Un amor de película inmortalizado entre centenares de rosas en Buenos Aires

Actualizado
  • 07/01/2018 10:15
Creado
  • 07/01/2018 10:15
Un total de 50 placas con sus correspondientes mensajes, junto a la de Mazzeo, se colocaron en los bancos de madera del emblemático jardín de rosas de Buenos Aires

Como una carta de amor íntima entre dos enamorados, así se cuenta la historia de una relación inmortalizada con un homenaje en un banco del Rosedal de Buenos Aires, donde una argentina cumplió su sueño inspirado en la película preferida de su fallecida pareja, "Notting Hill" (1999).

"Las historias de amor pasan también en la vida real, no solo en las películas, pero hay que abrirse y hay que creer para crearlas", defendió en diálogo con Efe Giselle Mazzeo, la propulsora de la iniciativa que ha llenado de placas conmemorativas los bancos del Rosedal.

Un total de 50 placas con sus correspondientes mensajes, junto a la de Mazzeo, se colocaron en los bancos de madera del emblemático jardín de rosas de Buenos Aires, y 100 más en otro dentro del parque Avellaneda, ubicado en el oeste de la capital.

"Hay una escena de la película en la que hay un banco en un parque y ellos ven ese banco y dicen 'qué bonito ese amor', que dura para siempre. A raíz de esa idea, se me ocurre hacer una placa", relató sobre el homenaje inspirado en "Notting Hill", la comedia romántica inglesa protagonizada por Julia Roberts y Hugh Grant. Tras la muerte de su novio en enero del pasado año, Mazzeo pensó que la mejor manera de mantener vivo el recuerdo de su amor era pidiendo al Gobierno de la ciudad de Buenos Aires que le permitiera atornillar legalmente en el banco donde siempre descansaban aquella placa que le regaló a su pareja en un aniversario. El Gobierno capitalino lanzó en las redes sociales la iniciativa de la mujer, de 43 años, y tras una oleada de peticiones seleccionaron 150. No serán las únicas: ya se preparan nuevos rótulos para poder cubrir la multitud de propuestas recibidas que instalarán en otras plazas. Entre las rosas, se encuentran las historias de 50 personas ligadas al Rosedal, como una placa dedicada a un grupo de amigos que solían reunirse entre los rosales de uno de los espacios más verdes de la capital para compartir tardes de mates y risas. O una madre que, tras cumplir el último deseo de su hijo de ser enterrado en el Vaticano, ahora ya tiene un rincón en Buenos Aires donde recordarle. "Es un sitio lleno de vida donde viene la gente a pasarlo bien, a tomar mate, a charlar con sus amigos, a traer a sus hijos, y eso me parece que es darle vida a la muerte de alguna forma", sostuvo. Muchos de los protagonistas de las historias expuestas con una breve frase acompañada del nombre y la fecha de nacimiento y defunción de los homenajeados le agradecieron haber tenido una idea que le daba "otro significado" a la muerte, como aseguró la argentina. "For Ihn who loves to run in this park from She who loves him (Para 'Ihn' que ama correr en este parque, de 'She' que lo ama)", reza la placa que le hizo a su novio Martín. "La hice en inglés por la película y el mensaje que elegí para poner era con los sobrenombres que nosotros nos decíamos", explicó. Él la llamaba cariñosamente "She", una abreviatura de Giselle que con la tonada argentina adquiere más similitud con la palabra inglesa, y, además, uno de los temas -interpretado por Elvis Costello- más populares de la banda sonora de la película norteamericana. Ella le apodaba "Ihn", un pronombre masculino en alemán, idioma que él había aprendido a hablar. La suya fue una historia "de segundas oportunidades", según contó Mazzeo, aunque reconoció que ella arrancó la relación con "miedo y frenadas", algo que apaciguó una segunda cita, otra segunda oportunidad que terminó uniendo sus familias para formar una vida juntos. "Pensé que era demasiada casualidad el mensaje que había elegido porque justo había puesto 'para él que le gusta correr' y se murió corriendo, y 'de ella que lo ama', y se murió conmigo al lado, amándolo", contó. Un amor que no se termina con la muerte. Es el mensaje que Giselle pone en manos de todo aquel que pasee por el Rosedal y se detenga a leer algunos de los emotivos mensajes que quedarán plasmados en los bancos del jardín porteño, cual barrio londinense, e imagine a quién dedicaría su placa. "Creo que hay que jugársela, hay que creer en el amor. No hay que tener miedo porque la vida es eso. Estar sin amor es como estar muertos por dentro", concluyó.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus