El Olympic Colón y el difícil trabajo de formación futbolística

Actualizado
  • 28/03/2022 00:00
Creado
  • 28/03/2022 00:00
La academia Olympic Colón FC tiene como uno de sus objetivos la formación de decenas de jugadores, tanto hombres como mujeres
El Olympic realizó una serie con las fuerzas básicas del Saprissa en 2015, en el que estuvo Azael Brown (agachado con cabello pintado).

El fútbol es el deporte más popular en el mundo. Según las estadísticas, es seguido por más de 4 mil millones de aficionados y, de ellos, unos mil millones lo practican.

Realmente la cantidad es inmensa. Muchos de ellos, seguidores del portugués Cristiano Ronaldo, del argentino Lionel Messi o del francés Karim Benzema, en el plano internacional.

Otros tantos, guardadas las proporciones, de Román Torres, Alberto Quintero, Michael Amir Murillo y Gabriel Torres, entre los jugadores locales.

No obstante, de estos 'feroces' seguidores, de uno y otro lado, ¿cuántos conocen los equipos que formaron a sus estrellas? Les aseguro que mucho menos que las primeras cifras astronómicas.

Michael Murillo trabaja con el balón, mientras es observado por un técnico asistente de la selección absoluta.

De esta forma inicio el artículo sobre la academia Olympic Colón FC, responsable desde hace dos lustros de la formación de decenas de jugadores, hombres y mujeres, que buscan inscribir su nombre en la historia del fútbol panameño.

Olympic Colón está localizada en la comunidad del 20 (Milla 20), corregimiento de Nuevo San Juan, en la carretera Transístmica de Colón, y uno de esos jugadores es Michael Amir Murillo.

En la biografía en línea de Murillo dice que es zaguero del R. S. C. Anderlecht, de Bélgica, y de la selección nacional absoluta. Sin embargo, no aparece la organización responsable de su formación.

¿A cuántas academias o escuelas les ocurre lo mismo? Les aseguro que a muchas.

La Anaprof, su objetivo

Cuando Ezequiel Gómez se reunió con un grupo de amigos para crear la academia en enero de 2010, lo hizo con la convicción de que un día estarían jugando en la entonces Asociación Nacional Profútbol (Anaprof), hoy LPF.

Su andar se inició en una cancha que estaba para 'los leones', pero que mínimamente reunía las condiciones para empezar su misión en el barrio.

“En ese tiempo, mi pensamiento siempre fue llegar a la Anaprof, y aunque no teníamos las cosas tan claras, empezamos con unos 40 muchachos, entre los 13 y 16 años”, señaló.

10 años después, la academia, convertida en un club de fútbol, reúne tres veces a la semana a 180 futbolistas entre los 4 y los 23 años (tercera división), y a unas 40 féminas adolescentes.

Los muchachos llegan de todos los sectores de Colón, incluyendo de la propia ciudad, pero principalmente de las afueras.

“Somos una agrupación autosostenible, que no cuenta con ayuda ni gubernamental ni privada, y recibe una mensualidad de los jugadores”, indicó.

Sin embargo, reconoció que en ocasiones recibe apoyo, con uniformes o material logístico, del representante de corregimiento.

Los entrenamientos se realizan los martes, jueves y sábado, y con el inicio del año escolar se trabaja por horarios, según el turno que tengan los futbolistas.

“Para algunos es difícil cumplir con por lo menos dos días de trabajo, pero es necesario porque es mentira que van a aprender en una jornada sobre psicología deportiva, trabajo físico y fundamentos técnicos”, dijo.

La agrupación cuenta con varios técnicos, incluyendo al propio Gómez, la mayoría certificados como entrenadores por la FIFA y la Fepafut.

Entre los técnicos están Julio Bermúdez, encargado de las categorías 16 años y sub-20; Manuel Heraldez (6 y 8 años), Camilo Pérez (12, 14 y 18), Marvin Rodríguez (sub-23) y los preparadores de porteros Marcos Mariotta e Isaac Acevedo.

Todos trabajan con el grupo femenino y la categoría de 4 años, aunque Acevedo también atiende el aspecto físico, ya que estudia fisioterapia.

El club lo preside Yajaira Gómez, quien es acompañada por Gerardo Ábrego (secretario), Virgilia Almanza (tesorera), Eric Llorente (fiscal), Eric Perea (vocal) y Kenneth Ábrego, como gerente deportivo.

Colón, sin canchas

En Colón son muy pocas las organizaciones que, como Olympic Colón, manejan grupos grandes, principalmente por la falta de canchas.

“En Colón podría haber tres o cuatro organizaciones que pueden abarcar tantos jugadores, pero no hay campos para hacer un buen trabajo con los niños”, explicó.

Señaló que en su comunidad existen tres canchas con las medidas reglamentarias, adecuadas para desarrollar el fútbol, siempre y cuando se les hagan algunas puntuales adecuaciones.

“La cancha comunitaria donde entrenamos es sintética, pero no tiene las medidas reglamentarias. Estamos allí porque es cómoda, tiene gradas y una cerca”, anotó.

Colón también carece de mayor actividad futbolística en diversas categorías, lo que obliga a que se organicen torneos afuera, para dar continuidad a los muchachos.

“En Colón no se están dando los torneos de las categorías inferiores masculinas, y como en el corregimiento somos pocos equipos, realizamos un torneo para que se mantengan activos”, apuntó.

Explicó que tampoco en el distrito se organizan ligas femeninas, lo que impide que haya masividad.

Un club formador

El abogado argentino Iván Palazzo, experto en el tema del derecho en el fútbol, escribió en una ocasión del reglamento sobre el estatuto y la transferencia de jugadores (RETJ) de la FIFA.

“El RETJ dispone que la indemnización por formación se abonará a los clubes formadores de un jugador, cuando el futbolista firma su primer contrato profesional y por cada transferencia de un jugador profesional...”, detalló en el artículo.

No obstante, hasta ahora Olympic Colón ha recibido muy poco de esa recompensa.

Gómez recordó que Michael Murillo llegó un día cualquiera de su casa en Salamanca (en la Transístmica) a la cancha del 20, a unos 25 kilómetros, con 13 años a cuestas y con muchas ganas de aprender.

“Era el primero en llegar y el último en irse”, apuntó.

“Con nosotros jugó la Copa Rommel, donde perdimos en una semifinal, teniendo como refuerzos a José Fajardo y Omar Hinestroza”, sostuvo.

Murillo tuvo la oportunidad de fichar para el club costarricense Saprissa, pero al final se decidió por el San Francisco.

“Todavía conservo el contrato con el Saprissa, porque lo llevé tres veces allá y cuando lo tenía para firmar, tomó la decisión de jugar con el San Francisco”, añadió.

“Fue una pelea grande para que se pagara su derecho de formación y al final se resolvió, aunque no pagaron la suma total, porque los equipos grandes hacen ver que nos están haciendo un favor, pero no es así”, dijo.

También está el caso de Azael Brown, actualmente en el Veraguas United.

Estuvo con el Olympic seis años (de los 11 a los 17 años), luego se fue al Árabe Unido, firmó con el Tauro poco después y ahora está en Veraguas.

“Una vez llevé a un muchacho para que jugara en la reserva de un club, y cuando le pregunté al gerente deportivo cuál era nuestro beneficio, me dijo que si las cosas eran así, mejor me lo llevaba”, recordó.

Al final, Gómez dejó pasar el asunto porque la intención siempre ha sido ayudar a los jugadores, aunque es un derecho que se han ganado.

“Creo que es la metodología que siempre usan los equipos grandes, con los de formación”, concluyó.

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