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- 13/04/2013 02:00
DAVID, CHIRIQUÍ. Una imprudencia le costó hace 23 años sus extremidades inferiores, pero no le quitó las ganas de vivir con felicidad.
Esa es en forma resumida la historia del chiricano-bocatoreño Filadelfio Pitty, quien con tenacidad superó esa adversidad y hoy, a sus 63 años de edad, es uno de los más de 140 inscritos en la undécima carrera sobre sillas de ruedas, que se realiza mañana domingo 14 de abril en Chiriquí, bajo la organización del Instituto Panameño de Deportes (Pandeportes) y la Lotería Nacional de Beneficencia (LNB).
Pitty está preparado para su tercera intervención en esta convivencia que se constituye en una confraternidad, cuando se integran las personas con discapacidad que por diferentes situaciones utilizan para su movilización una silla de ruedas y el apoyo de sus familiares y amistades.
Pitty participa en la categoría de biciciclos, que es la máxima prueba de esta competencia, que abarca un recorrido de siete kilómetros desde el Aeropuerto Enrique Malek hasta el Parque Cervantes, en David.
La otra ruta comprende una distancia de cinco kilómetros para participantes de sillas de ruedas convencionales, y la categoría juvenil e infantil.
SUPERANDO ADVERSIDADES
A los 40 años Pitty se desempeñaba como trabajador eventual de la transnacional Fruit Company en Bocas del Toro y una tarde se recostó junto a los rieles del ferrocarril, pero se durmió y fue arrollado por el tren, perdiendo ambas piernas a la altura de la rodilla.
Pitty no sabía del incidente hasta que después de nueve días despertó en el hospital y bajo el cuidado de su esposa, le pidió que lo acomodara, que la espalda le molestaba.
‘Ella no sabía qué hacer y al acomodarme puso una mala cara y allí me vi sin piernas’, rememoró del imprudente accidente.
Sabía que su vida iba a cambiar. ‘Le dije que no se preocupara, que Dios sabía lo que hacía y que seguro iba a seguir adelante’. Y así lo ha hecho.
Actualmente Pitty vive solo, a los dos años del incidente su esposa lo abandonó. Con ella tuvo cuatro hijos, con los que mantiene relación, pero cada uno de ellos por espacios diferentes. ‘Hasta eso lo he superado. Sé cómo defenderme solo y soy feliz, porque barro, cocino sin ningún tipo de ayuda’, agregó.
El batallador hombre reside en un terreno que adquirió en el sector 31 de Changuinola.
‘He levantado una pequeña porqueriza que me da para vivir y por eso le doy las gracias a Dios’.
Pitty resaltó que fue invitado a participar en las carreras de sillas de ruedas y mostró interés, al considerar que le permite tener muchas amistades.
‘Me ayuda a mantenerme bien físicamente para poder cumplir mis tareas diarias’, comparte.
A la vez, invitó a otros discapacitados, que se sumen a actividades deportivas como las carreras de sillas de ruedas.
‘Salgan de sus casas, porque la vida no se acaba con un accidente, y demuestren que con perseverancia se pueden superar los obstáculos que se nos presentan en la vida’, .