Negocios verdes, una alternativa doblemente rentable

Un negocio verde puede ser cualquier actividad que promueva algún componente de los bienes y servicios ambientales que un ecosistema es capaz de generar, siempre y cuando lo haga siguiendo prácticas reconocidas de sostenibilidad (Cides).

Es así como los negocios verdes incluyen una variedad de actividades que generan impactos ambientales positivos a través de la implementación de prácticas sostenibles.

“Desde la producción de abono orgánico hasta el secuestro de CO2, por parte de las diversas plantaciones de especies nativas, y por otra parte el uso de los recursos forestales no maderables hasta la reproducción en cautiverio de especies de animales nativos en vías de extinción; o el simple paisajismo u observación de aves, ballenas, murciélagos, tortugas, manatíes o cualesquiera otras especies emblemáticas, puede representar un negocio verde”, apunta el modelo de gestión empresarial para micro y pequeñas empresas basadas en Negocios Verdes, elaborado con el apoyo del Banco de Desarrollo de América Latina (CAF), el Centro de Incidencia Ambiental de Panamá (Ciap) y la Autoridad Nacional del Medio Ambiente (Anam).

Al igual que otros países en la región, Panamá cuenta con una amplia riqueza de recursos naturales y ecosistemas, ideales para la creación y desarrollo de modelos de negocios amigables con el medio ambiente.

Según entidades internacionales y nacionales, el país ha venido trabajando en mecanismos para la transición de los negocios tradicionales a negocios verdes, con la implementación de prácticas de sostenibilidad ambiental y social.

La puesta en marcha, a mediados de 2019, del proyecto Conservación y uso de la biodiversidad de paisajes en zonas de producción marino costeras, en la provincia de Los Santos, es una de las iniciativas más recientes en el país.

Con una inversión de más de $7 millones en un plazo temporal de cuatro años, “el proyecto prevé mejorar las condiciones de vida de la población azuerense conservando la biodiversidad y evitando la degradación de los ecosistemas en las áreas marino-costeras del sur de la península de Azuero”, señala el programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Panamá.

Como respuesta al compromiso adquirido por Panamá a través de la ratificación de múltiples tratados ambientales, en torno al cuidado del medio ambiente, organismos se han plantado el objetivo de contribuir con el desarrollo de propuestas concretas de negocios verdes para micro y pequeñas empresas de Panamá.

En este panorama el Centro de Incidencia Ambiental de Panamá (Ciam) desarrolló una propuesta de intervención, con el objetivo de analizar y diseñar modelos de negocios verdes para ser implementados en América Latina y, especialmente, enfocados en su concepto y operación en Panamá.

Bajo los parámetros de Ciam se enumeran algunas de las actividades que se incluyen dentro de los negocios verdes. Producción de bienes y servicios con base en los recursos naturales: entre los que se incluyen los sistemas de producción agrícola ecológicos y orgánicos, el biocomercio y los negocios de restauración.

La agricultura orgánica es un sistema de producción agropecuaria que proporciona al consumidor alimentos frescos que respetan los ciclos vitales de los sistemas naturales.

Según la Asociación Panameña de Agricultura Orgánica “la agricultura orgánica en Panamá inicia a principios de la década de 1990, con el esfuerzo de iniciativas privadas e instituciones comprometidas con grupos de indígenas y campesinos que trabajan la tierra de una forma natural, sin uso de químicos sintéticos; así como de grupos ambientalistas, que ven en los productos orgánicos un mecanismo para contribuir al mejoramiento del ambiente y la salud de las personas”.

Ciam también incluye en negocios verdes productos y servicios industriales sostenibles: en actividades como el reciclaje, la producción de energías sostenibles, la construcción sostenible, entre otros.

En este sentido, el Plan Nacional de Energía de Panamá 2015-2050 sugiere que hasta un 70% del suministro de energía del país podría ser renovable en 35 años.

La Agencia Internacional de Energía Renovable (Irena) publicó (2018) su informe de Evaluación del estado de preparación de las energías renovables: Panamá, donde refleja la realidad del sector y hace recomendaciones para alcanzar el objetivo renovable.

Según el documento, el “potencial de las energías renovables en Panamá es abundante y diverso, e incluye recursos tales como energía hidroeléctrica, eólica, solar, geotérmica, marina y biomasa (bagazo, hollejo, madera, carbón, turba, biogás y bioetanol). “A pesar de su vasto potencial, las necesidades energéticas de Panamá son satisfechas principalmente con recursos de combustibles fósiles”.

Los recursos de energía eólica de Panamá se extienden a lo largo del país, y mejoran a lo largo de la costa del Caribe y en varios pasajes de viento en las cadenas montañosas. Panamá tiene 270 MW de capacidad instalada de energía eólica, ubicada totalmente en el municipio de Penonomé, en la provincia de Coclé.

En cuanto a la energía solar, el documento publicado por Irena establece que ha sido explotada en el país en una medida muy limitada, principalmente en áreas rurales y aplicaciones industriales aisladas, tales como sistemas de comunicación, iluminación de boyas marinas y procesos de secado en agricultura. Las áreas altamente adecuadas para la ubicación de plantas de energía solar fotovoltaica son bastante variadas y ofrecen una oportunidad significativa.

Si de energía marina hablamos, “Panamá tiene casi 3,000 km de costa sobre los océanos Pacífico y Atlántico, y podría beneficiarse de las diferencias entre las mareas altas y bajas, que llegan a ser de más de 5 m en el océano Pacífico”, señala el informe. Agrega que “también existen vientos marinos que potencialmente podrían explotarse a lo largo de la costa del Caribe (océano Atlántico). A pesar de tener vastos recursos de energía, su potencial aún no ha sido evaluado”.

Ciam también señala como negocio verde el mercado de carbono: incluyendo el mercado regulado y el voluntario.

Cuidar el planeta debe ser una responsabilidad de todos, por lo que crear un negocio ecológico sería una iniciativa ideal para beneficiar tanto al emprendedor como a la Tierra. Algunos de los emprendimientos necesitan un capital inicial para arrancarlos. Pero, gran parte de las iniciativas ecológicos requieren más disciplina y determinación que dinero. Aquí varios ejemplos de negocio en los que se podría incursionar.

Recoger residuos informáticos: piezas de computadora, teléfonos inteligentes entre otros artefactos informáticos resultan contaminantes para el planeta. Esta es una oportunidad para dedicarse a recogerlos y establecer un lugar para que las personas puedan llevar las piezas o bien buscarlas. Luego las piezas se podrán vender a empresas que reciclen estos residuos informáticos para darles una nueva vida fabricando artefactos. También hay universidades y centros de aprendizaje que las compran para utilizarlos en sus clases.

Los alimentos llenos de químicos y pesticidas cada día pierden consumidores por el mal que hacen a la salud. Por ello, el número de personas que prefieren comprar productos orgánicos está en aumento. Frente a este panorama, una tienda de alimentos ecológicos es una opción, con ella se ayuda al planeta y a los agricultores de productos orgánicos.

Un huerto ecológico es otra opción de negocio verde. Para lo cual se requiere un buen terreno, lo que desea plantar e instruirse con las organizaciones regionales dedicadas a la agricultura orgánica.

Contribuir con la preservación del planeta Tierra, a través de los negocios verdes, es una alternativa rentable tanto para el emprendedor como para el medio ambiente.