María González Jiménez: 'Hoy existe más concienciación sobre el cáncer de mama en Panamá'

María González de Jiménez es la presidenta actual de la Asociación de Amigos y Voluntarios del Instituto Oncológico Nacional (Adavion). La organización brinda soporte a las personas con cáncer desde hace 40 años. La iniciativa surgió gracias a mujeres nacionales y extranjeras que residían frente al hospital y cruzaban a diario para brindar café y galletas a los pacientes. Más adelante se convirtieron en una organización impulsada por la doctora Rosa María Britton, quien las orientó y fue miembro del equipo. En la actualidad cuentan con varios programas, el primero es el de refrigerio, que consiste en facilitar desayuno a pacientes y familiares que se encuentran en consulta externa. Las voluntarias también dan acompañamiento a los internados, una labor en la que el apoyo emocional es crucial. González disfruta llegar al Oncológico a las 5:00 de la mañana; es parte de su trabajo con sentido social. Desde temprano junto a sus compañeras –antes de la pandemia– preparaba seis jarras de té. Organizaban bingos y otras actividades para recaudar fondos. La presidenta de Adavion inició su labor como voluntaria hace 16 años, luego de que su madre enfermara de cáncer. Una realidad es que los pasillos del Oncológico guardan tantas historias de tristeza como de esperanza. En el caso de María, hace unos años se encontró a una mujer que temblaba en el elevador, y luego de auxiliarla, aquella señora le dijo que sus oraciones habían sido escuchadas y que Dios le había enviado un ángel en aquel momento tan difícil. Como “ángeles celestes”, son apodadas las voluntarias de esta organización. En esta entrevista, González expone los retos que ha enfrentado durante la pandemia y comparte las satisfacciones de las campañas realizadas para la prevención del cáncer.

El 8 de enero de 2020 tomé posesión del cargo. Por causa de la covid-19 solo pude estar dos meses asistiendo diariamente al Oncológico, aunque todavía voy periódicamente. Realmente para mí esto ha representado un gran reto; en marzo todos quedamos en estado de recesión y en abril fuimos retomando las actividades que teníamos pactadas. Nos reactivamos de distintas formas y eso incluyó afianzarnos en el área de la tecnología. El 90% de las voluntarias somos de la tercera edad, y aunque lo digital no es lo nuestro, hemos sabido sacar adelante nuestras asambleas mensuales. El lado positivo es que ahora virtualmente recibimos más asistentes que cuando hacíamos las reuniones presenciales.

En una de nuestras asambleas establecimos que, en vez de llevar los refrigerios a diario, actualmente llevamos bolsas de comida mensualmente. Coordinamos con el Departamento de Trabajo Social porque nosotras no podemos repartirlas dadas las circunstancias, pero ellos llevan el registro de pacientes que tienen necesidades puntuales. Lo que gastábamos en refrigerios, hoy lo invertimos en las bolsas de alimentos. De igual manera, antes de la pandemia nosotros apoyamos a los pacientes que requieren de transporte. A través del Departamento de Trabajo Social se maneja una caja menuda, nos brindan el informe mensual y hacemos los cheques. En este mismo departamento contamos con un subsidio de funerales, si el acompañante asiste a trabajo social y no tiene cómo llevarse del Oncológico a su deudo, nosotros lo apoyamos. Por mes tenemos aprobado costear cuatro funerales; hay meses en que no se llega a esa cifra así que lo vamos acumulando para los meses donde se presentan más casos. Igualmente, si un paciente necesita un medicamento que no hay en el hospital, el Departamento de Trabajo Social nos llama y nosotros lo compramos.

En septiembre del año pasado teníamos programado hacer una gala musical solidaria (presencial) para festejar nuestros 40 años. Vimos que el panorama de la covid-19 no iba a mejorar, así que decidimos en julio preparar la gala virtual. Realizar este evento fue un gran desafío. Pero logramos convocar a artistas nacionales e internacionales, como Osvaldo Ayala, Carlos Vallarino, Los Rabanes, Grettel Garibaldi, Iván Barrios, Noel Schajris, entre otros. Nuestra meta con este concierto era equipar la sala de hematología del Oncológico, la cual cuenta con cinco habitaciones que están ubicadas en el área administrativa. Ahora se van a ampliar en cinco salas más. Al personal administrativo lo trasladarán y el quinto piso será para los pacientes. Me ha sorprendido muchísimo la acogida de esta iniciativa, porque de todas las actividades que hemos efectuado a lo largo de nuestros 40 años esta fue la que más recaudaciones obtuvo.

La organización ha crecido en cantidad de voluntarias. El estatuto lo reformamos cada cinco años, pero la realidad es que nuestra labor siempre ha sido bajo perfil. El que va al Oncológico sabe lo que hacemos a diario. No fue hasta hace unos años que fuimos nominados en Héroes por Panamá y en Gente que Inspira por nuestra labor.

Considero que sí. Hoy existe más concienciación sobre el cáncer de mama en Panamá. Las campañas han contribuido a aumentar la conciencia ciudadana, ya no es solo en octubre que las personas acuden a hacerse los exámenes. Hay muchas organizaciones que han trabajado para que las mujeres se enfoquen en hacerse su mamografía, ultrasonido; por eso se han podido detectar más casos, pero el diagnóstico de cáncer ya no es sinónimo de muerte. En el Oncológico me ha tocado ver a mujeres menores de 40 años con esta enfermedad que no solo afecta sus ovarios, sino las mamas y otros órganos.

Puedo hablar por parte del Oncológico. La atención que ellos dan a los pacientes es excelente. Los equipos del instituto son de alta tecnología. Ojalá todos los hospitales de Panamá tuvieran la atención del Oncológico. Su trato hacia los enfermos de cáncer es integral. Hay pacientes que llegan y en el día los atienden hasta tres especialistas diferentes. La recepcionista, las enfermeras, los médicos, todos tratan al paciente con familiaridad para que se sienta bien en este duro proceso. Ver esa atención es lindo, y no se encuentra en otros hospitales.

Lo ideal es que hubiera un hospital especializado por provincia, pero sé que ya se están haciendo esfuerzos para que se concrete, por ejemplo, en Chiriquí inauguraron un área destinada a la quimioterapia. El punto está en que no solo se requiere hacer el hospital, también se debe preparar al personal. Sería excelente que se haga un instituto que abarque la atención en Chiriquí, Bocas del Toro y Veraguas, eso aliviaría mucho al Oncológico.

No puedo ahondar tanto en el tema del presupuesto, pero sí puedo decir que gracias a Dios muchas oenegés y empresas apoyan al hospital.

En Panamá las damas somos luchadoras, la mujer panameña no se limita, y está demostrado que en las universidades hay más féminas que caballeros. Aparte del rol que tenemos como madres, esposas, profesionales, tendemos a capacitarnos mucho y ser muy emprendedoras.

El año pasado nos quedó pendiente la creación del capítulo Adavion Chiriquí; en esa provincia tenemos un grupo de personas que colabora con nosotros, pero no están integradas formalmente. Este mes vamos a retomar esa meta que se retrasó a causa de la pandemia