La expansión ganadera afecta el Parque Nacional Darién

Actualizado
  • 09/05/2017 02:05
Creado
  • 09/05/2017 02:05
El Ministerio de Ambiente reconoce la penetración de la ganadería. ‘La Estrella de Panamá' y Mongabay Latam se unieron para esta publicación

La finca de David Ramos queda en la comunidad de Salodio, en la provincia de Darién, y desde allí se observa el Parque Nacional Darién, una reserva natural declarada Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Una empedrada calle de un solo carril te lleva hasta la finca de Ramos, saliendo desde Garachiné, un pueblo ubicado en las orillas del Pacífico y adonde solo se puede llegar por vía marítima o aérea.

Garachiné es un pueblo de pescadores y ganaderos, y algunos de ellos tienen fincas que colindan con el área protegida.

El recorrido en auto desde Garachiné hasta Salodio tarda unos 40 minutos, un trayecto en el que a ambos lados de la carretera el paisaje es siempre el mismo: interminables extensiones de potreros, algunos llenos de ganado, otros simplemente de ‘pasto mejorado' o hierba de semillas genéticamente modificadas.

Ramos, que ronda los 70 años de edad, llegó a Darién hace 30, procedente de Veraguas, donde entonces tenía cinco hectáreas de terreno y nueve hijos que mantener. En esa época, el país estaba gobernado por la dictadura militar y, desde entonces, los grandes terratenientes habían acaparado el país, con la excepción de Darién.

‘Ya no había tierra para trabajar', recuerda Ramos. En 1987, decidió marcharse hacia la provincia de Darién y hoy es dueño de 219 hectáreas y 130 reses.

‘Necesitaba tierra para desarrollar la agricultura y alimentar a mis hijos, porque en Veraguas ya no había', contó.

Darién se había convertido en el lugar de destino de los pequeños productores que no encontraban en otras provincias del país más espacios para el desarrollo agropecuario y, en ese proceso de colonización de tierras, Ramos empezó con 19 hectáreas. Tierras que fueron cultivadas y luego convertidas en pasto para el ganado.

Con el tiempo, adquirió otras 100 hectáreas hasta completar las 219 que tiene actualmente, de las cuales 40 hectáreas aún son bosques. Ramos alega que, por el momento, no tiene pensado convertir esas 40 hectáreas en potrero, pero tampoco garantiza que no serán taladas en el futuro.

‘Mi finca no afecta al parque porque está distante', dijo. Los terrenos de Ramos colindan con otras fincas que, a su vez, están dentro de la zona de amortiguamiento del área protegida. El pequeño productor, sin embargo, reconoce que en los últimos años se ha incrementado la deforestación en la zona para la agricultura y que la ganadería ya ingresó al Parque.

Darién es conocida como la ‘provincia olvidada' por la poca presencia de las instituciones del Estado en la región. Esa ausencia histórica permitió el acaparamiento de zonas boscosas y su posterior devastación, y con el tiempo áreas protegidas como Canglón y Filo del Tallo —que forman parte del Corredor Biológico Mesoamericano, que también lo integra el Parque Nacional Darién— quedaron convertidas en potreros.

Ahora, el temor de los conservacionistas —incluso del propio Ministerio de Ambiente (MiAmbiente)— se centra en el Parque Nacional Darién, en vista de que la expansión ganadera ha penetrado en algunas partes del parque, como Punta de Garachiné.

Las últimas cifras de la Contraloría General de la República datan de 2011. Ese año, el número de cabezas de ganado vacuno creció más del doble en la provincia alcanzando las 184,000 reses, lo que representaba un crecimiento del 118.6% comparado con la cifra de hace 10 años (2001), cuando existían alrededor de 84,000 animales, menos de la mitad.

En otras palabras, durante ese periodo la producción de ganado vacuno en Darién fue de 100,280 reses y registró el mayor crecimiento de la ganadería en el país, mientras que en las provincias de Los Santos y Herrera disminuyó, cuando históricamente era una de las áreas de mayor producción ganadera.

Hace unos quince años se empezó a desarrollar la ganadería de manera extensiva en Darién, dijo Rogelio Sambrano, presidente de la Alianza por un Mejor Darién, una asociación que lucha por la conservación de la provincia. ‘Antes, las familias tenían sus pequeñas parcelas y sus pocas reses', recalca.

En los últimos años, los ganaderos de Darién también han contado con más mercado. Didier Martínez, un pequeño ganadero de Garachiné, explicó que los ganaderos tienen un mercado seguro para la comercialización del ganado, comparado con décadas atrás. Hace referencia a la subasta de ganado que se hace en Metetí, una zona que se ha convertido en la ‘capital económica' de Darién por el crecimiento urbanístico de los últimos años.

Martínez reconoce que la ganadería ha afectado la reserva natural, pero al mismo tiempo alega que se ha despertado una consciencia por conservar el área. Pero, como dice su colega Ramos, ‘no todos los campesinos tienen la conciencia de conservar'.

Parte de las causas de la expansión de la frontera ganadera están relacionadas con la colonización de las tierras por pequeños productores que las convierten en pastos para luego venderlas a los terratenientes, analiza Manuel Zárate, ingeniero hidráulico ambiental y activista social que ha analizado la historia agraria del país.

Félix Wing, secretario general de MiAmbiente, comparte el análisis de Zárate y ahonda más en el tema. ‘La transformación del bosque para la agricultura y la ganadería le garantiza tanto a los pequeños como a los grandes productores el acceso a préstamos financieros de la banca estatal', señala Wing.

En las consultas que MiAmbiente ha hecho para el Plan de Manejo de Darién salió a relucir este tema y el problema radica en que los bancos no reconocen el bosque como un valor a la hora de otorgar préstamos a los agricultores y ganaderos, reconoció Wing.

El financiamiento al sector agropecuario está condicionado a la producción de la tierra, ya sea para el cultivo de productos agrícolas o para la ganadería, recalcó.

Wing espera que con el proyecto de ley sobre incentivos forestales, presentado en la Asamblea Nacional en marzo pasado, se pueda contener un poco la expansión ganadera en las zonas protegidas.

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