Zakaria: Obama piensa en empleos, no en la deuda

NUEVA YORK. Lo s demócratas están finalmente listos para pelear - con el presidente Obama. Habiéndose desesperado ante la entrega de Oba...

NUEVA YORK. Lo s demócratas están finalmente listos para pelear - con el presidente Obama. Habiéndose desesperado ante la entrega de Obama al aceptar el acuerdo de deuda propuesto por el Tea Party, ahora lo critican por ser demasiado cauteloso en sus propuestas para impulsar el crecimiento del empleo en Estados Unidos

Tienen toda la razón cuando expresan que Obama debería presentar al público una clara distinción entre sus esfuerzos y la pasividad absoluta del Partido Republicano frente a una crisis nacional de empleo. Pero quizás, Obama se da cuenta de que el factor de mayor importancia que sin duda ayudará a su reelección – y a las perspectivas de los de los candidatos demócratas en general- es un aumento del empleo. Y para tener cualquier impacto en la economía actual, Obama necesita propuestas que puedan pasar a través del Congreso, en vez de propuestas que sólo suenen bien en televisión.

El problema que enfrenta el país es más grave de lo que la gente cree. Va más allá de los problemas de endeudamiento que sin duda reducen la recuperación. En junio, el Instituto McKinsey Global publicó un informe revelador llamado ‘Una economía que funciona: creación de empleo y el futuro de Estados Unidos’. Allí se señala que durante 20 años, Estados Unidos tuvo grandes dificultades a la hora de crear puestos de trabajo. Después de cada recesión desde la Segunda Guerra Mundial, una vez recuperado el producto bruto interno a los niveles de pre-crisis, el empleo también regresaba a esos niveles en un plazo de seis meses.

ANTECEDENTES

Hasta el año 1990. En la recesión que comenzó en ese año, los puestos de trabajo resurgieron 15 meses después de la recuperación del producto bruto interno. En la recesión de 2001, el mismo proceso tardó 39 meses.

¿Y ahora? Desde el comienzo de este año, el producto bruto interno de Estados Unidos ha vuelto a sus niveles de pre-crisis- pero con 6.8 millones menos de trabajadores. Con el ritmo actual de creación de empleo, se tardará 60 meses- ¡cinco años!- para que el empleo regrese a los niveles de pre-crisis.

Incluso estos números ocultan el problema. El ganador del Premio Nobel de Economía Michael Spence ha hallado que, de los 27 millones de empleos creados entre el año 1990 y 2008, el 40% de ellos fueron dentro del gobierno y atención de salud- sectores que no pueden continuar creciendo a su ritmo anterior. Mientras tanto, el crecimiento en los puestos de trabajo en los sectores que producen bienes y servicios tales como productos manufacturados, servicios de ingeniería y consultoría – que representaron más de 34 millones de empleos en 1990- ascendió a apenas 600.000 durante el mismo período de 18 años.

¿Por qué sucede esto? Nadie sabe a ciencia cierta, pero parece como si los tiempos coincidieran con las dos olas gigantes que han empujado a la economía global desde 1990.

La primera, es la tecnología de la información, que en la década de los 80 se caracterizó por su función restringida de procesamiento de datos, y luego pasó a simplificar todos los aspectos de cada negocio. Hoy día, los programas de computación que realizan búsquedas conceptuales se utilizan en los estudios jurídicos para leer y codificar documentos, sustituyendo a las decenas de jóvenes que solían contratarse para realizar esa tarea, junto con la generosa remuneración que percibían.

El segundo gran cambio es, por supuesto, la globalización, que ha creado una oferta mundial que permite a las empresas realizar nuevas inversiones en lugares donde el trabajo es barato, y las nuevas clases medias que emergen están ansiosas por consumir sus productos.

Los resultados fueron muy buenos para las empresas estadounidenses, pero estas mismas fuerzas pusieron grandes presiones sobre el trabajador estadounidense. La decadencia en la educación estadounidense llevó a que los habitantes sean menos capaces de competir en un mundo en el que las habilidades son el único camino para conseguir empleos con altos salarios. Si vamos a resolver este problema, será necesario que la creación de empleos sea nuestro Trabajo Número UNO, el más importante. Todo lo que hacemos como país debería estar orientado a la tarea central de fomento de empleo. Algunas de estas cosas van a implicar gasto del gobierno.

Un banco de infraestructura que utilice las bajas tasas de interés actuales, que incluya al sector privado y elija proyectos basados en los méritos, no en el clientelismo, es una de las mejores ideas que salieron de Washington en años. Obama debería llevar sus propuestas al país y presionar por un proyecto que logre la reconstrucción de Estados Unidos.

Pero hay muchas políticas gratuitas que podrían impulsar la creación de puestos de trabajo. El turismo es una de las industrias de mayor crecimiento de Estados Unidos, y sin embargo, debido a los exagerados temores hacia el terrorismo, la burocracia y la política, durante la última década perdimos participación en el mercado del turismo mundial.

Deberíamos hacer que la obtención de visas por parte de los turistas sea más sencilla, y trabajar duro para que se sientan bienvenidos. En palabras de Frits van Paasschen, Jefe Ejecutivo de Starwood Hotels, los turistas son un programa de estímulo en camino. La clave- está en subordinar la política a una meta nacional de creación de empleo. En este momento, un inteligente programa para racionalizar el proceso de patentamiento. lo cual podría desatar la creación de miles de empresas, está languideciendo en el Congreso, no por una oposición de principios, sino debido a la existencia de rivalidades entre los integrantes del comité del Congreso. No podemos seguir haciendo esto.

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