Tasa de desempleo en la región podría crecer a 11.5% a final del 2020

Actualizado
  • 22/05/2020 21:28
Creado
  • 22/05/2020 21:28
Se estima que 11.5 millones de personas más entrarán a la lista de desempleados en 2020, según las estimaciones de la OIT y la Cepal

Se estima que la pandemia del nuevo coronavirus, que afecta a América Latina y el Caribe en un momento de debilidad y vulnerabilidad macroeconómica, podría aumentar la tasa de desempleo a 11.5% para finales de 2020, lo que equivale a más de 11,5 millones de nuevos desocupados.

Así lo proyecta la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el informe “Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. El trabajo en tiempo de pandemia: desafíos frente a la enfermedad por coronavirus (Covid-19).

En el trabajo, publicado el 20 de mayo, la Cepal advierte que el fuerte incremento de desempleo en la región estaría marcado por una fuerte contracción económica, la cual se situaría en torno al 5.3% del PIB regional. Un duro golpe a la economía regional que también podría sacudir el mercado laboral en Panamá, según los especialistas locales.

Los expertos advierten que en la medida en que la pandemia se alargue y las medidas de distanciamiento físico continúen siendo necesarias, cabe esperar que la contracción sea “mayor” que la proyectada y que el efecto sobre el desempleo sea todavía “más grande”. 

Según las últimas estimaciones de la OIT, la crisis causará una reducción de alrededor del 10.3% de las horas de trabajo en el segundo trimestre de este año, lo que equivale a 31 millones de trabajadores a tiempo completo (suponiendo un tiempo de trabajo de 40 horas semanales).

Junto al aumento de la desocupación, los organismos  esperan un marcado deterioro de la calidad del empleo y una repercusión en los indicadores sociales, con un probable incremento en los niveles de pobreza y pobreza extrema.

Sin embargo, el impacto en los mercados laborales de cada país de la región dependerá, entre otras cosas, de la estructura productiva, la composición del empleo de cada sector y de los mecanismos de apoyo económico que existan o se creen para los trabajadores de este sector.

Por último, también hay que considerar que el impacto en los mercados laborales regionales dependerá de la capacidad de los países de adaptarse a nuevas formas de trabajo.

Entre las áreas que se verán gravemente afectadas se encuentran las relacionadas con el turismo (aerolíneas, alojamiento, restaurantes y hoteles), el comercio y la industria manufacturera, así como las actividades inmobiliarias y administrativas.

Otros sectores que también soportarán un impacto medio-alto son el transporte y almacenamiento y las actividades de entretenimiento y culturales.

En América Latina se estima que un 42.4% del empleo se encuentra en sectores de riesgo alto y otro 16.5%, en sectores de riesgo medio-alto. “La probabilidad de que estos trabajadores vean reducidas sus horas de trabajo, sufran recortes salariales o pierdan el empleo es elevada”, alertan.

Mientras que algunos de los sectores en los que el riesgo de paralización de la actividad se considera medio-bajo, están la educación y la salud, aunque hay que tener en cuenta que este menor riesgo de pérdida de empleo no implica que las condiciones de trabajo no se vayan a ver afectadas.

En síntesis, los organismos sostienen que “el desafío es enorme. “La crisis está ejerciendo una presión considerable sobre los marcos institucionales y la capacidad de articulación de las políticas económicas y sociolaborales en todos los países, que trabajan para mitigar sus efectos sanitarios, sociales y económicos. Los gobiernos, las empresas y los trabajadores deberán adaptarse a fin de encontrar alternativas seguras para conservar el empleo”. 

Desempleo en Panamá

Aunque el informe de la Cepal y la OIT es a nivel regional y no da cifras específicas de Panamá, el consultor laboral René Quevedo prevé que el impacto de la desocupación laboral en el país “será mayor, probablemente de alrededor del 20%, lo que implicaría unos 400 mil desempleados, en contraste con los 146 mil del año pasado”.

Sustentó que, en específico, el Covid-19  impactará a siete sectores de la economía (comercio, industria, logística, hoteles/restaurantes, entretenimiento, servicios financieros y servicios de apoyo administrativo), que en su conjunto representan más de 878 mil empleos, de los cuales el 55% (482 mil) son asalariados, y aportaron tres de cada cinco nuevos empleos generados en los últimos cinco años.

