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- 17/02/2014 01:00
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COLOMBIA. El presidente colombiano Juan Manuel Santos expresó su indignación por los escándalos de corrupción dentro del ejército y exigió a la Fiscalía General investigar las denuncias hechas por una revista local, sobre contrataciones fraudulentas coordinadas por un coronel en prisión.
Son ‘muy graves los hechos de corrupción que se han denunciado al interior del ejército. Le he dado instrucciones al ministro de Defensa para que de inmediato proceda con las decisiones contundentes y ejemplarizantes a que haya lugar’, dijo Santos, y pidió a los órganos de control del país que acometan las indagaciones, en lugar de la justicia militar.
La revista Semana denunció en la víspera la ‘asignación de millonarios contratos de diferentes unidades militares, donde se habla de sobornos de hasta el 50%’ entre distintos oficiales militares y en distintas unidades castrenses.
El ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, coincidió con el presidente en la gravedad de las denuncias y dijo que el gobierno no tolerará ‘la corrupción en ningún caso ni en ningún sentido’. ‘Se está haciendo un análisis juicioso para poder tomar las determinaciones que sean necesarias, y que de manera oportuna sabremos comentar y explicar’, destacó Pinzón en Cartagena, donde se reúne con el canciller británico, William Hague.
Basada en cientos de horas de grabaciones capturadas entre 2012 y 2013, Semana indicó que la pieza central en la presunta red de corrupción es el coronel Róbinson González, detenido desde el 2012 por una denuncia de la ejecución extrajudicial en el 2007 de dos hombres a los que reportó falsamente como guerrilleros abatidos en combate en el departamento de Caldas, en el este del país. El escándalo salpica también al actual comandante de las fuerzas armadas militares, general Leonardo Barrero, quien en un par de grabaciones aparece hablando familiarmente con el coronel Róbinson. La denuncia es la segunda que salpica a los militares sobre presuntas ilegalidades, después de que el 3 de febrero el mismo semanario revelara que agentes de inteligencia del ejército mantuvieron desde fines del 2012 a fines del 2013 un centro de acopio de datos como mensajes de texto y correos de funcionarios públicos.