A 50 años del oro en los juegos Centroamericanos de Panamá

Actualizado
  • 13/03/2023 00:00
Creado
  • 13/03/2023 00:00
El equipo masculino que ganó la presea de oro en esos recordados juegos, no surgieron y alcanzaron el podio de la noche a la mañana
El capitán del quinteto, Julio Osorio, recibe la copa de campeón del torneo de baloncesto de los juegos.

Panamá ha tenido poquísimos triunfos que lo enaltezcan en los deportes colectivos, por los que, al llegar, significaron un refrescante baño de satisfacción para todo un país.

Esto fue lo que ocurrió con la medalla de oro del quinteto masculino en los XI juegos Centroamericanos y del Caribe, realizados en Panamá en marzo de 1970.

Nuestro país había tenido experiencias exitosas mucho antes en este deporte, pero el hecho de que el común de los panameños estuviera consciente de ello, fue doblemente significativo.

Por ejemplo, en el baloncesto de los juegos Centroamericanos y del Caribe, efectuados entre 1930 y 1962, se lograron una presea de oro, dos de plata y tres de bronce.

Junior Peralta (C) se abraza con Osorio (Izq.), Sinclair (Der.) y algunos fanáticos, luego del triunfo frente a Cuba.

La presea dorada se ganó en 1938 en nuestra capital, pero en una época en la que había una reducida población, y solo con Panamá y Colón imbuidas en los juegos, por lo que su efecto fue mucho menor.

Para que se tenga una idea, en el censo de población nacional de 1940 se registraron a 622 mil personas por 1,4 millones, treinta años después.

Además, el quinteto de 1938 tuvo que compartir su victoria con otras disciplinas que también ganaron oro, incluyendo las féminas de ese deporte, por lo que podría decirse que su triunfo se vio difuminado.

En cambio, la presea dorada de 1970 fue apenas una de las cinco obtenidas como anfitriones, aspecto que ha sido clave para que medio siglo después, aún se recuerde el hecho.

El técnico Pirelli Minnetti (extremo derecho) conversa con sus jugadores, cuando los cubanos toman ligera ventaja en el marcador.

No está de más decir, que ese triunfo en el baloncesto de los juegos Centroamericanos de 1970, constituye uno de los hechos más relevantes de nuestra historia deportiva.

Un equipo con estirpe

Ahora, el equipo masculino que ganó la presea de oro en esos recordados juegos, no surgieron y alcanzaron el podio de la noche a la mañana. Para nada.

La columna vertebral del quinteto venía con historia, surgida un poco antes de esa ocasión, cuando ganaron los Centrobasket de México (1965), San Salvador (1967) y La Habana (1969), y en el ínterin, la presea de bronce de los Panamericanos de 1967.

“En cada puesto existió un hombre de condiciones y en algunos casos más de uno”, señaló el finado Pedro 'Mago' Rivas en su libro 'Dos puntos'.

“Todos estaban preparados desde hace años, gracias a un trabajo llevado a cabo muy científicamente y que ahora se veía los resultados”, añadió.

La presea dorada de 1970 fue obtenida por Eduardo Blades, Davis Peralta, Julio Osorio, Mario Peart, Julio Andrade, Pedro Rivas, Arturo Agard, Herbert Cousins, Ronald Walton, Luis Sinclair, José Morales y Cecilio Straker.

De estos, Blades, Sinclair, Osorio, Peralta, Rivas y Agard, cumplieron el ciclo olímpico, ya que también asistieron al mundial de Yugoslavia de 1970.

Un detalle. Desde los Centroamericanos de Kingston (1962) hasta la actuación en el Centrobasket de Cuba (1969), nuestros quintetos siempre fueron dirigidos por panameños, circunstancia que permitió que fluyera la magia y destreza de los jugadores locales.

No obstante, al llegar el italo-americano Carl Pirelli Minnetti a dirigir al equipo nacional en 1970, algunas cosas cambiaron.

Según Sinclair, Pirelli Minetti encontró un equipo completo, “pero, ordenó ciertas cosas en la parte técnica”.

“Pirelli además de lo que instruía, individualmente fue potenciando la capacidad de nuestro juego”, dijo el ex jugador en una entrevista en febrero pasado.

Pero, esta decisión técnica hizo que algunos jugadores perdieran su 'magia'.

“Pirelli Minnetti le pidió al 'Mago' Rivas menos filigranas y más concentración al momento de encestar”, señaló el periodista colonense Esteban Lan.

Momento memorable

Pero, hay una verdad y es que el triunfo frente a Cuba, selección a la que un año antes se le había vencido en el Centrobasket de La Habana, inmortalizó a la mayor parte de los integrantes de ese equipo.

Y digo, la mayor parte, porque algunos dejaron después la selección y otros culminaron su ciclo competitivo, por lo que se dejó de hablar de ellos.

Fue el 12 de marzo de 1970, en el marco de los XI juegos Centroamericanos y del Caribe, ante un lleno de feria, cuando la selección masculina se repuso de un mal inicio e hizo feliz a miles de fanáticos con la victoria 86 por 81.

“Faltando solo siete segundos, logré robar una bola y en un rompimiento rápido, logré una canasta de bandeja, alcanzando una ventaja de puntos y logrando uno de los triunfos más históricos y más esperados”, recordó Rivas en su mencionado libro,

Efectivamente, fue una victoria esperada y es que, una cosa es ganar fuera de casa y otra, dentro de ella.

“La diferencia fue que el público estuvo presente, apoyando al equipo, porque el valor del oro, depende del esfuerzo que se haga para conquistarlo, ya sea con trabajo individual o colectivo”, dijo Sinclair.

No obstante, para el ex dirigente del boxeo, Rogelio Pérez, también hubo madurez por parte de quienes conformaron el seleccionado.

“Ahora hay muchos chiquillos que no tienen la fortaleza mental. Hoy pueden estar mejor vitaminados y entrenados, pero la mente no la tienen para ganar ni para ser campeones”, destacó Pérez, quien jugó con la mayoría de los jugadores de la otrora selección.

Entre tanto, el profesor Miguel Prado, quien trabajó como ataché durante los Centroamericanos del 70, destacó que los jugadores le brindaron “un tremendo juego, a quienes los querían ver triunfar”.

“La gente seguía el baloncesto, que ya venía de una buena racha, y quería ver su consagración en esos juegos y lo lograron”, precisó Prado, quien trabajó en esa competición junto al, entonces, joven talento de la música, Rubén Blades.

“Rubén y yo llegamos tarde al estadio el día inaugural y siempre recordaré que, al entrar, el público estaba aplaudiendo y Rubén me dice: 'no sabía que era tan famoso, que entrando ya me están aplaudiendo', pero la realidad era que los actos protocolares ya se habían iniciado”, rememoró.

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