Colombianos no tienen quejas

Actualizado
  • 24/08/2013 02:00
Creado
  • 24/08/2013 02:00
PANAMÁ. Jorge Eliécer Suárez, caleño de nacimiento, conductor de profesión, tiene un Mazda del año 87 y desde hace 8 años llena el tanqu...

PANAMÁ. Jorge Eliécer Suárez, caleño de nacimiento, conductor de profesión, tiene un Mazda del año 87 y desde hace 8 años llena el tanque de gasolina mezclada con etanol, el único tipo de gasolina que se vende en toda Colombia. Suárez asegura que nunca ha tenido ningún problema con su automóvil, que se derive del uso de este combustible.

Pero Suárez, que trabaja en el sector transporte, es plenamente consciente de qué clase de combustible le pone a su carro, lo que no ocurre con muchos de los colombianos con los que pudimos conversar en una breve y agitada visita a Cali y Bogotá —por invitación de la empresa Campos de Pesé— que ni siquiera saben desde cuándo se usa etanol en la gasolina o que la gasolina que se vende en Colombia tenga algún alcohol, pero que tampoco han tenido problema alguno en sus ve hículos.

En Colombia desde 2005 solo se encuentra en el mercado gasolina con 8% de etanol, la cual usa la mayor parte del parque automotor de ese país, aunque también circulan vehículos a gas y a diesel, este último mezclado con biocombustibles como el aceite de palma. Son 7 millones de automóviles que integran el parque automotor de ese país, incluyendo las motocicletas que también usan gasolina con etanol.

‘Mi tierra bonita, mi tierra del Cauca’, se oye en la emisora que el conductor escucha mientras descendemos en la planta de abastecimiento de combustible de Terpel en Mulaló, población cercana a Cali, región cañera por excelencia del país vecino. Allí, según nos explica el jefe de la planta, el ingeniero Jefferson, se reciben tanto la gasolina —a través de la red de poliductos desde las refinerías en la costa Atlántica— como el alcohol que llega en carros cisternas, desde los ingenios de la zona, se los almacena y, finalmente, mezclando ambas sustancias al llenar los carros cisternas, se lo distribuye a todos los surtidores de gasolina del país para su venta al público.

Antes de recibir el etanol se le hacen las pruebas de laboratorio —densidad, punto de chispa y curva de destilación— que certifican que el producto final tendrá las cualidades requeridas para ser mezclado con la gasolina. El etanol que se utiliza en Colombia tiene entre 95 y 97% de pureza. El que se produce en Panamá, tiene 99.5%, según el experto de Campos de Pesé, Luis Fernando Villegas, ‘con el fin de soportar la humedad del ambiente y la que pueda absorber en la manipulación del producto’.

‘En 8 años de distribuir el combustible, no hemos recibido ningún reclamo de estaciones de gasolina por daños que se hubiesen pro ducido por usarla’, asegura el ingeniero Jefferson.

El técnico explicó que el etanol que se agrega a la gasolina en un 8% en el país vecino, multiplica sus propiedades además de tener un efecto detergente; es decir, limpia el tanque de combustible de los vehículos, lo cual no tiene ninguna consecuencia negativa si estos tienen un mantenimiento regular.

Así pareció demostrarlo la g ran cantidad de carros años 60, 70 y 80, especialmente de marca Renault, que circulan por la ciudad de Palmira, centro de los ingenios azucareros de Colombia, a 22 kilómetros de Cali y donde nadie manifestó descontento por el combustible que existe. La única protesta de la cual fuimos testigos fue el cierre de carreteras en contra del alza de los precios de los combustibles, entre otras exigencias de los colombianos.

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