Brown, LaBeach, López y Laguna, atletas de siempre

Actualizado
  • 18/01/2021 00:00
Creado
  • 18/01/2021 00:00
Es cierto, quizá se crea que en una lista tan selecta como esta, nombres podrían sobrar, pero si buscamos que hayan destacado en sus tiempos y que aún hoy se les recuerde, ese es otro asunto
LaBeach. Recordado principalmente por sus dos preseas de bronce en las Olimpiadas de Londres (1948).

Los nombres de Panamá Al Brown, Lloyd LaBeach, Héctor López e Ismael Laguna llegan a mi mente sin mayor esfuerzo, cuando escudriño en esta acerca de nombres de atletas que han superado la barrera del tiempo.

Es cierto, quizá se crea que en una lista tan selecta como esta, nombres podrían sobrar, pero si buscamos que hayan destacado en sus tiempos y que aún hoy se les recuerde, ese es otro asunto.

Panamá es un país bendecido en ese sentido, ya que cada una de las naciones latinoamericanas, por ejemplo, tiene un listado de excelsos atletas, pero no todos han trascendido internacionalmente.

Los cuatro tienen varias cosas en común, una de ellas es haber brillado en épocas de mucha desigualdad y discriminación.

También podría afirmarse que no mencionar nombres, como los de Roberto Durán o Lafitt Pincay, sería injusto, pero no es así. Ambos, de una forma u otra, extendieron sus carreras hasta épocas muy recientes.

La idea jamás será la de desmeritar la labor de uno u otro atleta, sino por el contrario, dejar sentado mi respeto por quienes alguna vez llevaron el nombre de nuestro país a lo más alto, nada más.

Siento que está de más ponerse a escudriñar si fue en el campo amateur o profesional. No creo que a nadie se le haya ocurrido pensar eso, en los momentos en que escuchamos sus nombres, narrar sus triunfos y, de paso, que se mencionara el nombre de Panamá. Como diría el Manco de Lepanto en la voz de Sancho: “Allí está el toque”.

Panamá Al Brown
Panamá Al Brown

Si hay una figura a quien Panamá le debe el ser conocida internacionalmente siendo aún una joven república, es al colonense Alfonso Teófilo Brown, el 'Kid Teófilo' o Panamá Al Brown (1902-1951).

Boxeador de una dramática existencia, ganó el primer título mundial para un latinoamericano en 1929, y su excepcional talento lo llevó a ser reconocido como uno de los mejores pesos gallo (118 libras) de todos los tiempos.

Para alguien relacionado con el deporte no sería difícil recordarlo. El nombre de una las principales (y por cierto, más deteriorada) instalaciones deportivas en Colón, es precisamente la arena 'Panamá Al Brown', que algunos también conocen como Arena de Colón.

Sus biógrafos afirman que su carrera pudo ser más productiva, si no lo hubieran obligado a pelear casi todo el año, hasta dos veces en un mismo mes e inclusive lesionado.

Lloyd LaBeach

Lloyd LaBeach (1922-1999) fue otro atleta que jamás renegó de sus raíces y que, a pesar de que vivió un tiempo en Jamaica, la tierra de sus padres y estudió en Estados Unidos, optó por representar a su país.

Su nombre se recuerda principalmente por sus dos preseas de bronce en las Olimpiadas de Londres (1948), que significaron las dos primeras medallas para un velocista latinoamericano en una competencia de esa magnitud.

No obstante, unos años antes ya se destacaba en las pistas locales e internacionales, e impuso o empató récords mundiales en los 100 y 200 metros, pero que por diversas razones nunca fueron homologados.

Ganó innumerables medallas en juegos Bolivarianos y Centroamericanos y del Caribe, cuando Panamá era considerada una potencia atlética.

LaBeach fue una de las primeras figuras en las universidades de Wisconsin (1945-1946) y de California (1947), donde no solo tuvo que batallar en las pistas, sino fuera de ellas, por la discriminación.

Héctor López

Héctor López (1929) fue el rostro perfecto para representar el poder ofensivo que esgrimió la novena de Colón en los nacionales de béisbol entre 1948 y 1950.

En la temporada de 1948 fue el máximo jonronero del torneo al batear siete, tres de ellos frente al equipo chiricano en el recién estrenado parque Sucre, de David, y otros dos ante Veraguas.

Sin embargo, López no solo contó con una excelente ofensiva, sino con un muy buen guante que le permitió ser figura en el béisbol profesional istmeño, con el Cerveza Balboa, y en el de Estados Unidos.

Al igual que sucedió con sus paisanos, su crecimiento profesional en tierras norteñas en los años 50 fue difícil, pero su calidad le permitió salvar barreras y ser figura estelar con los Yanquis de Nueva York, donde jugó por ocho temporadas.

Héctor López

Desde que estuvo en las ligas menores, donde obtuvo el premio al novato del año de la Liga Internacional en 1954 al batear para promedio de .316 con el Ottawa, demostró a propios y extraños su categoría.

Su carrera en las mayores, primero con los Atléticos de Filadelfia (Kansas City) y luego con los Yanquis, fue fructífera, mucho más con estos últimos donde llegó a convertirse en su patrullero central, cuarto bate, y con quienes jugó varias series mundiales.

Su conexión con Panamá ha sido tan estrecha que fue condecorado por la presidenta Mireya Moscoso; dirigió al Carta Vieja cuando ganó el título en la temporada 2001-2002; le fue dedicado un nacional mayor, y dirigió a Panamá en el Clásico Mundial de 2009.

Ismael Laguna

Ismael Laguna, el 'Tigre' de Colón (1943), es uno de los más grandes ídolos que tiene el deporte istmeño, reconocido por su fino esgrima y excelencia pugilística.

Laguna fue un boxeador clásico, que logró obtener en dos ocasiones el cinturón de los pesos ligeros (1965 y 1970), en una época en que aún se recordaba con nostalgia a Brown.

No obstante, si los campeones gallo Eder Jofre (1961) y pluma Ultiminio 'Sugar' Ramos (1963) le hubieran dado la ansiada oportunidad, es posible que no solo se hubiera convertido en monarca mucho antes, sino en el primer latino en obtener tres coronas en diferentes divisiones.

Muchas personas afirman que tanto Jofre como Ramos evitaron siempre enfrentar a Laguna, a pesar de que estuvo entre los primeros retadores de ambos.

Laguna, al igual que Brown, jamás fue noqueado, y algunos de los pleitos en que perdió o que empató, fueron considerados 'robos a mano armada'.

Sin embargo, lo más terrible de todo es que en varios países donde actuó fue víctima de la discriminación, debido al color de su piel.

Aún así, su felino estilo y extraordinario boxeo le permitieron superar barreras y alcanzar estratos a donde solo han llegado los grandes.

Efectivamente, las refulgentes historias de estos cuatro héroes del deporte istmeño se siguen recordando, en ocasiones con nostalgia, pero con mucho orgullo.

Lo Nuevo
comments powered by Disqus