Uno de cada cinco latinos solo conoce la pobreza

Actualizado
  • 10/03/2015 01:00
Creado
  • 10/03/2015 01:00
El nuevo análisis subraya la necesidad de contar con políticas sociales y económicas efectivas para reducir los índices de pobreza

Uno de cada cinco latinoamericanos, o alrededor de 130 millones de personas, no han conocido nada distinto a la pobreza, subsistiendo con menos de $4 al día a lo largo de sus vidas.

Estos son los pobres crónicos de la región, que han permanecido en ese estado a pesar de los avances sin precedentes contra la pobreza de América Latina y el Caribe desde comienzos de siglo.

Su situación se torna más precaria a medida que el auge económico que tanto contribuyó a reducir la pobreza comienza a menguar. El crecimiento del PIB regional se redujo desde un 6% en 2010 al 0.8% estimado para 2014. Esta contracción probablemente elimine uno de los principales motores detrás de la fuerte contracción en la pobreza: un mejor mercado de trabajo.

Un nuevo informe del Banco Mundial, ‘Los olvidados, pobreza crónica en América Latina y el Caribe’, analiza más de cerca a los pobres crónicos de la región, quiénes son y dónde están, y cómo las políticas y el modo de pensar tendrán que cambiar para poder asistirlos de manera más efectiva.

‘La pobreza existe y persiste debido a limitaciones tanto dentro como fuera del hogar, desde la falta de motivación y destrezas adecuadas hasta la falta de servicios básicos como agua potable’, dijo Jorge Familiar, vicepresidente del Banco Mundial para América Latina y el Caribe.

‘En otras palabras, apoyar a los individuos es necesario aunque no suficiente. También es crucial contar con un contexto propicio que proporcione servicios adecuados. Por lo tanto, las políticas sociales y el desarrollo regional deben ir de la mano’.

Pero, ¿quiénes son los pobres crónicos? Tradicionalmente no ha sido fácil responder a esta pregunta debido a la falta de datos que hacen seguimiento a los pobres en el tiempo.

LOS MÁS REZAGADOS

El informe del Banco Mundial, sin embargo, emplea una nueva metodología para arrojar luz en torno a aquellos que han permanecido siendo pobres en América Latina.

Entre los principales hallazgos del informe:

Existen variaciones significativas entre países. Uruguay, Argentina y Chile exhiben las menores tasas de pobreza crónica, con cifras en torno al 10%. En el otro extremo, Nicaragua, Honduras y Guatemala detentan tasas de pobreza crónica significativamente más altas que el promedio regional de 21%, variando de 37 % en Nicaragua a 50% en Guatemala.

Existen variaciones significativas dentro de los países. Dentro de un mismo país, algunas regiones exhiben tasas de incidencia hasta ocho veces más elevadas que la mínima. En Brasil, por ejemplo, Santa Catarina tiene una tasa de pobreza crónica de 5%, mientras que en Ceará es de casi 40%.

El tema es tanto rural como urbano. A pesar de que las áreas rurales exhiben tasas de pobreza crónica mucho más elevadas, dicha pobreza es un fenómeno tanto urbano como rural. De hecho, y teniendo en cuenta números absolutos, las áreas urbanas de muchos países, incluidos Chile, Brasil, México, Colombia y la República Dominicana, exhibieron un número mayor de pobres crónicos entre 2004 y 2012 que sus áreas rurales.

‘Además de enfocarse en acceso a servicios básicos y buenos puestos de trabajo, las políticas también deben tener en cuenta las verdaderas barreras sociales y aspiracionales que los pobres crónicos enfrentan en América Latina’, dice Ana Revenga, directora senior para Pobreza en el Grupo del Banco Mundial. ‘Si no se aborda este asunto, será muy fácil que los más vulnerables sean ignorados por las redes de protección social, independientemente de lo bien enfocados que estén estos programas’.

RECOMENDACIONES

En Perú, por ejemplo, los pacientes con tuberculosis, que habitan mayormente en Lima, eran un 43% más propensos a abandonar el tratamiento antes de curarse si se hallaban deprimidos al momento del diagnóstico.

A futuro, los diseñadores de políticas de América Latina tendrán motivos para repensar el enfoque de sus programas de reducción de la pobreza, haciendo uso de este nuevo análisis para entender mejor quiénes son los pobres crónicos y dónde residen. Será imperativo mejorar la coordinación entre diferentes programas sociales y económicos, así como enfrentar el costo mental y emocional que la pobreza impone en los pobres y en su capacidad de mejorar sus vidas. Solo así se podrá forjar un mejor camino de escape de la pobreza para los 130 millones de pobres crónicos de América Latina.

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