”, anotó, “la cumbia raíz sería aquella que se desarrolla en el este del país y desde el norte se mueve hacia el Caribe en el que se puede ver la cumbia congo”.

Así mismo, expresó que la teoría de la “calenda” ha sido una de las más plasmadas nacionalmente tras una investigación realizada por Dora Pérez de Zárate, “quien recogió una crónica del padre Lavat en las Antillas que data de 1698, y vio que en las descripciones que él hizo del baile había grandes similitudes con la cumbia de Panamá.

Estos datos interesantes refuerzan la constancia de la información publicada en Santa Fe de Darién con la palabra vigencia “calenda” que representa danza o canto de este ritmo”.

Recalcó que esta es la única danza en Panamá que es desarrollada en contexto ritual que recientemente ha sido declarada una tradición festiva del pueblo congo por la Unesco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. “La cumbia santeña recoge elementos europeos con mezcla de la saloma indígena nacional”, comentó el maestro panameño, “la cumbia de guitarra se desarrolla principalmente en las provincias de Veraguas y Herrera con la mejorana, que es considerado nuestro instrumento nacional”.

En Panamá se popularizó la cumbia de acordeón y guitarra en la década de 1930; el instrumento símbolo de esta fue la mejorana.

De igual manera, destacó el origen de la cumbia macratoro en el pueblo congo, “que se define como cumbia cantada en diversas lenguas”.

“Ligando a nivel histórico entre Panamá y Colombia debemos traer a conversación las similitudes dentro de los formatos de este género musical en ambas naciones y su rastreo hasta Jamaica con el baile de la religión kumina, por su relación con la cumbia, siendo su baile al sentido contrario de las manecillas del reloj, la orquesta en el centro del círculo de danzarines y las mujeres llevan velas en las manos o en la cabeza, además de contar con cantantes específicos”.

“La cumbia posee un mensaje de alegría independiente de su origen y constitución de instrumentos, su ritmo proviene de aquellos deseos de libertad y gozo en siglos pasados bajo la opresión de la colonización”, expresó José Luis Amador, magíster en antropología social, investigador de la presencia chiricana en Costa Rica y autor del libro Historia y tradición en Potrero Grande.

El investigador apuntó durante su intervención la importancia de la gran migración de chiricanos a Potrero Grande desde el siglo XIX hasta mediados del XX, “los cuales aportaron elementos indígenas, mestizos y de cultura afro a la población costarricense, además de las danzas y música que era popular en Panamá, incluida la cumbia”.

Aun con las diversas narrativas que circulan alrededor de este género musical ramificado, su innegable impacto en las culturas de Panamá, Colombia y Costa Rica se mantiene como un testimonio del hilo que une la historia del istmo como puente de tradiciones y costumbres que se expandieron por toda la región centroamericana. “Hay quienes dicen que la cumbia logra musicalmente el sueño de Bolívar”, comentó Amador, “ya que ha unido a toda América Latina desde la Patagonia hasta más allá del Río Bravo”.

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