'Shibari': el arte japonés de la atadura erótica

Desde hace algunos años se habla de la técnica del shibari como un camino para la obtención del placer sexual. Se trata de un estilo de bondage japonés, una práctica erótica basada en la inmovilización del cuerpo de la persona. Las ataduras pueden hacerse en una zona del cuerpo o en su totalidad, utilizando cuerdas de fibra natural y siguiendo ciertos principios estéticos.

Sus orígenes se remontan al hojojutsu, un arte marcial japonés que se basa en atar a un prisionero con una cuerda, practicado durante siglos.

Por otra parte, el shibari comenzó a despertar las más secretas fantasías en las parejas a finales del siglo XIX y principios del XX. Pero, ¿qué tan seguro es? ¿Todos pueden practicarlo?

Irene Moreno, sexóloga y educadora, explicó en una entrevista para CC News que el consenso es la clave para entender la diferencia entre la violencia y la voluntad de placer. “Mientras que las prácticas sexuales como amarrar y someter nutren y enriquecen el erotismo, debemos entender cómo el estudio de estas prácticas son la principal herramienta para el disfrute de las cuerdas”, dijo.

Advirtió que es importante tomar esta técnica como lo que es y no atar a la persona de cualquier manera porque un nudo incorrecto, un trozo de cuerda demasiado tenso, puede ser fatal. Pero si se hace siguiendo las pautas correctas, el erotismo y la sensualidad están asegurados.

Eliécer Pérez Rivera, psicólogo de familia y parejas, resaltó que la sexualidad está orientada al placer; es decir, “hacia lo que nos gusta y nos satisface. Cuando nos acarician y acariciamos, queremos experimentar una sensación agradable”.

Agregó que toda persona es libre de hacer lo que desea en desde la intimidad siempre y cuando no arriesgue su vida y la de otros. “Cada quien puede hacer realidad cualquiera de sus fantasías. Se trata de una relación entre sumiso y dominante y es muy importante preestablecer cuáles son los límites. Siempre será una práctica sexual consensuada por las dos partes que solamente busca el placer y no propiciar la violencia o crueldad”, detalló.

Sus orígenes son muy antiguos y se remontan al período entre los siglos XV y XVII. Se cree que nació en plena guerra civil japonesa donde prevalecían los feudos y gobiernos de daimios. Históricamente a este periodo se le conoce como Sengoku. El shibari, entonces, fue concebido como una técnica sutil y codificada que buscaba la tortura e inmovilización de los prisioneros aprehendidos, por tal dicha práctica solo podía ser impartida por un guerrero samurái.

Actualmente esta práctica ha adquirido auge y algunos la consideran como un mecanismo para encender la chispa en la dinámica de la vida en pareja.

Así como el Kamasutra plantea posiciones específicas que permiten alcanzar el placer y diferentes sensaciones, el shibari plantea diversos estilos que a continuación mencionamos:

Es un patrón muy frecuente, tal vez el más común. Es empleado a menudo como base de la atadura y busca capturar e inmovilizar la parte superior del torso, tal es el caso de los brazos, los cuales se llevan generalmente tras la espalda.

Se trata de una atadura corporal con formas y representaciones hexagonales, además hace alusión a un caparazón de tortuga y se trabaja en la parte delantera del torso.

Es una atadura corporal con formas diamantinas o romboidales. A lo largo del tiempo ha obtenido mucha popularidad y se ha extendido su uso por otros medios, como el manga. En occidente se ha empleado, pero con variantes y de allí nace el término karada, palabra japonesa que significa cuerpo.

Atadura que se centra en los genitales.

También llamada atadura de la gamba y es similar a la posición sentada de loto, pero con la espalda muy curvada sobre las piernas.

Se trata de realizar un arnés corporal y cruzado en forma de X.

Es cualquier atadura que incluya una suspensión corporal; es decir, donde el cuerpo se eleve del piso.

La persona es atada con las manos en la espalda y adopta la posición de plegaria.