¿Cómo mantener unos pies saludables?

Actualizado
  • 05/07/2015 02:00
Creado
  • 05/07/2015 02:00
Entre las lesiones más frecuentes en deportistas y personas que habitualmente realizan ejercicio físico está la fascitis plantar

La fascia plantar es una banda de tejido parecido a un tendón que sirve para enlazar el hueso calcáneo del talón con los dedos del pie, y que ante determinadas circunstancias como un mal calzado, incorrecta posición al pisar, o exceso de presión, se inflama con el consiguiente dolor.

Las molestias son especialmente fuertes en las primeras horas del día cuando la persona se levanta de la cama, y dependiendo del nivel de afectación, la fascitis puede llegar a ser incapacitante no solo para realizar ejercicio físico, sino incluso para el sencillo hecho de caminar.

Aunque se puede presentar en ambos pies al mismo tiempo, generalmente se origina en uno solo, y tiempo después puede aparecer en el otro.

DIAGNÓSTICO

La fascitis es una afección frecuente en deportistas, pero también en personas que no realizan ejercicio físico de manera habitual.

En los deportistas la horquilla de edad es mucho más amplia, y se dan casos incluso en atletas jóvenes que someten a su cuerpo a ejercicio demasiado intenso y prolongado.

Respecto de las personas no deportistas, las probabilidades de sufrir fascitis se incrementan después de los 45 años de edad.

Esta lesión puede estar presente por bastantes meses e incluso años, y con frecuencia es recurrente en el tiempo.

La aparición de la fascitis plantar puede surgir de dos maneras. Las molestias pueden incrementarse paulatinamente o aparecer de manera repentina asociada a un evento traumático específico.

En ambos casos, la persona sentirá un dolor agudo en la base del talón o parte media de la planta del pie, como si le estuvieran clavando un alfiler. Esta sensación se hace más intensa cuando la persona se levanta de la cama tras periodos de inactividad, mientras que se atenúa cuando el pie entra en calor. Desde el punto de vista de la exploración, suele haber un abultamiento en el área e incluso enrojecimiento.

CAUSAS

La fascitis plantar puede tener su origen en una gran cantidad de motivos, de manera conjunta o aislada.

El más importante sería la edad, ya que con el paso del tiempo la fascia va perdiendo su elasticidad y se va volviendo más rígida.

El tipo de pie también es un factor muy importante, y se ha constatado que los ‘pies cavos', con el arco elevado, al igual que los pies planos, favorecen la aparición de esta afección.

La biomecánica y la forma como pisamos también son elementos a considerar, ya que se dan más casos en personas pronadoras, que tienden a vencer sus pies hacia la parte interior.

El uso de un calzado inadecuado está en el origen de muchos casos de fascitis.

El abuso de superficies duras como el asfalto, sobre todo en el caso de corredores, influye así mismo en su aparición. Por último, el sobrepeso y la obesidad no contribuyen tampoco a una buena salud de nuestros pies.

TRATAMIENTO

Hay diferentes opciones de tratamiento para una fascitis plantar, dependiendo de la gravedad y persistencia de la misma.

No es necesario desde el comienzo acudir a un especialista, pero si adoptar ciertas precauciones, como realizar calentamientos antes de la realización de ejercicio y estiramientos posteriores.

Para mitigar el dolor se puede acudir en primer lugar a remedios farmacológicos como Aines (antiinflamatorios no esteroideos), los cuales van a tener efectos no solo analgésicos sino también para mitigar la inflamación de la fascia.

La fisioterapia, siempre que sea aplicada por un profesional calificado, es también una buena opción, y comprende desde ejercicios que buscan estirar la propia fascia y la musculatura de la pierna asociada, a masajes profundos sobre el área aplicados en sentido transversal.

Otra alternativa muy práctica es congelar una botella de agua o lata de refresco y rodarla contra el piso a lo largo de toda la planta del pie por espacio 10 a 15 minutos.

Los pacientes pueden por si mismos realizar también otros ejercicios específicos como rodar pelotas de golf entre la planta del pie y el suelo, y levantar pequeños objetos o agarrar una toalla tendida en el piso ayudándose de los dedos.

Cuando los tratamientos anteriores no logren la efectividad buscada, existen otras alternativas muy variadas que incluyen ultrasonido, acupuntura, ondas de choque e inyecciones de corticoides. También tienen una gran efectividad las plantillas ortopédicas.

Como último paso, y si a pesar de todo lo anterior las molestias persisten y la fascitis se convierte en una patología de larga duración, el médico especialista podría considerar una intervención quirúrgica.

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INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA

La fasciotomía plantar es una cirugía que consiste en pequeños cortes en la propia fascia plantear para que la misma recobre elasticidad.

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