Árboles nativos demuestran mejor desempeño en suelos poco fértiles

Actualizado
  • 11/09/2017 02:05
Creado
  • 11/09/2017 02:05
Actualmente, la superficie de Centroamérica cultivada con teca se estima en casi 133,000 hectáreas, de las cuales 55,000 están sembradas en Panamá.

El amarillo, el roble, el espavé, el cedro espino y hasta el amenazado cocobolo han demostrado tener mejor desarrollo en los suelos poco fértiles y ácidos tropicales de Panamá, que la teca, a pesar de que es una de las especies maderables preferidas en los planes de reforestación en este país, revela un ensayo realizado por científicos y colaboradores del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y la Autoridad del Canal de Panamá.

FLORACIÓN

Meses en que florecen el amarillo, espavé, cedro espino y cocobolo

Sus floraciones generalmente van de enero a mayo. El espavé, por ejemplo, da sus flores de enero a abril; el cedro, de enero a mayo; el roble, de enero a abril. Las del cocobolo se observan de enero a abril y de julio a diciembre; las del amarillo, de enero a abril.

El estudio, desarrollado en áreas canaleras y para el que , se emplearon ocho años, establece que ‘las especies de árboles nativos se desempeñaron muy bien y que son preferibles a la teca bajo las condiciones existentes en suelos ácidos'.

Al contrario de la idea preestablecida, la teca ( Tectona grandis ), considerada la especie más valiosa para la reforestación tropical, ‘a menudo se desempeña pobremente en suelos ácidos localizados en pendientes pronunciadas en los trópicos', comentó Carolina Mayoral, becaria de post doctorado en el Smithsonian, en Panamá, y autora principal de la publicación citada.

Actualmente, la superficie de Centroamérica cultivada con teca se estima en casi 133,000 hectáreas, de las cuales 55,000 están sembradas en Panamá.

La teca representa el 76% de las plantaciones establecidas en Panamá entre 1992 y el 2000, según la FAO. También está entre las especies exóticas que se reforestan como parte de la Alianza por el Millón de Hectáreas.

EL ENSAYO

Los científicos iniciaron el experimento en 2008 sembrando cinco especies nativas de rápido crecimiento: Anacardium excelsum (espavé), Dalbergia retusa (cocobolo), Pachira quinata (cedro espino), Tabebuia rosea (roble) y Terminalia amazonia (amarillo), en parcelas de una sola especie, y mezcladas entre ellas y con otras especies asociadas como Erythrina fusca (bobo, palo santo, gallito), Glircidia sepium balo (balo), Inga punctata (guavita cansa-boca), Luehea speciose (guácimo blanco) y Ochroma pyrimidale (balsa).

Las mismas fueron sembradas en 21 opciones diferentes de usos de la tierra.

El experimento dio origen a más de 22,000 árboles nativos, a los cuales durante siete años se les midió anualmente la altura, el diámetro basal y la biomasa. El primer resultado fue que la mayor parte de los árboles sobrevivieron. ‘En promedio, alrededor del 95% de las plántulas que sembramos aún estaban allí, siete años después', dijo Mayoral. Pero no todos se desarrollaron por igual ni tuvieron el mismo rendimiento. El amarillo superó a todas las demás especies en ensayos de desarrollo y crecimiento.

Después de siete años, los árboles de amarillo tenían más de nueve metros de altura y catorce centímetros de diámetro en la base, y tenían una biomasa de 47.1 toneladas por hectárea cuando se cultivaron en monocultivo, frente a 14.9 toneladas para el cocobolo; 14.2 toneladas, para el espavé; 4.4 toneladas, para el cedro y 3.6 toneladas, para el roble, también cultivadas en monocultivo.

‘Estamos contentos de ver que las especies nativas son una alternativa viable a la teca para la reforestación en estos suelos pobres', expresó Jefferson Hall, científico del Smithsonian y director del proyecto Agua Salud, parte de una red mundial de 65 sitios de monitoreo forestal coordinados por el Smithsonian ForestGEO.

Hall señaló que el amarillo es una especie de árbol maderable que tiene una excelente calidad de madera y aunque no sea tan vistosa como la teca, puede ser pintada y es duradera.

‘(El amarillo) es espectacular. Crece increíblemente rápido, los troncos son rectos y la madera tiene un excelente valor. Además, acumula biomasa mucho más rápido que la teca en estos suelos', sostuvo Mayoral.

Hall agregó que el cocobolo es quizás aún más hermosa que la teca, pero su alta demanda ha hecho que su precio se duplique hasta por más de $5,000 el metro cúbico, casi diez veces por encima del precio de mercado de la teca de la más alta calidad.

‘El mensaje de este experimento es que, si quieres reforestar para maximizar la cosecha de madera en suelos pobres y ácidos en la Cuenca del Canal de Panamá, cultiva (por ejemplo) amarillo', puntualizó Mayoral.

El ensayo fue publicado en el Programa Smart Reforestation y luego por el Smithsonian.

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