El próximo gobernador del BoJ apunta a la continuidad de la flexibilidad monetaria

Actualizado
  • 24/02/2023 09:01
Creado
  • 24/02/2023 09:01
El banco central japonés se enfrenta a una presión creciente de los mercados financieros para que modifique su política monetaria

El próximo gobernador del Banco de Japón (BoJ), Kazuo Ueda, apuntó hoy a la continuidad de la política monetaria ultraflexible de la entidad pese a la aceleración de la inflación en el país, una postura bien recibida por la Bolsa de Tokio.

Ueda, de 71 años, compareció este viernes por primera vez en el parlamento en el marco del proceso de aprobación de su nombramiento y, aunque reconoció la presión que está ejerciendo la inflación (el IPC nipón subió un 4,2 % en enero), defendió la política monetaria laxa del BoJ para evitar una recesión ligada a su endurecimiento.

"Considero que la política actual del BoJ es adecuada", declaró Ueda, que cree que las medidas actuales de la entidad son necesarias para lograr que la inflación se sitúe "de forma sostenible y estable" en torno al 2 %, a la par que una subida salarial, aunque reconoció que para ello "todavía es necesario tiempo".

Ueda dijo ser consciente de que las medidas ultraflexibles del BoJ, que incluyen tipos de interés negativos a corto plazo (-0,1 %) y un control de la curva de rendimientos, "producen algunos efectos secundarios", pero son necesarias para conseguir sus objetivos.

El académico, que formó parte de la junta de política monetaria del BoJ hace casi dos décadas, se comprometió no obstante a analizar los pros y contras de las medidas adoptadas durante los últimos 25 años y adoptar las medidas necesarias según la evolución económica.

El banco central japonés se enfrenta a una presión creciente de los mercados financieros para que modifique su política monetaria, dados algunos de sus efectos secundarios perniciosos, como las distorsiones en los mercados de bonos.

Al ser preguntado sobre la posibilidad de cambiar la estrategia actual de control de la curva de rendimientos estableciendo, por ejemplo, vencimientos inferiores a los diez años actuales, Ueda dijo que es "una opción" posible, aunque evitó concretar medidas al respecto, señalando la existencia de otras herramientas que también merecen estudio.

Ambas cámaras parlamentarias deben aprobar el nombramiento de Ueda para asumir el mandato del BoJ tras el vencimiento el próximo 8 de abril del mandato de su predecesor, Haruhiko Kuroda.

La primera comparecencia parlamentaria de Ueda era especialmente relevante para los mercados financieros, que buscan en sus palabras pistas sobre la dirección de la política del banco central japonés en su primer cambio de liderazgo en una década, para saber cómo busca guiar a la entidad en el tumultuoso camino a la normalización.

Los comentarios de Ueda fueron bien acogidos por los inversores en la Bolsa de Tokio, donde su selectivo de referencia, el Nikkei, subió un 1,29 %. El principal mercado financiero nipón abrió ya al alza, pero amplió ganancias de forma significativa por su comparecencia.

"Cuando mi nombramiento como gobernador del BoJ sea aprobado, tomaré las medidas necesarias colaborando estrechamente con el Gobierno para poder crear una estructura económica que permita a las empresas subir salarios de forma continua, no temporal, mientras observamos los movimientos de la economía y los precios", dijo Ueda.

"La estabilidad de los precios es una infraestructura importante. Garantizarla es la función principal del BoJ", declaró el japonés, que insistió, como ha venido haciendo el propio Kuroda, en que la actual subida de precios en el país se debe al encarecimiento de costes, y no a una deseable demanda interna sólida.

La inflación en Japón se encuentra en niveles de hace 41 años y su subida está por encima de la meta inflacionaria desde abril de 2022, pero el BoJ se resiste a modificar su política monetaria (salvo un aumento del margen para los bonos acometido el pasado diciembre) por considerarlo producto de factores externos y transitorios.

Sobre las dificultades en la entidad emisora nipona para lograr su meta inflacionaria actual, adoptada en 2013 por su predecesor y todavía gobernador del BoJ, Haruhiko Kuroda, Ueda señaló tres factores que han obstruido su consecución.

En primer lugar citó factores externos como la crisis financiera global desatada por la quiebra en 2008 de Lehman Brothers, que impactó negativamente en la intervención financiera.

En este escenario, la política financiera en el país tuvo poco margen para innovar y a ello se sumaron unos consumidores y empresas acomodadas en la deflación imperante durante décadas en el país.

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