La aduana de Portobelo tiene más de una historia que contar

Actualizado
  • 13/06/2022 00:00
Creado
  • 13/06/2022 00:00
Entre colores, sabores y el clima caribeño se encuentra la aduana de Portobelo, restaurándose para contar la historia de su construcción y de la cultura del pueblo al que pertenece
El techo del segundo piso está siendo renovado por completo.

En medio de una cerca improvisada de cinc, el calor húmedo –característico de los pueblos costeros–, y con un grupo de obreros en su interior, el edificio que guarda cientos de años de historia, la aduana de Portobelo, recibe a los medios de comunicación para un recorrido en el que se muestra el avance de los trabajos de restauración.

Ubicado en Portobelo, en la provincia de Colón, entre casas pintorescas que están sobre calles parcialmente empedradas, una plaza que recibe a los estudiantes que al salir de clases no van directo a sus hogares, sino a hacer vida social; personas que venden aceite de coco, salsa picante y cocadas de diferentes sabores: piña, maracuyá, leche condensada, fresa y más, se encuentra el edificio histórico.

En otro costado están las ruinas de lo que fue uno de los fuertes construidos por los españoles en la década de 1600.

Al otro lado se impone el mar Caribe, en él flotan algunas embarcaciones pequeñas esperando para ser utilizadas, también hay otras oxidadas, semihundidas que quedaron ahí, en el abandono. Al fondo, una montaña.

En el museo se buscará exaltar la herencia cultural de Portobelo

Los alrededores permanecerán iguales, al menos por un tiempo, pero el edificio de la aduana promete engalanarse para recibir visitantes.

La directora nacional de Museos del Ministerio de Cultura de Panamá, Anayansi Chichaco, recibió a los comunicadores sociales que acudieron a la gira de medios. Explicó que la obra de restauración tiene un 50% de avance y se espera que esté terminada en el primer trimestre del año 2023. Este proyecto está valorado en $3,7 millones que han sido financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Chichaco resaltó que entre los objetivos del proyecto destaca “aumentar la actividad turística de la zona y reactivar económicamente el área para generar empleos (...) el 80% de la mano de obra es de residentes de la provincia de Colón, y de ellos, el 70% es de Portobelo”.

Etapas de la obra

Durante el recorrido, el arquitecto Eustorgio Márquez dio detalles de cómo han sido las etapas de la obra. En la fase preliminar se hicieron los planos, diseños y los estudios necesarios.

La restauración conservará elementos de la reforma de 1998.

La fase intermedia, que se ejecuta actualmente, se enfoca en la mano de obra. Y en la fase final se realizará la construcción e instalación del mobiliario que pertenecerá al museo.

Es decir, que al estar terminada, los visitantes podrán contemplar dos conceptos en un mismo lugar: el monumento histórico, y el museo. Aunque la “museografía no competirá con el edificio ni viceversa”, reveló la directora de Museos.

El edificio

La estructura de la aduana está siendo restaurada, buscando conservar las características de la última reforma que se llevó a cabo en 1998.

Una de las salas será utilizada para eventos

De acuerdo con la información dada por el arquitecto Márquez, aprovecharán los materiales que fueron utilizados en los años 90 y –dentro de lo posible– se hará uso de la luz natural que entra a través de los ventanales.

En las paredes usarán una pintura de capas delgadas que permiten interpretar si eran de ladrillos, coral o de otro material. Las partes no están siendo revestidas con cemento, sino con una mezcla de cal y arena continental, con un porcentaje de cloruro muy bajo “que permite que el edificio respire”, dijo el arquitecto.

El suelo de la edificación se conserva desde la restauración de los años 90 y quedará como está, también el techo del primer piso. Sin embargo, el techo del segundo piso será renovado. Márquez explicó que tenía filtraciones y necesitaba un reemplazo del forro que lo cubría por encima. Ahora será de madera de níspero y tendrá un manto asfáltico.

El 70% de la mano de obra que trabaja en el proyecto reside en Portobelo.

La mayoría de las columnas visibles están siendo renovadas, pero algunas se conservarán tal como fueron construidas. En la entrada del edificio hay seis que muestran claramente que fueron hechas con coral, tres a la izquierda y tres a la derecha; se mantendrán así, solamente les colocarán una protección transparente que deje ver su material y que las resguarde de daños. En el medio hay dos que dejan ver que fueron construidas con piedras, también permanecerán así.

Museo

Las exhibiciones contarán dos historias: una sobre el edificio y la otra estará enfocada en la población de Portobelo, el valor que tiene y lo que representó en la época de la esclavitud.

Marixa Lasso, historiadora y directora del Centro de Investigaciones Históricas, Antropológicas y Culturales AIP (Cihac-AIP), es la encargada de supervisar el contenido que contará la historia del pueblo.

La restauración de la aduana de Portobelo espera estar terminada para el primer trimestre de 2023.

Lasso detalló que el museo relatará “la historia afrocolonial panameña desde el papel que jugó en el tráfico de los esclavos que llegaban a esta aduana y después pasaban a los mercados del Perú. Además de ser ellos quienes construyeron estos edificios y todos los fuertes que están acá, eran quienes llevaban la mercancía y quienes formaban parte, como soldados, en el sistema de defensa de los fuertes”.

La museografía también mostrará de qué manera se iban volviendo libres, “ya para finales de la colonia, la mayoría era libre y, ¿cómo sucedió eso? Pues algunos compraban su propia libertad, entonces explicaremos eso hasta llegar a la abolición de la esclavitud”, expresó Lasso.

Otros temas que buscan exaltar en el museo es la herencia cultural, las prácticas, y las tradiciones que quedan en Portobelo. Para esto les consultaron a los habitantes del pueblo qué querían destacar, y sus opiniones fueron tomadas en cuenta.

Elementos tecnológicos en el museo

La historiadora contó que han tenido que ser creativos e ingeniárselas para lograr un relato de la historia como ocurrió realmente. Implementarán elementos tecnológicos e interactivos que le permitan al visitante vivir una experiencia que no está limitada a solo observar.

“Sobre la época de la colonia casi no tenemos objetos, hemos tenido que ser creativos y usar un poco de arte. Para la parte de la herencia sí quedan cosas muy lindas, como capas del Cristo Negro, entre otros elementos que serán sorpresa”, agregó Lasso.

Mantenimiento

La aduana de Portobelo, una vez terminada su restauración, contará con agua, sanitarios, iluminación, oficina de administración y todo lo necesario para que funcione como museo.

Para garantizar la conservación de las instalaciones, el Ministerio de Cultura está estableciendo un manual de buenas prácticas, así como también un mecanismo económico para su manutención.

En este sentido están creando alianzas estratégicas con empresas privadas y algunas organizaciones que apoyen en el financiamiento del mantenimiento del edificio. Además, se dispondrá de uno de los salones para que pueda alquilarse para eventos, conferencias, entre otros. También tendrá una tienda de regalos.

“Aún falta establecer las tarifas de entrada y los horarios del museo. Probablemente sea de martes a domingo como todos los demás”, dijo Anayansi Chichaco.

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