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11 de Dic de 2023

Planeta

Panamá destaca en el Global Big Day

En el reciente conteo del 9 de mayo, organizado por el laboratorio de ornitología de la Universidad de Cornell, Panamá ocupó el cuarto lugar de listas enviadas con 3, 373, y el décimo lugar de especies avistadas con 642

A lo largo de un antiguo camino que recorre los bosques que orillan el Canal de Panamá, por los lados de Gamboa, se pueden ver más de 500 especies distintas de aves.Josanel Sugasti

“El águila harpía vuela y entre sus garras lleva firmemente asido a un perezoso que arrancó de un árbol a un más bajo nivel del dosel del bosque. El mamífero nunca la vio, pues con su singular visión le cayó desde el cielo sorteando vertiginosamente el ramaje de otros árboles. La más poderosa de las águilas, con sus enormes alas alcanzó mayor altura y pronto llegó al nido ubicado arriba de un cuipo, uno de los más altos árboles del Parque Nacional Darién. Este espectáculo es uno de los preferidos de los avistadores de aves, bird watchers que visitan el lugar”.

Camino del oleoducto Gamboa

En Panamá hay cinco puntos calientes hot spots para la actividad de avistamiento de aves, nos dice el guía profesional Josanel Sugasti.

Esta especialidad en el mundo de los viajes, ofrece giras que enlazan todos estos sitios. A su consideración, el más caliente es el camino del oleoducto dentro del Parque Nacional Soberanía.

En Panamá existen cinco puntos calientes para el avistamiento de aves.Josanel Sugasti

A lo largo de un antiguo camino que recorre los bosques que orillan el Canal de Panamá, por los lados de Gamboa, se pueden ver más de 500 especies distintas de aves.

En la Segunda Guerra Mundial se construyó una tubería para transportar combustible con miras a estar preparados para posibles ataques japoneses. Hoy, la vía que lo guardaba es una joya ecológica rodeada por bosques lluviosos.

Mi experiencia es que los trogones en varias de sus clases son las joyas de esta gira. Estas especies pueden mostrar plumajes morados, amarillos y rojos. La ventaja del sitio es que tiene dos lujosos hoteles en sus linderos: el Gamboa Rainforest Resort y el Radisson Summit.

En otro de los puntos de este parque hay un hostal de buenos servicios, el Canopy Tower, construido sobre una antigua torre de radar del ejército estadounidense. Es uno de los tres sitios de hospedaje junto al de El Valle y Darién que tienen un alto grado de experiencia y calidad de servicios para bird watch que gozan de reconocimiento internacional.

Global Big Day

Panamá destaca en el Global Big DayJosanel Sugasti

Nuestro istmo, por su geografía en medio del norte y el sur de las Américas, cercano a dos mares, es privilegiado para los millones de turistas que se aficionan a ver y a fotografiar aves.

En el reciente conteo Global Big Day, del 9 de mayo, organizado por el laboratorio de ornitología de la Universidad de Cornell, Panamá ocupó el cuarto lugar de listas enviadas con 3, 373, y el décimo lugar de especies avistadas con 642.

En años anteriores este último renglón no se ha visto afectado por la pandemia y se han llegado contar más especies.

El evento es famoso en todo el mundo, sirve de inventario de aves y para rectificar los movimientos migratorios de estas especies de plumíferos.

El bird watch es un nicho del mercado turístico en que Panamá tiene ventajas. Responde a muchas de las demandas que esta clase de turismo tiene, como son la seguridad, accesibilidad, infraestructura, calidad de los hábitats de las aves, empresas operadoras y guías con conocimiento y que hablen inglés. Para Sugasti, los mercados principales de estos viajeros son Estados Unidos, en primer lugar, y le siguen China, Canadá, y Europa.

“El 'bird watch' es un nicho del mercado turístico en que Panamá tiene ventajas. Responde a muchas de las demandas que esta clase de turismo tiene, como son la seguridad, accesibilidad, infraestructura, calidad de los hábitats de las aves, empresas operadoras y guías con conocimiento y que hablen inglés”.

Estudios de mercado señalan que en Estados Unidos existen 46.7 millones de observadores de aves alrededor de sus casas, que 41 millones de ellos se interesan por aves salvajes y que 15 millones realizan viajes a otros países con esos motivos.

Desde Europa, países como Gran Bretaña, Francia y Alemania también aportan un importante flujo de turismo. Otra de las ventajas de Panamá está en su conectividad aérea con esos países.

