BM advierte que Latinoamérica necesita políticas coherentes para superar la COVID-19

Actualizado
  • 12/04/2020 15:25
Creado
  • 12/04/2020 15:25
Entre las acciones luego de superado el virus, los gobiernos deberán apoyar a los más vulnerables, evitar una crisis financiera y proteger los trabajos

A finales de febrero pasado, la COVID-19 —un virus que surgió en China en diciembre de 2019— llegó a América, específicamente a Brasil, con lo que su propagación ha afectado bruscamente las economías de la región. Así lo evidencia el más reciente informe del Banco Mundial (BM).

Según el organismo la región de América Latina y el Caribe experimenta una caída brusca del crecimiento debido a la crisis de la COVID-19, lo que demandará respuestas múltiples en materia de políticas públicas para apoyar a los más vulnerables, evitar una crisis financiera y proteger los puestos de trabajo.

A fin de ayudar a los más vulnerables a sobrellevar la pérdida de ingresos derivada del aislamiento social, los actuales programas de protección y asistencia social deberán ser ampliados rápidamente, así como también su cobertura, de acuerdo al informe semestral titulado La economía en los tiempos del COVID-19, elaborado por la Oficina del Economista en Jefe del BM para América Latina y el Caribe.

Mediante el análisis, el BM recomienda que "al mismo tiempo, es probable que los distintos gobiernos deban respaldar a las instituciones del sector financiero y a las fuentes de empleo más importantes".

Para Panamá el organismo reviso el crecimiento del Producto Interno Bruto a precio a mercado para este año de -2.0%, cuando para la región (excluyendo a Venezuela) caerá -4.6% en 2020, de acuerdo al informe. 

“Debemos ayudar a las personas a enfrentar estos desafíos mayúsculos y asegurarnos que los mercados financieros y los empleadores puedan capear esta tormenta”, dijo Humberto López, vicepresidente en funciones para la región de América Latina y el Caribe. “Esto significa limitar los daños y sentar las bases para la recuperación tan pronto como sea posible”.

En los últimos doce meses, una serie de convulsiones impactaron sobre el crecimiento económico de la región, comenzando por las tensiones sociales, el colapso en los precios internacionales del petróleo y ahora la crisis de la COVID-19. Como resultado, el crecimiento se está viendo afectado.

Como se mencionó previamente, el BM estima que el Producto Interno Bruto de la región de América Latina y el Caribe caerá a -4.6% en 2020. No obstante, augura que para el 2021 habrá un retorno en el crecimiento de 2.6%.

La pandemia del coronavirus está provocando un gran shock de oferta. Se prevé que la demanda de China y los países del G7 decaiga abruptamente, impactando a los países exportadores de materias primas en América del Sur y a los países exportadores de servicios y bienes industriales en América Central y el Caribe. Un colapso del turismo tendría un impacto muy severo en algunos países caribeños.

Muchos países de América Latina y el Caribe se enfrentan a esta crisis con un espacio fiscal acotado. El mayor nivel de informalidad hace que sea más difícil llegar a todos los hogares y proteger todas las fuentes de empleo. Muchos hogares viven al día y carecen de recursos para enfrentar los aislamientos y cuarentenas necesarios para contener la propagación de la epidemia. Muchos también dependen de remesas en rápido descenso. Para ayudar a los más vulnerables a sobrellevar estas dificultades económicas, los actuales programas de protección y asistencia social deben ampliarse rápidamente, así como también su cobertura.

Al mismo tiempo, los gobiernos deberán asumir la mayor parte de las pérdidas. La socialización de estas pérdidas podría demandar una participación accionaria en las instituciones financieras y en los empleadores estratégicos, a través de su recapitalización. Este apoyo será clave en la preservación de puestos de trabajo y en una futura recuperación.

Sin embargo, estos procesos deben ser transparentes; también deben establecerse mecanismos para gestionar los activos recién adquiridos, tomando como base las mejores prácticas de los fondos soberanos de inversión y las sociedades de gestión de activos.

“Los gobiernos de América Latina y el Caribe enfrentan el enorme desafío de proteger vidas y al mismo tiempo limitar los impactos económicos”, dijo Martín Rama, economista jefe del BM para la región de América Latina y el Caribe. “Esto requerirá políticas dirigidas y coherentes en una escala raras veces vista anteriormente”.

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