Cambios para no desaparecer

Actualizado
  • 21/12/2008 01:00
Creado
  • 21/12/2008 01:00
PANAMÁ. Recesión. El gran enemigo de la economía mundial, que aparece y desaparece de la vista de todos al pasar los años, volvió con ...

PANAMÁ. Recesión. El gran enemigo de la economía mundial, que aparece y desaparece de la vista de todos al pasar los años, volvió con todo su arsenal, y en el mes de octubre atacó con todo su poderío.

La gravedad de la situación ha llevado a que bancos y negocios de países estables y poderosos como Alemania, Japón y Estados Unidos vayan cayendo como fichas de dominó hasta que se ven obligados a tirar la toalla.

Como una gripe, la crisis económica mundial contagió al multimillonario negocio del deporte, y las consecuencias no se hicieron esperar.

HAY QUE GASTAR MENOS

El glamoroso mundo de la Fórmula Uno, ese que por la televisión maravilla hasta al más indiferente, con tecnología de punta por cualquier lado que se mire, flashes, prensa, mujeres bonitas, accionistas y miles de fanáticos alrededor del mundo, se vio forzado a analizar con calculadora en mano y levantar la guardia si quieren que la temporada 2009 sea factible.

Una escudería gasta anualmente un promedio de 400 millones de dólares desde investigaciones tecnológicas, los elevados sueldos de los piolotos, a la quincena de un empleado. Cifra que incluso, supera al poder económico de muchos países.

Japón fue el que encendió la luz verde para que los dirigentes, organizadores y rectores, entendieran que la situación no era algo pasajero. Honda dijo ‘adiós’ al campeonato de Fórmula Uno tras competir ininterrumpidamente desde 1964.

De esta manera, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) en conjunto con las escuderías, idearon una serie de medidas para bajar un cambio en los gastos que implica la competencia.

LA CAÍDA DEL IMPERIO NIPÓN

El primer soldado en alzar la bandera blanca fue ‘Honda Motor’.

El 5 de diciembre de este año anunció su retiro de la Fórmula Uno debido a que "la incertidumbre a corto plazo que rodea el panorama económico global sigue creciendo y esperamos que nos lleve un cierto tiempo recuperarnos", explicó el presidente de la entidad, Takeo Fukui, a la agencia local de noticias ‘Kyodo’.

El máximo rector de la compañía indicó que la escudería tenía un gasto de 541 millones de dólares y que “es necesario optimizar el destino de nuestros recursos, incluidas las inversiones de cara al futuro. Esto incluye poner el equipo en venta".

Toyota, escudería que compite en la Fórmula Uno desde 2002, también se encuentra con dificultades económicas y su permanencia en la categoría pende de un hilo.

En el mundo del rally, Suzuki y Subaru acompañaron a la legión japonesa en el automovilismo al despedirse de la competición para el año entrante.

Uno de los grandes gastos de las escuderías, generalmente innecesarios, son los sueldos de los pilotos.

EN LA CÚSPIDE DE LA PIRÁMIDE

El sueldo por temporada de los pilotos ronda los 20 millones de dólares.

Algunos de estos como, Kimi Raikkonen y el reciente campeón Lewis Hamilton, parece que la crisis económica no tocará su billetera.

El finlandés Raikkonen, piloto de Ferrari, firmó en la segunda parte del 2008 un contrato por 30 millones de dólares por temporada, mientras que el inglés de 20 años, Lewis Hamilton, podría ganar 50 millones en la temporada 2009, según le prometió el director deportivo y dueño de McLaren, Ron Dennis, si ganaba el título del 2008.

Para solventar el pago del salario de los pilotos en medio de la crisis, 500 empleados irían a seguro de paro o directamente a buscar trabajo a otro lugar.

LA FÓRMULA PARA SOBREVIVIR

Con los problemas en evidencia, la FIA y los directivos de las escuderías llegaron a la conclusión que el salario de los pilotos debería ser reducido.

Pese a la estabilidad que le ofrecen sus sponsors, Ferrari (Marlboro y Shell) y McLaren (Vodafone y Banco Santander) indicaron que los sueldos bajarán en un 30%, mientras que Frank Williams, dueño de la escudería que lleva su apellido, y Max Mosley, presidente de la FIA, estuvieron de acuerdo en que debería haber un límite en el salario de los pilotos.

Además de los recortes salariales, también se llevarán a cabo en la construcción y mantenimiento de los coches.

El motor, por ejemplo, deberá ser el mismo durante tres carreras, a diferencia de las dos del 2008, y pasará de 19 mil a 18 mil revoluciones por minuto.

La Fórmula Uno bajará notoriamente la velocidad para no estrellarse contra la extinción del mundo deportivo.

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