Barcelona y Real Madrid: 8 jugadores que vistieron ambas camisetas

Le decían “fenómeno” y fue uno de los grandes atacantes brasileños de todos los tiempos. Su calidad fue enorme y no solo vistió los colores del Barcelona y el Real Madrid, también fue jugador de dos grandes rivales en Italia: el AC Milan y el Inter.

El explosivo Ronaldo tuvo un brillante rendimiento en Barcelona, aunque se quedó con las ganas de ser campeón de liga. Sin embargo, tuvo el consuelo de obtener la Copa del Rey, la Supercopa de España y la Recopa de Europa. Y lo más grande a nivel personal fue lograr el “pichichi” de La Liga con un promedio excelente: 34 goles en 37 partidos.

En la siguiente temporada pasó al Inter y luego de ganar el Mundial 2002 con Brasil, fue vendido al Real Madrid. No tenía la misma chispa que en años anteriores, pero mantenía una gran calidad en las áreas rivales. Jugó cinco temporadas en el Madrid y ganó dos Ligas, una Supercopa de España y una Copa Intercontinental. En su paso por la institución madridista metió 104 goles en 177 partidos.

En 2006 pasó al AC Milan, iniciando la parte final de su carrera y su propia decadencia.

Este es un caso muy singular. El extremo portugués había llegado al Barcelona en 1995, procedente del Sporting Lisboa. Johan Cruyff tuvo la visión de incorporarlo y luego Figo extendería su presencia en tierras catalanas jugando bajo las órdenes de Robson y Van Gaal.

En el Barcelona, Figo se consolidó como estrella mundial, ganando dos Ligas, dos Copas del Rey, una Supercopa de España, una Supercopa de Europa y una Recopa también continental. Fue la columna vertebral en el ataque azulgrana, anotando 45 goles y entregando 80 asistencias en 249 partidos con esa camiseta. Su impacto creativo fue gigantesco y por eso la hinchada culé lo tenía en el sitio más alto.

Hasta que cayó de la cima con estrépito, cuando decidió marcharse al Real Madrid por una cifra récord en la época. En Barcelona lo rebautizaron “Judas” y cuando regresó al Camp Nou como jugador “blanco”, recibió el que muchos consideran el mayor abucheo de la historia. Fue ensordecedor. La segunda visita al Barcelona con el club rival, también fue terrible. Desde la tribuna le arrojaron de todo, incluyendo la cabeza de un cerdo. Figo tenía el rostro descompuesto. Pero la vida siguió y el portugués fue parte de “Los Galácticos” junto a Ronaldo, David Beckham, Zinedine Zidane y Raúl. Ganó también siete títulos en el Real, pero con el añadido de alzar la UEFA Champions League en 2001-02 y la Intercontinental 2002.

El actual entrenador de España siguió el camino inverso a Figo. En 1991 había llegado al Real Madrid procedente del Sporting Gijón. Luego de unos inciertos inicios, Luis Enrique encontró su mejor posición en la cancha, gracias a Jorge Valdano, quien lo dirigió en el campeonato ganado en 1994-95.

Luego de una crisis deportiva sufrida por el Madrid, y ante la negativa de mejorarle el contrato, Luis Enrique partió hacia las tierras del eterno rival en 1996. Allí se consagró campeón cinco veces: dos Ligas, dos Copas del Rey y una Supercopa de España. Metió 115 goles en 333 cotejos, una cifra muy importante para alguien que no se desempeña como delantero. Finalmente agrandaría su figura heroica en el Barça cuando se desempeñó como entrenador del club. En su nuevo cargo obtuvo seis títulos locales y tres internacionales, entre los que se encuentran una UEFA Champions League y un Mundial de Clubes.

El mediocampista alemán jugó en el Barcelona, el Real Madrid y el Atlético de Madrid. En el Barça fue compañero de Diego Maradona, con quien formó una breve y muy interesante sociedad futbolística.

Con el Barça festejó ocho títulos, entre los que se destacaron una Liga, una Recopa de Europa y tres Copas del Rey. Anotó 118 goles en 300 partidos, una gran cifra para un mediocampista.

En 1988 se cambió de camiseta, pasando al Real Madrid. Con esos colores ganaría cuatro títulos, entre ellos dos Ligas.

De allí pasó, en 1990, al Atlético Madrid, club con el que obtuvo dos Copas del Rey.

Más allá de su gran talento, Schuster se caracterizó siempre por un temperamento conflictivo y muy dado a la confrontación. Se llevó muy mal con todos sus entrenadores, así como con periodistas y distintos compañeros de equipo. De hecho, por disputas con la Federación de Alemania renunció a la selección de aquel país con apenas 24 años.

Debido a su carácter antipático, Schuster no sería recordado con especial cariño o devoción en ninguno de los clubes con los que jugó.

Ricardo Zamora fue un gran arquero de principios del siglo XX. Por su extraordinaria calidad, el premio al portero menos vencido de la Liga lleva su nombre.

Comenzó en el Espanyol y de allí pasaría al Barcelona. Fue parte fundamental de la selección española que obtuvo medalla de plata en los juegos olímpicos de Amberes. Al no conseguir una mejoría en su contrato con el Barcelona, Zamora aceptó una oferta del Real Madrid. Debido a su extraordinaria trayectoria, fue incluido en el Salón de la Fama de la FIFA en 2012, de manera póstuma.

Durante el Mundial de Italia 90, la figura del talentoso mediocampista rumano destacó como pocas. Gracias a eso fue comprado por el Real Madrid con enormes expectativas. Sin embargo, su paso por la capital de España no fue el esperado. Apenas jugó 64 partidos, marcó 15 goles, obteniendo un solo título: la Supercopa de España. Muy pronto sería transferido al modesto Brescia, de Italia, y luego de un par de temporadas en Italia, Hagi llegó al Barcelona.

Allí fue dirigido por Johan Cruyff, aunque en el breve tiempo que pasó como culé, apenas consiguió un título. Pese a su enorme talento, su carrera no será recordada por los logros obtenidos en los dos clubes más grandes de España.

Considerado el mejor jugador de Dinamarca de todos los tiempos, Laudrup obtuvo grandes éxitos en ambas orillas del fútbol español. Gran figura en la notable selección danesa que jugó el mundial de 1986, llegaría al Barcelona en 1989 solicitado por Cruyff. En esta etapa alcanzó su nivel más alto como jugador, ganando cuatro ligas de forma consecutiva y una UEFA Champions League.

Luego de varios conflictos con su entrenador (“No aguanto más a Johan Cruyff” fue su lacónica explicación al despedirse de Barcelona) pasó al Real Madrid, coronándose campeón de Liga en su primera temporada.

Debutó en el Real Madrid en 1998, club al que llegó procedente del Leganés. Jugó un solo partido y se fue a préstamo al Espanyol a mitad de temporada. Cuando regresó tampoco tuvo mayor suerte, disputando poquísimos partidos.

En 2004 pudo volver al Real Madrid, que quería recuperarlo, pero el camerunés se decidió por el Barcelona. Allí tuvo su mejor época como futbolista: 130 goles y 41 asistencias en 199 encuentros. Dos UEFA Champions League y tres Ligas, estuvieron entre los títulos que obtuvo. En la temporada 2009-10 pasaría al Inter, donde volvió a levantar el trofeo de la Champions.

Existe un caso atípico, aunque extraordinario. Me refiero a la turbia historia de la leyenda argentina Alfredo Di Stéfano, que triunfó como astro del Real Madrid, aunque tenía contrato con el Barcelona. Una historia oscura y rocambolesca que relataremos en otra ocasión.