El Valle de Antón

Otro de los sitios preferidos por los turistas es El Valle de Antón, donde se pueden avistar alrededor de 300 especies. Cuenta con hoteles de lujo como Los Mandarinos, Rincón Vallero, y otros. Está a solo 90 minutos de la ciudad de Panamá y aporta un escenario completamente distinto a los anteriores.

Los cerros que rodean el cráter de un volcán extinto están cubiertos de bosques que recorren interesantes senderos. El Gaital, el Guacamaya, la India Dormida son hábitats para pequeñas aves que se cruzan frecuentemente con los bird watchers.

Mercados artesanales, gastronomía, leyendas y gente amable complementan un destino espectacular.

El volcán Barú

El quetzal resplandeciente surca el aire entre los bosques que parecen llegar a las nubes. Sus brillantes colores verde, rojo, turquesa, y su larga cola recogen el espíritu de los dioses precolombinos de Mesoamérica.

Así como su sorpresivo vuelo deslumbró a los nativos de la región para considerarla sagrada, esta ave asombra actualmente a los visitantes que armados de binoculares y cámaras de poderosos objetivos buscan llevar recuerdos de su experiencia en la parte más alta de las montañas de Chiriquí.

Esta serranía, compuesta de volcanes apagados, es la frontera sur de esta maravillosa especie que extiende su territorio hasta Guatemala. Por lo que las faldas del volcán Barú son otros de los spots mencionados y que brinda muchas atracciones, y donde, además, se pueden ver muchas especies de colibríes, exóticos tucancillos y centenares de pequeños coloridos pajarillos. Hay un sitio espectacular dentro del Parque Nacional Volcán Barú, el hotel Los Quetzales, que tiene cabañas en medio del bosque.

Cerro Azul

El quinto sitio mencionado por Sugasti es Cerro Azul, a unos 50 km de la ciudad de Panamá. Las colinas que hacen honor a su nombre van hasta los mil metros sobre el nivel del mar y están precisamente en los cruces migratorios de las aves que viajan de norte a sur del continente. Por eso es tan visitado.

Ofrece un clima fresco, cabañas y pequeños hoteles con buenos servicios. Los turistas que visitan el lugar pueden desayunar en sus hoteles de ciudad, y en una hora pueden estar recorriendo los senderos ecológicos.

Estos bird watchers realizan viajes de 7 a 15 días, superando el promedio de estadía de un turista normal. Las campañas de la Autoridad de Turismo que promocionan el país, históricamente no se han enfocado de lleno en este segmento que, a pesar de todo, nos ha reconocido como un destino entre los más completos del mundo.

Es famosa la Guía de campo, aves de Panamá, de Robert Angehr y Robert Dean, aunque hay un libro más antiguo, el de Robert Ridgely: Guías de aves de Panamá. Ridgely sirvió como militar en la desaparecida Zona del Canal y el contacto con los bosques canaleros impulsó su pasión por las aves. Su meticulosa obra es considerada una biblia para los ornitológos.

Hoy los libros y las revistas que tocan esta actividad se siguen usando, pero han pasado a segundo plano, suplantados por herramientas tecnológicas como el app 'E bird' que utiliza fotos, videos, drones y hasta sonidos grabados de las aves. Otra famosa herramienta para identificar las aves es la nominada 'Merlín de Ebird'.

Una entidad que prestigia la actividad es la Sociedad Audubon de Panamá, con 68 años de funcionamiento. Es el vínculo con científicos internacionales y es dirigida por Rosabel Miró, que nos habla del prestigio que tiene nuestro país en el ámbito de la conservación y el estudio.

Señala que la actividad necesita mayor atención de las autoridades. Que hay otros sitios ricos en presencia de aves, pero que no tienen infraestructura que atraiga a turistas. Que Panamá no está solo en el mercado. Que países como Colombia y Costa Rica han sabido aprovechar sus atractivos para beneficio de su economía, y por eso su oferta nos supera.

Así y todo, para Sugasti Panamá es un destino único y ofrece una gran experiencia a los bird watchers que, tras su visita, se convierten en promotores del destino. “Al divulgar en redes las listas de aves avistadas o las fotos captadas por ellos, dan fe de la riqueza de Panamá”, asegura.

Es tiempo de recuperar lo perdido, las aves están allí esperando que un turismo sostenible las apoye en muchas formas.