Cómo construir un kit de supervivencia de belleza ética

Actualizado
  • 08/09/2020 00:00
Creado
  • 08/09/2020 00:00
Examinar nuestra relación con el consumo de productos de belleza es un aspecto constantemente olvidado en nuestros esfuerzos por hacer compras más conscientes

Según un estudio de Mint.com, que analizó el comportamiento del consumidor en línea, una mujer promedio gasta por lo menos $15 mil a lo largo de su vida en cosméticos. Estos consumos, últimamente, tienen un auge en materia de cuidados de la piel.

Cómo construir un kit de supervivencia de belleza ética

Si bien la industria de la belleza es, indiscutiblemente, una fuente inagotable de nuevas opciones, ser selectivos a la hora de comprar tiene un impacto positivo no solo en nuestras finanzas, sino en nuestra comunidad.

Disfrutar de ingredientes de mejor calidad, cuidar el medio ambiente y apoyar las prácticas de producción justa (fairtrade), son solo algunos de los beneficios de la belleza ética.

A continuación podrá encontrar cinco estrategias determinantes para elegir productos éticos, de manera satisfactoria:

1. Investigación previa: como primer paso siempre es importante obtener más información de los productos que desea comprar. En especial, su lugar de fabricación, las reseñas de otros consumidores y los ingredientes que contiene.

Este es el momento ideal para hacer una búsqueda en línea sobre productos libres de crueldad (no probados en animales), y llevar a cabo un proceso de descarte, así como también ver otras opciones de cosméticos que estén certificados en este sentido.

El próximo paso lógico sería examinar con más detalle la lista de ingredientes.

En este caso, sería de mucha ayuda contar con nombres exactos que desea evitar, ya sea por el uso de prácticas antiéticas o por el potencial daño a la naturaleza.

Ingredientes como la mica, presente en gran parte de los cosméticos actuales, es un mineral controvertido por sus prácticas laborales al usar niños de hasta 4 o 5 años en minas improvisadas en la India.

Según una investigación realizada por Refinery29.com y medios como la cadena internacional DW, estos menores ganan 40 centavos al día y trabajan extrayendo mica, los siete días de la semana, en minas improvisadas que pueden ceder en cualquier momento causando derrumbes y víctimas.

Por su parte, muchos productos para la piel contienen aceite de escualano (squalene) hecho con hígado de tiburón. Este extracto no solo contribuye activamente con la crueldad animal, sino que apoya la pesca indiscriminada, creando un desequilibrio en el océano.

Según una evaluación independiente de la organización ambientalista Bloom, entre 3 millones y 6 millones de tiburones de aguas profundas son asesinados cada año para satisfacer las necesidades del mercado de aceite de hígado de tiburón, impulsado en gran medida por la industria cosmética.

Según este estudio de mercado, uno de cada cinco humectantes contiene escualano de tiburón.

2. Apoye marcas independientes: una de las estrategias más exitosas para la belleza ética es invertir en productos hechos por marcas locales o con valores claros y coherentes.

Es más probable que los ingredientes sean naturales al comprar cosméticos locales. También se beneficia la comunidad al apoyar a un negocio emergente.

En caso contrario, las grandes empresas también pueden contar con políticas éticas, que en teoría deben ser reflejadas en sus comunicaciones. Gigantes del mercado han optado en los últimos años por dejar de probar sus productos en animales, firmar tratados de comercio justos, e incluso emplear fórmulas veganas en sus productos sin afectar su costo o calidad.

El empaque y consecuente uso excesivo de plástico también se ha convertido en una preocupación ambientalista para muchos. En este sentido, algunas marcas ofrecen opciones de envases retornables o materiales biodegradables.

3. Evite el exceso: dada la infinidad de productos disponibles es muy tentador adquirir múltiples cosméticos a la vez, inclusive con el mismo fin.

Para contrarrestar esta situación, se pueden solicitar muestras de cada producto antes de comprar para probar su eficacia, y así decidir si vale la pena incluirlo de forma permanente en su rutina.

Otro aspecto importante es tener la intención de terminar un producto antes de comprar otro, en especial cuando se trata de elementos más duraderos como lápiz o brillo labial, cremas humectantes, entre otros.

4. La belleza es salud: un gran factor para tomar en cuenta a la hora de incluir algún producto en nuestra rutina de belleza es su nivel de toxicidad.

El aceite de palma, utilizado en infinidad de productos comestibles y de belleza, es uno de los ingredientes más contaminantes del mundo.

Su uso en el champú es controversial, y propone toda clase de discusiones éticas en el mundo de la preservación ambiental.

Se estima que por lo menos un 25% del bosque natural en Indonesia (uno de los tres pulmones del mundo) ha sido quemado y desforestado para sembrar la palma que produce ese aceite.

En muchas ocasiones, las prácticas antiéticas y los ingredientes dañinos van de la mano, en el sentido de que ambos representan ahorros en costos para los fabricantes de dichos productos.

5. Menos no siempre es más: en este caso, pagar menos por un producto puede no ser la mejor opción. Si la belleza ética es el rumbo que desea seguir, debe estar dispuesto a pagar más por algunos productos que excluyan ingredientes nocivos, practicas antiéticas y empaques contaminantes.

También es importante aclarar que el precio no siempre dicta la calidad del producto, por lo tanto la investigación previa que recomendamos inicialmente es primordial para decidir correctamente dónde invertir sus recursos.

Como consumidores tenemos el poder de elegir las tendencias del mercado, si tomamos decisiones más conscientes, más pronto que tarde existirán más opciones éticas que deseen capitalizar esta demanda.

Ejerzamos nuestro poder de elegir productos de la manera más ética posible, y según los recursos que tengamos a nuestro alcance.

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