Christofer Jurado, el ciclista que vive el deporte con pasión

Christofer Jurado creció con el sueño de llegar a ser mecánico de aviación cuando fuera mayor. Sin embargo, las cosas fueron muy diferentes y hoy, devora carreteras y escala montañas con su bicicleta para ganarse la vida.

Jurado, de 24 años, es uno de los pocos ciclistas profesionales con que cuenta Panamá, y el único en su especialidad que está clasificado para los Juegos Olímpicos de Tokio, que se realizarán el próximo año si la pandemia lo permite.

El atleta de origen chorrerano alistó sus maletas para prepararse en Europa, porque también en el horizonte está la temporada profesional en Asia, el campeonato mundial de ruta y, por supuesto, el compromiso en Tokio.

La covid-19 le ha dado una tregua al mundo y, en lo referente a Panamá, ha permitido abrir nuevamente el Aeropuerto Internacional, oportunidad que tomará junto a otros deportistas para proseguir sus entrenamientos y estudios en el exterior.

El Comité Olímpico de Panamá (COP) ha realizado diversas reuniones virtuales con más de una docena de organizaciones deportivas, entrenadores y atletas, con el objeto de reevaluar el plan de preparación para los próximos juegos, señaló una fuente.

Si bien las posibilidades de estar en la máxima competición deportiva mundial se reducen a un puñado de atletas, las reuniones se han celebrado con unas doce federaciones, que representan a más de treinta atletas.

La pandemia no solo obligó al confinamiento cuasi voluntario del mundo, sino también a reprogramar los entrenamientos de los atletas en un lugar totalmente atípico, sus propios hogares.

En el caso de Jurado, convirtió su bicicleta de competencia en una estática y con ella, recorrió cientos de kilómetros en un espacio de su casa que acondicionó con ese objetivo.

A mediados de julio retomó los entrenamientos, tras dos meses de descanso e incluso pudo hacerlo en la carretera, lo que le permitió cumplir con una fase importante de su preparación antes de viajar a España.

En el país ibérico estará internado por dos meses en el centro de alto rendimiento de Sierra Nevada en Andalucía, donde completará su acondicionamiento antes de afrontar la temporada profesional y el mundial, si es que este se celebra.

Jurado forma parte del Terengganu Cycling Team, de Malasia, con el que fichó a finales de septiembre pasado.

“En Malasia aún no han abierto el calendario de carreras, así que los corredores extranjeros miembros del equipo están en sus casas, pero aquí no se puede entrenar”, señaló.

Jurado, medalla de plata en los Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla (2018), tiene siete de sus 24 años enrolados en el ciclismo internacional. Su carrera la inició como junior en España en 2013, pero en los siguientes tres años estuvo involucrado con el equipo Centro Mundial del Ciclismo, de Suiza, que mayormente compitió en territorio francés.

Volvió a España en 2017 y, al año siguiente, corrió oficialmente como profesional con un equipo de Italia, el cual quedó disuelto por falta de patrocinio en 2019 y con ello, dejó sin trabajo al 'escarabajo' istmeño. “Me quedé sin equipo y sin trabajo, porque como eran finales de la temporada, los equipos habían cerrado planillas y fue imposible conseguir un cupo”, explicó. Pero, en septiembre fue contactado por un equipo profesional malayo y tras cumplir con varias pruebas en noviembre y diciembre, firmó contrato con ellos en enero de este año.

“Logré correr con ellos en marzo en solo en una prueba, cuando precisamente empezó todo lo de la pandemia y se nos envió a casa”, recordó Jurado. Ahora, espera que se dé a conocer el calendario de actividades para el resto del año, el cual está seguro será de mucho movimiento porque en ese circuito se corre todo el año.

“Regularmente la temporada se inicia en julio y culmina en diciembre, pero prácticamente hay carrera todo el año a diferencia de lo que ocurre en Europa”, explicó.

El periplo que ha tenido el atleta chorrerano en estos años, lo ha obligado a convertirse en casi un políglota, ya que tuvo que aprender francés en su paso por Suiza, algo de italiano cuando estuvo compitiendo allá y actualmente, se defiende con el inglés en tierras malasias.

“Cuando estuve en Suiza aprendí algunas palabras y frases en francés, porque en la región en la que estaba se hablaba ese idioma, así es que pude hacerme entender”, recordó.

“Hablo un poco más italiano, además de entenderlo, pero ya en Malasia, la verdad es que si acaso dos palabras, por lo que me manejo más con el inglés porque como fueron colonia inglesa, es un idioma común”, añadió.

Chistopher siente que el ciclista istmeño tiene talento “de sobra”, pero le hace falta mucho apoyo y si bien, hoy cuenta con mucho más que en años anteriores, todavía no es suficiente.

“La Federación recibe ahora mucho más apoyo de Pandeportes, lo que permite que haya proyectos como el de competir y el de estudiar, para que los atletas no descuidemos los estudios, como ha ocurrido anteriormente”, indicó.

En lo referente a él, ha combinado su carrera con los estudios, porque está consciente de que la carrera de un deportista es mucho más corta que la vida, y de algo tendrá que vivir en el futuro.

Sobre el particular, dijo que desearía estar siempre vinculado al deporte, “porque es algo que me gusta y hago con pasión”.

Precisó que también hay una tarea pendiente con los técnicos locales, a los cuales hay que actualizar “porque todo va avanzando, hay mucha tecnología y mucha matemática”, matizó.

En esa línea, cree que sería conveniente contratar un técnico extranjero, que ayude tanto al deportista como al entrenador local.

Reconoce que tanto en Colombia como en Costa Rica hay muy buenos entrenadores, que podrían ayudar al ciclismo panameño. No obstante, se decantó por uno de Europa, sede de las competencias más exigentes de este deporte.