Cuando las ciudades inteligentes se conectan con las personas

Actualizado
  • 02/06/2021 00:00
Creado
  • 02/06/2021 00:00
Los servicios digitales, la movilidad urbana, la inclusión financiera, el medio ambiente y la conectividad integran un ecosistema de soluciones que impactan la forma como los ciudadanos interactúan con su entorno.

Las ciudades basadas en infraestructuras eficientes y durables de agua, electricidad, telecomunicaciones, gas, transporte, servicios de urgencia y seguridad, equipamientos públicos, edificaciones inteligentes de oficinas y residencias son cada vez más eficientes y capaces de brindar un mejor servicio para sus habitantes.

Cuando una ciudad es eficiente en su operación se refiere a un tipo de desarrollo urbano basado en la sostenibilidad.

La tecnología por sí sola no genera innovación, por lo que para impulsar el desarrollo equitativo de una sociedad, la transformación digital de las ciudades debe motivar a los gobiernos a que promuevan políticas públicas enfocadas en soluciones que tengan el objetivo de reducir las brechas sociales, las barreras de acceso, y representar a todos los sectores de la ciudadanía. Con la ayuda del internet de las cosas (IoT) y las comunicaciones se puede optimizar la distribución de energía, la recolección de la basura; disminuir la congestión del tránsito, incluso, hasta mejorar la calidad del aire que se respira.

Edward Glaeser, economista estadounidense y reconocido autor de Triumph of the City (El triunfo de las ciudades), explica que la gran paradoja de la metrópoli moderna es la proximidad, un factor que cada vez se vuelve más valioso a medida que disminuye el costo de conectarse a través de largas distancias. “Las ciudades se trata de personas, no de las estructuras”, destaca el reputado académico de la Universidad de Harvard.

El término 'ciudad inteligente' (smart city) fue acuñado en la década de 1970, bajo una teoría que destacaba cómo el desarrollo tecnológico incidía en la calidad de vida de sus habitantes. Hoy este concepto agrupa un sentido multidimensional en términos de energía, educación, salud, transporte y manejo de residuos, entre otros, que buscan favorecer las condiciones de vida de sus habitantes.

La tecnología muestra su versión más humana

Hoy más del 54% de las personas en el mundo viven en ciudades, una proporción que se espera llegue al 66% para 2050, según informó un estudio del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas.

Se calcula que al finalizar el presente siglo, el 80% de la población se concentrará en zonas urbanas. La sostenibilidad ambiental, social y económica es una necesidad fundamental para seguir el ritmo de esta expansión que está desafiando el modelo.

Santiago Egas, vicepresidente ejecutivo de BPC Banking Technologies, organización que cuenta con O-City, división de transacciones y movilidad para las ciudades, expresó que “una smart city, digital y conectada, es la que permite a los ciudadanos moverse y vivir abiertamente con solo tocar un botón, sin la necesidad de usar el dinero en efectivo. Pero no solo basadas en los avances tecnológicos, sino en la posibilidad de ofrecer soluciones que humanicen la oferta. La tecnología debe estar enfocada a facilitar la vida de los ciudadanos, y en ese sentido, el transporte es un factor fundamental”.

El aumento en la creación de experiencias digitales integradas impulsa el desarrollo en los servicios de pago. Para el transporte público y privado, las propuestas con soporte tecnológico en sus transacciones mejoran la forma como cada ciudadano interactúa con los servicios.

Inteligentes; pero también sostenibles

Cuando una ciudad es eficiente en su operación se refiere a un tipo de desarrollo urbano basado en la sostenibilidad, que es capaz de responder adecuadamente a las necesidades básicas de instituciones, empresas, y de los propios habitantes, tanto en el plano económico, como en los aspectos operativos, sociales y ambientales.

“En la actualidad resulta imposible hablar de una ciudad inteligente sin que esta sea ambientalmente sostenible. Muchas veces creemos que este término se refiere solo a la integración de las tecnologías de la información y comunicación (TIC) en su infraestructura, pero su gran aporte radica en que garantiza condiciones de salubridad, eficiencia y asequibilidad a los recursos con los que se cuenta y además porque prioriza la preservación de los recursos medioambientales”, explica Sergio Isaza Bonet, fundador y gerente de Gestión de Riesgos Sostenibles (GRS), organización que estructura soluciones financieras sostenibles.

El directivo, además, agrega: “Se pueden generar soluciones para problemáticas como el suministro energético con fuentes renovables, controlar las emisiones de dióxido de carbono (CO2) en el transporte público y las industrias. La inteligencia no radica en las últimas tecnologías con las que pueda contar, sino en el aprovechamiento de los recursos económicos y de infraestructura para aprovechar responsable y equitativamente sus beneficios”.

Panamá

GRS destaca que ciudad de Panamá es la puerta de entrada a un país con grandes recursos naturales, de alta demanda turística, y con la vía interoceánica más importante del mundo.

El 60% de la población panameña vive en centros urbanos y el 50% de la población habita en el área metropolitana de su capital. La implementación de medidas como la preservación de los hábitats naturales, la descarbonización de la industria, la reforestación y el uso de herramientas de transferencia de riesgo contra el cambio climático serán fundamentales para dar continuidad a unos indicadores que históricamente benefician a sus habitantes.

Garantizar el acceso a una movilidad sostenible y asequible a todos los bolsillos, contar con un plan de ordenamiento territorial adecuado, fijar impuestos por contaminación y establecer una política de transición energética, entre otras medidas, garantizará a la ciudad la posibilidad de ofrecer servicios públicos más económicos, fomentará el empleo de profesionales verdes, tendrá una mejor calificación de riesgo y crédito, y permitirá a los panameños contar con mejor salud y calidad de vida.

Por otra parte, para David López, vicepresidente de ventas para Latinoamérica de Appgate, empresa experta en seguridad tecnológica, “una de las características principales de una ciudad inteligente, es que todo está conectado y esto conlleva un gran riesgo, ya que los datos están cruzando por muchos lugares con información sensible, personal y valiosa para los ciberdelincuentes”.

De manera que “la adopción de políticas que protejan los dispositivos y redes son necesarias para los modelos que además del desarrollo de una política pública que trascienda a lo privado, normalicen estándares de ciberseguridad que acerquen la implementación de las ciudades inteligentes a niveles de madurez más elevados a los existentes”, concluye el representante de Appgate.

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