Gasto hormiga

Actualizado
  • 27/02/2016 01:00
Creado
  • 27/02/2016 01:00
Compras impulsivas y aparentemente insignificantes como el café de la mañana, meriendas y golosinas pueden desequilibrar el presupuesto

Usualmente planificamos nuestros presupuestos periódicamente, tomando en cuenta aquellos gastos que representan erogaciones significativas por sus montos: hipoteca, pago de la letra del automóvil, las mensualidades del colegio de los hijos, el pago de los servicios públicos; en fin, desembolsos que constituyen en su mayoría gastos fijos y que deben ser contemplados prioritariamente en cada período respectivo.

Sin embargo, existen los denominados gastos hormiga: se trata de aquellos que por parecer casi invisibles, escapan a la rigurosidad del control que ejercemos sobre nuestros ingresos y a la larga se convierten en una de las mayores dificultades para cumplir con lo presupuestado para cada quincena. Nos referimos, entre otras cosas, a los siguientes ejemplos: el café de todos los días, las meriendas y golosinas, compras impulsivas o a crédito en las que se cargan intereses que encarecen los precios de las cosas adquiridas. Muchos de ellos se han convertido en inadvertidos hábitos de consumo a los que no les prestamos la atención debida y que, con el paso del tiempo, nos pueden perjudicar más de lo que a simple vista y en cortos períodos de tiempo representan.

Posiblemente uno de los principales aspectos por los cuales se dificulta contabilizar los gastos hormiga, es porque se trata de egresos de los cuales no tenemos mayor conciencia ni control, porque se trata de costumbres arraigadas y que se van convirtiendo en grandes fugas de dinero y hasta en los enemigos de nuestro presupuesto.

Se recomienda la elaboración de una lista de los montos de los gastos fijos y los variables, así como la indicación de los ingresos que se perciben y las fechas en las que puede contarse efectivamente ese dinero, la determinación, los porcentajes que representa cada rubro, para poder dimensionar el estado cierto de nuestras finanzas personales y eliminar aquellos elementos sobre los cuales es posible realizar recortes, puesto que no se trata de adquisiciones que deban realizarse de manera inmediata y que no representan una necesidad real, sino un antojo momentáneo.

Incurrimos en esos gastos, porque es precisamente el dinero que tenemos disponible en el momento en que aparece la oportunidad de gastarlo, las monedas de los cambios y los billetes de baja denominación. La buena noticia es que es esta característica de disponibilidad la que podría, por el contrario, convertirse en una oportunidad de ahorro, en lugar de representar un problema, si en lugar de hacer la compra en el momento, nos detenemos a pensar si se trata de la satisfacción de una necesidad o de una simple respuesta a un impulso.

Disminuir cuanto sea posible las compras impulsivas que no hayan sido contempladas, así como las de aquellos bienes y servicios de los que podemos prescindir por el momento y que pudiéramos incluso, incluir en presupuestos posteriormente o simplemente desechar esas ideas tras unos momentos de reflexión y de estudiar el impacto que pudiera tener a largo plazo y asignando cantidades específicas para ser usadas en actividades de esparcimiento.

‘Un consumidor informado tiene poder'

Página web: www.acodeco.gob.pa, @acodecoresuelve y acodecoresuelve.

JEFE DEL DEPARTAMENTO INVESTIGACIÓN AL CONSUMIDOR DE ACODECO

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