• 29/11/2020 00:00

Padrinos mágicos

El que tiene padrino, se bautiza, los demás deben seguir a expensas de los caprichos pandémicos ¡y sin poder publicar extractos de su obra en revistas extranjeras!

Corría el año 2017 y el poeta panameño Javier Alvarado ganaba el Premio Hispanoamericano de Poesía de El Salvador con el poemario Epopeya de las comarcas.

Dos años más tarde, el 14 de octubre de 2019, en la correspondiente Gala de Premiación y con la pompa y boato que tal distinción de las letras panameñas amerita, se daban a conocer los ganadores del Premio Nacional de Literatura Ricardo Miró: en cuento, Arturo Wong Sagel; en poesía, Edwin González; Jhavier Romero en teatro; el premio de ensayo fue para Danae Brugiati y el ganador de la sección de novela fue Pedro Crenes.

Dos meses más tarde, el 13 de diciembre de 2019, en Salamanca, España, se anunciaba a la española Teresa de Jesús Rodríguez como la ganadora del Concurso de Poesía Mística Fernando Rielo. En ese concurso el poeta Javier Alvarado obtiene una mención de honor con su obra El pastor resplandeciente.

El 21 de diciembre de 2019 la periodista Taysha Nurse de Telemetro le hace un reportaje al poeta Alvarado por el galardón obtenido. Y el 28 de diciembre de 2019, merced a dicha nota, el ya por aquel entonces ministro de Cultura, Carlos Aguilar, le hace una “visita sorpresa” al poeta, visita que también por sorpresa, (já), capturaron las cámaras de Telemetro. El poeta saca en sus redes sociales estas imágenes anunciando que el ministro lo visitó por haber ganado el premio Fernando Rielo. Un par de personas (entre las que se encontraba esta que suscribe) le hicieron la observación en dicha publicación que él no había ganado el premio, que solo había sido acreedor de una mención honorífica, (lo cual, ojo, no resta mérito ninguno al poemario), los inoportunos fueron oportunamente eliminados y bloqueados de dicha red.

El 4 de enero de 2020 el ministro Aguilar promete a Alvarado el apoyo del ministerio para la edición y publicación de sus obras, aún inéditas.

El 23 de noviembre de 2020 tanto el ministro como el poeta aparecen en sus respectivas redes entregando y recibiendo los libros ya publicados del poeta, Epopeya de las comarcas y El pastor resplandeciente, recién salidos del horno.

A la fecha, y hasta el momento en el que ustedes están leyendo estas líneas, ninguno de los cinco libros de poesía, novela, cuento, teatro y ensayo de los ganadores del Premio Ricardo Miró del año 2019 han salido de la imprenta del Ministerio de Cultura. La excusa que se les da a los autores es que la pandemia no ha permitido la impresión, retrasando sine die su entrega y distribución.

Este relato cronológico, simple recuento de noticias y publicaciones fechadas y posteadas en medios de comunicación y redes sociales, nos permiten inferir varias cosas. La primera es la confirmación de aquello que siempre se dijo en mi tierra: “El que no llora no mama”.

La segunda es que en este país el que no tiene escrúpulos logra lo que desea, porque muy pocos, por no decir casi nadie, se atreven a enfrentarse al emperador y, señalándolo, gritar “¡Está desnudo!”.

Por último, pero no menos importante, en este país el que no tiene padrinos mágicos y madrinas angélicas es mejor que se deje morir en la cuneta o se tire por el puente de las Américas. El que tiene padrino, se bautiza, los demás deben seguir a expensas de los caprichos pandémicos ¡y sin poder publicar extractos de su obra en revistas extranjeras!

Y, si alguien decide levantar la voz, enseguida, “ya tocando la boca o ya la frente”, como decía Quevedo, los lobos y las ovejas te avisan silencio o te amenazan miedo.

En fin...

Columnista
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