Clásico de béisbol en Panamá entre el 'rugby', el 'hockey' y el fútbol

Panamá estará nuevamente en la eliminatoria de un Clásico Mundial de Béisbol y, una vez más, lo hará como anfitrión, baza importante para obtener uno de los dos cupos en disputa.

Panamá nunca ha ganado el derecho de asistir, tras su invitación en 2006 y 2009, a pesar de ser sede en los años 2012 y 2016, cuando clasificaron Brasil y Colombia.

La Major League Baseball (MLB), dueña del espectáculo, ha previsto dos escenarios para la clasificación de cuatro equipos, uno de ellos en Panamá a partir del 30 de septiembre próximo.

La etapa final del Clásico en su quinta edición será Miami (Estados Unidos), en marzo de 2023.

La MLB ha reorganizado los grupos participantes y, en lo referente al B, estarán las potencias futbolísticas de Brasil y Argentina, los campeones 2021 de rugby, Nueva Zelanda, y los monarcas del hockey, Pakistán.

El grupo lo completan Nicaragua y la anfitriona, Panamá, en una competición con formato de doble eliminación.

Podría afirmarse que la novedad será la participación de pakistaníes y neozelandeses, ya que los representantes sudamericanos tienen sobrada historia en el béisbol.

Sin embargo, no es así. Nueva Zelanda y Pakistán tienen un pasado reciente en esta competición, mientras que Argentina hará su debut, a pesar de que su historial en el béisbol data de hace una centuria.

Los mundiales de fútbol demostraron que, en todos los sentidos, la frase de que: “el mundo es un pañuelo”, era totalmente cierta, aunque a algunas organizaciones les costó algún tiempo entenderlo.

En ese sentido, tanto Pakistán como Nueva Zelanda llevan años participando en esta y otras disciplinas, aunque sus deportes populares, principalmente el hockey, vayan en otras direcciones.

Los pakistaníes, por ejemplo, tienen como deporte el cricket, pero el hockey y el kushti son la actividad nacional, mientras que los neozelandeses son reconocidos mundialmente por su rugby, pero no se puede dejar de lado al cricket.

Luego entonces, ¿dónde entra el béisbol? Realmente hay que darle las palmas a la hoy llamada Confederación Mundial de Béisbol y Softbol, antigua IBAF, y al Comité Olímpico Internacional (COI).

La necesidad de ver con propiedad al béisbol en los juegos olímpicos, fue la razón principal por la que sus dirigentes se dieron a la tarea de llevar su deporte hasta la 'conchinchina', literalmente.

Acción que se vio respaldada con la creación del Clásico, que le dio a la MLB un control del béisbol en su máxima categoría, al eliminarse los mundiales de mayores de la entonces IBAF.

Fue así como se fue desarrollando el deporte en estos países, sobre todo en Nueva Zelanda por su cercanía a Australia, y la incursión de varios de sus peloteros en el sistema de fincas estadounidenses.

Si bien su historia se remonta a los años 90, es a partir de mediados de la siguiente década cuando su actividad se regulariza y se juega en varias categorías a nivel nacional.

Su participación en el clasificatorio del torneo de 2013 ayudó exponencialmente a la popularidad del deporte y hoy son tomados en cuenta por derecho propio, aunque no son tan temidos como sus vecinos del continente.

La entrada al sistema pakistaní fue totalmente diferente, aunque incidió el hecho de que su mundo deportivo se mueve alrededor de países como Japón, Corea, China y Taiwán.

Pakistán estuvo en las eliminatorias de 2017, pero un año antes participó en el mundial femenino de béisbol en Corea, algo que países latinoamericanos con tradición aún no han podido hacer.

El apoyo del gobierno a la iniciativa pelotera ha sido incondicional, lo que ha permitido la creación de academias dirigidas exclusivamente para desarrollar peloteros.

La clasificación directa de China, Taiwán, Japón y Corea a la edición 2023, tal vez les permitirá mejorar su nivel y desenvolvimiento, y su puesto número 24 en el ranking mundial.

Brasil y Argentina son viejos conocidos para el aficionado del béisbol istmeño, principalmente el primero, que de la mano del HOF estadounidense Barry Larkin se llevó la clasificación en 2012.

Tanto uno como el otro han jugado pelota desde hace muchísimo tiempo, pero la llegada de brasileños a las Ligas Mayores (Yan Gomes, Paulo Orlando y Luiz Gohara) y a las Ligas Menores, determinó su presencia en el Clásico.

Brasil también estuvo en el torneo clasificatorio de 2017, precisamente en el grupo de Pakistán, y llegará a Panamá para tratar de ganarse un cupo.

En cuanto a Argentina, sus dirigentes iniciaron una cruzada hace algunos años, con el fin de ser invitados al Clásico Mundial, teniendo como premisa el hecho de que países con menos tradición habían picado por delante.

Dos hechos quizá confluyeron para que el sueño se hiciera realidad: Que se ampliara la cantidad de equipos participantes, y que se pospusiera el clásico por dos años debido a la pandemia.

No obstante, hay otro. Argentina está unos escalones arriba de algunos de los equipos invitados en el ranking de la Confederación, entre ellos, Nueva Zelanda y Pakistán.

Los argentinos hablan de la posibilidad de contar con peloteros de otras nacionalidades, porque las reglamentaciones lo permiten, siempre y cuando hayan jugado en los torneos locales.

Otro rival archiconocido será Nicaragua, cuya afición respira tanto el béisbol como la panameña, y que, desde hace más de una década lleva a cabo un torneo profesional cada vez más competitivo.

No obstante, a los nicaragüenses les hacen falta dos cosas para sentirse parte de la historia de la pelota rentada del continente: estar en el Clásico Mundial y participar en una Serie del Caribe.

La primera está a la vuelta de la esquina y serán los dueños absolutos de hacer realidad esa posibilidad, tras fracasar en las dos últimas clasificatorias.

La segunda es mucho más difícil porque entran otras consideraciones, inclusive la política.

Lo cierto es que, una vez más, Panamá y Nicaragua tendrán la oportunidad de llegar por derecho propio a un Clásico, aunque no hay que perder de vista a Brasil y a los avezados novatos de Argentina, Pakistán y Nueva Zelanda.