Estima que el 85% de la pérdida de empleo se dará en el comercio, industria, logística, Turismo y entretenimiento; y que el impacto del Covid-19 sea más severo en las mujeres y jóvenes. “En el sector hotelero y restaurantes, 2 de cada 3 empleos son mujeres”, remarcó.

Y es que para el consultor laboral, “si aplicamos una regla de tres simple para Panamá (4 millones) estamos hablando de medio millón de empleos que se van a perder”.

“Yo espero un impacto severo, concentrado en áreas urbanas (cuatro de cada cinco empleos en los siete sectores en riesgo se encuentran en Panamá, Panamá Oeste, Colón y David)”, expresa Quevedo, afirmó Quevedo a La Estrella de Panamá.

De hecho, el fin de semana pasado (17 de mayo), en el programa Radar de la Televisora Nacional, la ministra de Trabajo y Desarrollo Laboral, Doris Zapata, confirmó que se tienen registrados 200 mil contratos suspendidos y que dentro de esa cifra “no” están registrados los que han terminado su relación laboral, en medio de la pandemia.

“Ya hay 200 mil contratos suspendidos registrados en el Mitradel (Ministerio de Trabajo y Desarrollo Laboral), a lo cual se suman por lo menos otros 200 mil contratos suspendidos y no registrados. Es decir, que a la fecha tenemos unos 400 mil contratos suspendidos (empleos asalariados privados), comentó Quevedo.

Igualmente, el Mitradel proyecta que el desempleo en Panamá termine el año 2020 con un incremento del 20%, más del doble del porcentaje de inicios de 2019, cuando se situó en 7.1%.

Sobre el particular, la presidenta de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresas  (Apede), Mercedes Eleta de Brenes, reconoce que en este contexto de crisis ninguna empresa, posiblemente, va a poder volver a emplear o reabrir con la totalidad de su planilla.

“Eso quiere decir que en principio (los 200 mil empleados con contratos suspendidos) siguen empleados sin recibir un salario porque sus empresas están cerradas. Significa que cuando abramos las empresas, la totalidad de esos empleados tienen por ley que ser re-contratados, pero eso no va a ser posible porque no tienen los recursos financieros para hacerle frente a reincorporar la totalidad de esa plantilla”, expresó Brenes esta semana en los noticiero de la Televisora Nacional.

Estrategias

El sistema de las Naciones Unidas ha elaborado un marco para la respuesta socioeconómica inmediata a la Covid-19 y el camino hacia una nueva normalidad, referida a cinco áreas de trabajo prioritarias:

1) Garantizar la disponibilidad de servicios sanitarios esenciales y proteger los sistemas de salud.

2) Ayudar a las personas a sobrellevar la adversidad a través de servicios de protección social básica.

3) Proteger los trabajos, las pequeñas y medianas empresas y a los trabajadores informales a través de apoyo financiero y programas de recuperación.

4) Guiar el estímulo fiscal y financiero necesario para que las políticas macroeconómicas protejan a los más vulnerables y fortalezcan las respuestas multilaterales y regionales.

5) Promover la cohesión social e invertir en sistemas de apoyo y resiliencia dirigidos por la comunidad. Estas cinco áreas de trabajo deberán estar basadas en los imperativos de la sostenibilidad ambiental y la igualdad de género, a fin de reconstruir un mundo mejor y más resiliente (Naciones Unidas. 

Aunado a estas estrategias, Quevedo propone otras recomendaciones encaminadas a buscar soluciones y generar más empleos a futuro:

1) Llamar a la unidad.

2) Basarnos en cifras. 

3) Independientemente de todos los graves problemas que tiene el país (corrupción, falta de transparencia, institucionalidad, etc.), debe abrirse un diálogo sobre qué vamos a hacer para generar empleo en los próximos meses, con ideas concretas y realistas.

 4) Liderazgo que nos una, no que nos divida. Es momento de consensos, no de reproches. Dividirnos sólo favorece al virus. 

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