La travesía de atletas, periodistas y turistas en los Juegos Panamericanos

Actualizado
  • 03/08/2019 02:00
Creado
  • 03/08/2019 02:00
El tráfico congestionado y el excesivo tiempo que se dedica para la conmutación entre un punto citadino son algunas de las vivencias que comparten extranjeros y residentes de Lima, donde actualmente se realizan los Juegos Panamericanos

Si piensa que los tranques vehiculares en la ciudad de Panamá son desesperantes, visite la capital peruana para que adquiera, de manera automática, una enorme cuota de consuelo.

Los atletas, periodistas y turistas en general quienes visitan durante estos días a la denominada ‘ciudad de los reyes', la sede de los XVII Juegos Panamericanos, comentan primordialmente sobre el tráfico congestionado y el excesivo tiempo que se dedica para la conmutación entre un punto citadino y otro.

Con sus casi 34 mil kilómetros cuadrados de extensión, el distrito de Lima y la llamada provincia constitucional de Callao (ambas constituyen la Lima Metropolitana) acogen a una población que ya supera, y con creces, los diez millones de habitantes. ‘Y eso que no estamos contando al millón de venezolanos que ha escapado, en busca de una mejor vida, de la magna crisis que azota a la tierra del libertador Simón Bolívar', comentó un periodista radial mientras observaba el partido de baloncesto entre Estados Unidos y las Islas Vírgenes.

La línea uno del Metro de Lima, inaugurada en el año 2012, ha ayudado en algo con su extensión de 34 kilómetros y sus 26 estaciones; sirve entre los sectores sur y noreste de la megalópolis peruana. La línea dos, que comunicaría a Lima con el Callao de manera subterránea, apenas se encuentra en proceso de planeación, por lo que es una fantasía, por el momento, que el limeño pueda moverse velozmente en una de las rutas más densas del continente.

Con todo y esa línea uno, no ha sido suficiente para resolver los graves problemas del tráfico. En este sentido, los limeños deben continuar con el uso de un transporte público bastante caótico que comprende autobuses (similares al Metro Bus de Panamá), los coasters y los populares ‘combis', pequeñas furgonetas que acomodan, por decirlo de alguna manera, a alrededor de una docena de viajeros bien apretados, por un precio aproximado de 50 centavos de dólar.

‘Los combis son incómodos. La gente va apretujada, pero son los que viajan más rápido por las amplias pero muy ocupadas vías en Lima.

Y la gente lo único que piensa es en llegar rápido al trabajo y estar de vuelta en casa en el menor tiempo posible', explicó Juan Eustacio, quien se gana la vida como vendedor ambulante.

Los limeños se las arreglan, de cualquier manera, para solucionar su movilidad dentro de la urbe. Por ello no es nada anormal que, además de taxis, los ciudadanos paguen hasta por los servicios de motocicletas. Esta práctica, por suerte, aún no está de moda en Panamá.

Para coadyuvar con la movilización durante los actuales Juegos Panamericanos (y los venideros Juegos Parapanamericanos que se escenificarán entre el 23 de agosto y el 1 de septiembre próximos), las autoridades locales, con el apoyo irrestricto de algunas instituciones del gobierno central, idearon una estrategia para que los atletas, entrenadores y periodistas puedan trasladarse con menos trauma desde y hacia los 21 puntos que son sedes de unos 40 coliseos, estadios, piscinas y otras instalaciones para el desarrollo de las competencias.

Por ejemplo, con la incorporación de cientos y cientos de conos anaranjados, existen carriles exclusivos para los autobuses y vehículos que prestan servicios excepcionales para el principal torneo deportivo a nivel del Continente Americano. Cada 300 o 400 metros se perciben policías de tránsito que aplican, de manera estricta, multas y otras sanciones para aquellos juega vivo (en este rubro los peruanos y los panameños parecen gemelos) quienes intentan aprovechar una movilización fluida.

En adición, cuando un grupo de atletas está atrasado para participar en una prueba, de inmediato la policía motorizada se abre paso por delante del autobús porque, en estos Juegos Panamericanos, la puntualidad de los eventos se aplica como un reloj suizo porque la organización del evento no permite esos atrasos tan típicos en las naciones tercermundistas.

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