Marta, la incomparable

Actualizado
  • 20/06/2019 02:00
Creado
  • 20/06/2019 02:00
Estamos en pleno mundial femenino y las historias comienzan a sucederse a gran velocidad. Hace dos días tuvimos una de las grandes: la brasileña Marta, la zurda talentosa, la interminable delantera, se convirtió en la mayor goleadora en la historia de los mundiales. Y la única en anotar en cinco mundiales.

Y cuando digo ‘la mayor anotadora' no estoy haciendo distinciones entre hombres y mujeres. Su gol, número 17, supera a los 16 de Klosse, el mayor anotador masculino en las copas del mundo. Y como si esto fuera poco, Marta ha jugado 5 mundiales y en cada uno de ellos, anotó. En el segundo partido de Brasil en este mundial 2019, la zurda abrió el marcador con un gol que la convirtió en la primera futbolista, ya sea masculina o femenina, en anotar en cinco mundiales.

Y eso que Marta, lesionada, no participó en el debut contra Jamaica, sin duda el rival más accesible del grupo.

Por detrás de sus 18 goles, están Miroslav Klose (17), el también brasileño Ronaldo Nazario de Lima (15), y la alemana Birgit Prinz junto a la estadounidense Abby Wambach, con 14.

Marta empezó a jugar fútbol desde que era una niña, en cualquier espacio disponible de Dois Riachos, una pequeña localidad de apenas 11,000 habitantes, ubicada en el Estado brasileño de Alagoas. A su madre no le hacía la menor gracias ver a su pequeña correteando un balón de manera infatigable. La pequeña Marta era muy capaz de faltar a clases para darle patadas a una pelota, y para peor jugaba siempre contra chicos. En una ocasión, Marta le pidió plata a su madre para comprarse su propia pelota. La madre le gritó: ‘¡Pero tú eres mujer!'. Al final, la insistencia de la niña le garantizó un nuevo balón.

Marta recuerda que jugaba mejor que muchos niños y eso generaba insultos y rechazos. Alguno, inclusive, le exigía que no jugase más. Ahora, todo ese rechazo se trocó en orgullo, tanto por haber luchado, como por haber triunfado. Marta es la única mujer que tiene la huella de sus pies impresa en Maracaná.

A lo largo de su largo camino, Marta experimentó toda clase de dificultades. A los 18 años dejó Brasil para partir a Europa en 2004. Su primera camiseta fue la del equipo sueco Umea IK, donde permaneció hasta 2008. Abandonó Brasil, por las complicaciones de ser futbolista y mujer. Apenas entrenaba tres veces por semana y solo recibía una modesta ayuda económica que no alcanzaba para nada. Fue a buscar un futuro que se le hacía esquivo en Brasil. Pasó muchos años fuera. En 2008 viajó a Estados Unidos para jugar en Los Angeles Sol. Regresó a Brasil para jugar en Santos y pronto, en 2011, volaba nuevamente en dirección a Estados Unidos. Un año más tarde vuelve a Suecia para jugar primero en el Tyresö FF y luego en el Rosengard. En la actualidad juega para el Orlando Pride, en Estados Unidos. En 2013 fue seleccionada por la FIFA como una de los 6 embajadores para el mundial 2014 en Brasil (los otros eran Zagallo, Ronaldo, Carlos Alberto, Amarildo y Bebeto).

Ahora, con todos sus logros, Marta es el orgullo de su familia. Hace un par de años, Marta declaraba a Efe : ‘Están orgullosos de mi lucha desde que era chiquita para llegar hasta aquí. Yo realmente he conseguido hacer lo que siempre he querido hacer. No gano lo que gana un hombre, pero la cosa ha mejorado. Mi familia y yo tenemos muchas cosas que no teníamos hace 20 años. ¡Ahora podemos comer todos los días!'. Este martes dio un paso más. Se convirtió en la máxima goleadora en la historia de los mundiales.

Marta fue galardonada en seis ocasiones como la mejor futbolista del mundo, cinco de ellas de manera consecutiva, del 2006 al 2010.

Además, Marta es una de las más apasionadas defensoras de la igualdad en el fútbol. De hecho, durante este mundial realizó una peculiar declaración de principios. En el partido entre Brasil y Australia, Marta no utilizó la propaganda de una marca comercial que la patrocina, y en su lugar lució el símbolo rosa y azul de la campaña Go Equal, que promueve la igualdad en el deporte.

En su cuenta de Instagram, la gran goleadora brasileña escribió: ‘Necesitamos apoyo. Pero más que apoyo, necesitamos respeto. Y dar valor es la mejor forma de mostrar respeto a alguien. En el deporte. En la vida. Por eso la equidad es algo por lo que todas y todos todavía debemos luchar. Y la hora de actuar es ahora'.

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