Desarrollo urbano, una amenaza para los reptiles de Panamá

Actualizado
  • 07/08/2019 12:31
Creado
  • 07/08/2019 12:31
Una de las principales razones de que las iguanas, lagartos, cocodrilos y tortugas estén a punto de desaparecer es por la destrucción de su hábitat y la tala indiscriminada de árboles para el uso de suelos para la construcción de viviendas y actividades agrícolas

Reptiles como los ofidios, lagartos, cocodrilos, tortugas acuáticas y terrestres, iguana y lagartijas representan algunas de las especies vivas más antiguas del planeta, puesto que datan de unos 300 millones de años, según su historia científica. Y es que debido a la larga y compleja trayectoria de estos animales de piel dura, seca y escamosa, muchos organismos e instituciones nacionales e internacionales dedicados al rescate y conservación de la vida silvestre se han unido para proteger aquellos que se encuentran en peligro de extinción.

En Panamá, la riqueza y diversidad de reptiles se compone de 229 especies aproximadamente, incluidas en 104 géneros, 30 familias y cinco órdenes, según el análisis de datos del Informe de la Lista de Especies de Flora y Fauna de Panamá de 2007. De ese total, 72 especies de reptiles (31%) están amenazadas a nivel nacional, y 18 son endémicas. Igualmente, se incluyó a seis especies de reptiles en la lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza UICN, y 23 especies en la Convención Internacional sobre Comercio de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (CITES), de las cuales ocho están en el apéndice I, nueve especies en apéndice II y seis en apéndice III. Según la UICN, el 20% de los reptiles se encuentran dentro de la clasificación En Peligro de Extinción (EN).

Pero, ¿por qué están en peligro de desaparecer? ¿Qué los está afectando? ¿Se está haciendo algo para protegerlos? ¿Por qué son vitales para los humanos?

Josanel Sugasti, especialista en el manejo de vida silvestre y observador de aves, explica que una de las principales amenazas hacia los reptiles es el deterioro alarmante de los recursos naturales provocados por el hombre. ‘El desarrollo urbano es la principal fuente de desaparición de los reptiles y otros animales, cada proyecto debe cumplir con un estudio de impacto ambiental y según su categoría, debe establecer un plan de manejo ambiental, lo que involucra rescate y reubicación de especies de animales, la protección de bosques y fuentes hídricas', comenta Sugasti, quien participó en el conversatorio ‘Reptiles de Panamá', organizado por la Fundación Huella Sostenible.

Añade que solo el 10% de las compañías panameñas cumplen con ese plan ambiental. Por ende, corresponde a las autoridades regular y supervisar que las leyes se cumplan y así minimizar los efectos negativos causados por el desarrollo urbano. ‘Hoy día los reptiles son vitales para el funcionamiento de los ecosistemas del planeta y en la vida del ser humano', asegura el especialista.

¿Y cómo se adaptan al cambio climático? Según Sugasti, tanto el cambio climático como el calentamiento global a nivel mundial están afectando a todas las especies de reptiles. ‘De modo que algunas tendrán que evolucionar y otras, adaptarse a estos cambios, pero lo que no se sabe es cuántas lo harán y cuántas desaparecerán. Depende del ser humano y lo que pueda hacer para reducir los efectos por el crecimiento de la población y desarrollo urbano', indica Sugasti.

En peligro de extinción

Los cambios que está sufriendo la naturaleza por el desarrollo urbanístico e inmobiliario en Panamá ha puesto en peligro a reptiles como el lagarto aguja, el cocodrilo, la tortuga carey, la boa común y la iguana verde, según la CITES.

‘Las tortugas han sido cazadas durante siglos por sus caparazones, que son utilizados para hacer joyas y otros artículos, igualmente para la venta ilegal de sus huevos. El distintivo caparazón modelado de la tortuga carey mantiene a la especie en peligro crítico (CR), a pesar de que su comercialización es ilegal. Cientos de tortugas son capturadas accidentalmente cada año en redes de pesca comercial, lo que a menudo las conduce a ahogarse', comparte Sugasti.

Las cinco tortugas marinas más amenazadas por la extinción, mundialmente, son la tortuga verde ( Chelonia mydas ), tortuga bastarda, cotorra o lora ( Lepidochelys kempii ), tortuga carey ( Eretmochelys imbricata ), tortuga laúd o baula ( Dermochelys coriacea ) y tortuga boba o caguama ( Caretta caretta ).

En cuanto a los cocodrilos y caimanes, el especialista detalla que estos animales son cazados por sus pieles y muchas veces por su cola, la cual es comestible.

‘El principal problema es la destrucción de su hábitat, para los rescatistas de vida salvaje es muy común recibir alertas de algún caimán en las zonas residenciales; aunque estos animales no representan un gran peligro para el ser humano, las personas les temen y aducen que el animal es un invasor, cuando es todo lo contrario, porque estos reptiles habitaban la zona antes de que el hombre la invadiera', aclara Sugasti.

El especialista en el manejo de vida silvestre agrega que uno de los grupos más afectados son las serpientes, las cuales cada día son eliminadas por temor y desconocimiento. ‘En Panamá hay alrededor de 145 especies de las cuales solo 25 son venenosas', comenta.

Científicos de la Sociedad Zoológica de Londres y la IUCN evaluaron la situación de 500 reptiles de diferentes países y descubrieron que habían 300 especies en común que tenían algún grado de amenaza, según publica el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en su página web.

Otras amenazas

El Ministerio de Ambiente informa que aparte de la pérdida de hábitat por la tala indiscriminada de árboles para la exportación y por el uso de suelos para las actividades agrícolas, también existen otros factores que amenazan la vida de los reptiles como: el tráfico de especies (extracción como mascotas o cacería ilegal); la agricultura sin control en el uso de herbicidas y pesticidas; los cuales contaminan las fuentes de agua; organismos vivos (como bacterias) y las aguas servidas que cada día son arrojadas a los océanos.

Y es que todos los reptiles (tanto los que habitan en aguas dulces como saladas o en la superficie terrestre) corren el mismo riesgo de morir por el alto nivel de contaminación que enfrenta la Tierra y los afluentes a nivel mundial.

Definitivamente hay que prestar atención al planeta y tratar de conservar los ecosistemas ‘no solo por los servicios que estos nos proveen a los humanos —esenciales para nuestra vida—, sino porque somos muchas especies en el planeta las que, tras millones de años de evolución, merecemos vivir en armonía', reflexiona Juan Diego Restrepo, ingeniero forestal.

‘Con la conservación no solo se protegen especies de flora y fauna importantes para el medio ambiente, sino para nuestro propio bienestar. Los ecosistemas pueden ser considerados como la cama de la biodiversidad, pues son albergue de muchas especies y suministradores primarios de recursos para nuestro diario vivir', enfatiza Restrepo.

‘Hoy día los reptiles son vitales para el funcionamiento de los ecosistemas del planeta y en la vida del ser humano',

JOSANEL SUGASTI

ESPECIALISTA EN VIDA SILVESTRE

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