Homenaje a don Justo Arosemena

En la ciudad de Ankara, capital de la República de Turquía, dentro de su magnífica universidad, funciona el Centro de Estudios Latinoamericanos. En la entrada hay una galería de bustos de los próceres de cada país y faltaba uno de Panamá. Desde mi llegada hace 10 meses a esta ciudad, me propuse que un destacado hombre (o mujer) panameño estuviera presente en esa galería, que está al aire libre y engalana la entrada del centro.

Consultando con historiadores y académicos, llegamos a la conclusión de que el panameño que debía estar representado allí era Justo Arosemena, a quienes los panameños consideramos el padre de la nacionalidad. Me acerqué a la Asamblea Nacional, cuyo palacio lleva el nombre del ilustre patriota para que financiara el busto y me di a la tarea de supervisar la confección, ya que contaba solamente con imágenes de retratos dibujados.

Al tiempo que adelantaba los detalles de la confección del busto, insistía al presidente de la Asamblea Nacional, el diputado Marcos Castillero, para que él y una comitiva de parlamentarios viniera a develarlo. No era fácil la tarea, viajar en tiempos de covid no lo hace todo el mundo y menos a lugares tan remotos.

Un apoyo invaluable fue el del Dr. Carlos Bolívar Pedreschi, que presidió la comisión del bicentenario de su nacimiento y produjo una colección de sus ensayos y escritos bellamente editada. Junto a Irvin Hallman, que me sirvió de puente con su suegro, el Dr. Pedreschi, y el apoyo invaluable del Dr. Alfredo Castillero Calvo, fueron revisando el desarrollo del busto de don Justo.

Finalmente, después de posposiciones por el tema de la pandemia, el viaje del presidente se hizo realidad, y el pasado 1 de junio y ante la presencia del rector de la Universidad de Ankara, otras autoridades académicas, altos funcionarios de la cancillería turca y mis colegas del cuerpo diplomático acreditado en Ankara, bajo una pertinaz lluvia se hizo realidad este anhelado proyecto.

Justo Arosemena fue un intelectual, diplomático, político y escritor nacido en Panamá, en 1817, apenas cuatro años antes de la independencia del imperio español. Posterior a esa independencia, cuyo bicentenario celebramos este año, Panamá se unió a Colombia y el doctor Arosemena ocupó importantes cargos debido a su capacidad y amplios conocimientos. Se destaca el ser embajador de Colombia en Inglaterra, presidente de la convención de Río Negro que promulgó la Constitución colombiana en 1863 y delegado de Colombia ante el Congreso Americano, celebrado en 1864 en Lima, Perú.

El Dr. Arosemena fue uno de los precursores de las ciencias políticas debido a la aproximación con que abordaba los problemas. Sus diagnósticos los hacía descansar en lo que los hechos podían comunicar al investigador. De él proviene la palabra “factología”, incorporada en el diccionario de la lengua, y que sugiere el estudio de los hechos. Fue el más adelantado en la geopolítica.

Por su concepción integracionista, era fiel creyente de crear una liga de Estados Americanos, un precedente a lo que ahora se conoce como la Organización de Estado Americanos (OEA).

Fue un prolífico escritor y entre sus obras están los Apuntamientos para la introducción de las ciencias morales o políticas publicada en 1840, Examen para la franca comunicación entre los océanos (1846), Principios de moral política en 1849, El Estado federal de Panamá (1852), Código de moral fundada en la naturaleza del hombre (1860), Estudios sobre la idea de una liga americana (1864), Constituciones políticas de una América Meridional (1870), Estudios constitucionales (1878), The institution of marriage in the United Kingdom (1879).

La riqueza y profundidad de sus obras y la novedosa aproximación científica a los problemas políticos y sociales fueron razones para que al Dr. Justo Arosemena se le considerara del nivel de los pensadores europeos de su tiempo.

El Dr. Justo Arosemena es considerado “el más ilustre de los panameños y padre de la nacionalidad panameña”. Abogó por un Estado independiente de Colombia, que no pudo ver porque murió 7 años antes de nuestra separación definitiva del vecino país, en 1896.

Bustos y sitios dedicados a él hay en muchos lugares del mundo, el más conocido posiblemente el del parque El Retiro, en Madrid, capital del Reino de España, donde regularmente se celebran las efemérides patrias. Ahora en Ankara, capital de Turquía, tenemos un referente de un hombre que se destacó por su intelecto e ideas avanzadas, y que es orgullo de todos los panameños.

Aprovechando la visita del presidente de la Asamblea Nacional a Turquía se organizaron una serie de encuentros con instituciones académicas, con el Parlamento, que tiene 600 diputados y ocupa un complejo de 50 hectáreas, con el grupo de amistad de Turquía y Panamá, y proseguimos en Estambul, con la Universidad Politécnica. En todos el diputado Castillero fue recibido con los más altos honores y estoy segura de que los acercamientos con universidades turcas, que tienen tan avanzado el tema de agricultura, acuicultura, veterinaria, tecnología, medio ambiente y minería redundará en becas y oportunidades de capacitación para técnicos panameños en Turquía.

Por supuesto que una visita a la tierra de Mustafá Kemal Atatürk no hubiera estado completa sin pagarle sus respetos al mausoleo donde reposan sus restos, y es así como la comitiva legislativa le hizo los honores al padre de la patria turca y en una ceremonia protocolar se le rindió homenaje con una corona de flores, el mensaje escrito en el libro de visitantes distinguidos y un recorrido por el pequeño museo que alberga sus objetos personales, ya que el resto del complejo donde, inclusive, se exhibe el carruaje que llevó sus restos desde Estambul, donde murió, hasta Ankara.

Un justo homenaje a don Justo en tierras turcas.