La cultura de apertura y la universidad abierta

Generar confianza en la gestión está directamente relacionada con la participación de todos los actores en las decisiones que se tomen; implica un deber y un derecho que tiene que ver con que las personas deban y puedan participar en todas las etapas del ciclo de gestión de un país o de una institución (consulta previa, diseño, formulación y planificación, construcción o ejecución, seguimiento y evaluación).

Un claro ejemplo de los efectos que produce la toma de decisiones sin la participación de todos los actores, se dio recientemente en Panamá cuando se realizó el intento de reformas a la Constitución, a pesar de haberse hecho por un grupo de “notables”, y que, sin modificarse, se entregaron al Órgano Legislativo; luego se debatieron en la Comisión de Gobierno de la Asamblea Nacional, tratando de reformar el texto constitucional. Esto trajo consigo la desconfianza y el rechazo de los sectores que, aunque minoritarios, se sentían ignorados y perjudicados por el nuevo articulado constitucional, lo cual se convirtió en un rotundo rechazo que obligó al Ejecutivo a retirar la propuesta prometida en campaña.

La resolución de conflictos, la comunicación y el liderazgo tienen un papel prioritario dentro de un país o una organización en la que sin el elemento democracia participativa, no podrían funcionar; tanto el clima organizacional como la cultura de la institución se benefician con la práctica de la consulta previa y continua.

La evolución de las teorías modernas de las organizaciones nos orienta acerca de la importancia de la confianza de los miembros de una organización en aportar ideas en la solución de sus propios problemas, fundamentados en el adecuado conocimiento adquirido en el puesto de trabajo (Drucker, 1999).

Las universidades estatales tienen el compromiso de ser democráticas y tener un manejo transparente de su gestión, con una cultura de rendición de cuentas. En sus páginas web deben facilitar toda la información de que disponen para mantener a la ciudadanía informada, capaz de realizar acciones adecuadas de acuerdo con su conciencia. El trabajo docente, de extensión, de investigación, y de gestión de los recursos de que dispone el centro de enseñanza superior, debe estar al alcance expedito y sencillo de la ciudadanía en general.

En el caso de la Universidad Especializada de las Américas (Udelas), aunque se destaca por el fiel cumplimiento de estos principios de gobierno abierto y de ética administrativa y académica, con la crisis sanitaria de la pandemia de la covid-19, es visible que se hace muy difícil llevar el acceso de la enseñanza e información a ciertas poblaciones que son atendidas, como son los pueblos originarios, los grupos vulnerables de la ciudad y del campo, y especialmente a la población con alguna discapacidad. Esto ha hecho difícil nuestro desempeño institucional en esta crisis, porque no hay equiparación de oportunidades posible bajo estas condiciones de confinamiento y distanciamiento físico.

Udelas cumple con los principios y normas de gobierno abierto, pero solo para la población que tiene acceso a internet; las poblaciones vulnerables no pueden participar de las consultas, ya sean de Ágora “Cerrando Brechas”, del diálogo del programa de Invalidez Vejez y Muerte (IVM) de la Caja de Seguro Social, ni de las clases virtuales que realiza la universidad; esta es una situación de verdadera brecha de la comunicación y participación.

Por ello se hace necesaria la vacunación de estudiantes (con sus cuidadores o familiares) y profesores, en el menor tiempo posible, para que los sectores vulnerables que se atienden en la Udelas tengan la participación a que tienen derecho en todas las consultas nacionales, y a las clases semipresenciales (o mejor presenciales) que se merecen para su desarrollo físico, técnico, emocional e intelectual.