Las encuestas, bajo lupa en Brasil

Actualizado
  • 04/10/2022 00:00
Creado
  • 04/10/2022 00:00
El país sudamericano celebró este domingo las elecciones presidenciales más polarizadas de su última década. Con el 99,7% de los votos escrutados, el expresidente Luiz Inácio Lula Da Silva obtuvo el 48,34% de los votos válidos, frente al 43,28% del mandatario Jair Bolsonaro, quien aspira a su reelección. La elección por la Presidencia de Brasil se definirá el próximo 30 de octubre
Simpatizantes del expresidente y candidato presidencial Luiz Inácio Lula Da Silva se congregan para escuchar un discurso del candidato hoy, en la avenida Paulista de Sao Paulo (Brasil).

Las encuestas demoscópicas han entrado en el punto de mira de Brasil tras la sorpresa de este domingo, cuando el presidente Jair Bolsonaro y varios de sus aliados regionales salieron de las urnas más fortalecidos de lo esperado.

El descrédito de las encuestas entró de lleno en la campaña electoral para la segunda vuelta y se ha convertido en una nueva arma para el bolsonarismo tras los resultados de este domingo.

Los sondeos anticiparon el resultado de Lula, que quedó a dos puntos porcentuales de la victoria en primera vuelta con un 48,3% de los votos, pero no predijeron el de Bolsonaro, que tomó impulso y cerró la primera ronda con un 43,2% de los sufragios.

“Las encuestas subestimaron la fuerza de Bolsonaro. Eso puede tener relación con el tipo de muestra. Las encuestas se equivocaron, pero lo hicieron encima de la misma lógica”, afirmó en declaraciones a EFE Guilherme Casaroes, politólogo del prestigioso centro de estudios Fundación Getúlio Vargas.

Para Casaroes el resultado tiene, en parte, una lectura en clave regional: los sondeos no consiguieron prever el liderazgo de la derecha en los grandes colegios electorales, principalmente Sao Paulo, el estado más rico y poblado de Brasil.

Allí, la sorpresa la dio el exministro de Infraestructura Tarcísio Gomes de Freitas, militar de la reserva y un fiel escudero de Bolsonaro, quien contrarió las encuestas y pasó con ventaja a una segunda vuelta frente al exalcalde Fernando Haddad, pupilo de Lula y quien sobresalía como favorito.

Otro de los factores que explican la diferencia entre las encuestas y las urnas, según especialistas, sería el llamado “voto útil”. Es decir, una transferencia de votos de última hora del laborista Ciro Gomes hacia el presidente Bolsonaro.

Pese a ser una referencia de la centroizquierda, Gomes, cuarto colocado con un 3% de los votos, ha sido uno de los principales críticos de Lula y en los últimos años ha cobijado bajo su paraguas a muchos electores decepcionados con el progresista Partido de los Trabajadores.

Pese a la inesperada fortaleza de Bolsonaro, los responsables de diversas empresas demoscópicas salieron hoy al paso para intentar explicar por qué fue subestimado en las encuestas el apoyo hacia el capitán de la reserva del Ejército.

En una entrevista a UOL, el primer ejecutivo de la firma Quaest, Felipe Nunes, precisó que las encuestas no son un “pronóstico” y sí un “diagnóstico” de la sociedad.

“Los sondeos tienen un papel fundamental para ayudarnos a entender los movimientos que están por llegar”, señaló Nunes, quien recordó que las últimas encuestas ya sugerían una migración de votos de Gomes hacia el líder de la ultraderecha brasileña.

No obstante, el director ejecutivo de la firma Atlas, Andrei Roman, admitió que las “encuestas se equivocaron”.

“La diferencia de nueve puntos en el Atlas (entre Lula y Bolsonaro) acabó siendo de cinco puntos en el resultado. Necesitamos encarar ese resultado con honestidad”, afirmó Roman en sus redes sociales.

Las encuestas: munición para Bolsonaro

Tras el resultado del domingo, las encuestas han dado munición para Bolsonaro y sus aliados de cara a la segunda vuelta.

Uno de los hijos del mandatario, el diputado Eduardo Bolsonaro, propuso hoy crear una comisión de investigación en el Congreso para investigar “las discrepancias no solo en las intenciones de voto para presidente, como para otros cargos”.

Asimismo, el líder del oficialismo en la Cámara baja, Ricardo Barros, expresó su intención de presentar un proyecto de ley para imponer “castigos severos” a los institutos demoscópicos que se equivoquen más allá del margen de error, que suele ser de dos puntos porcentuales.

“Encuesta publicada la víspera de las elecciones cuyo resultado no coincida con el margen de error es delito”, declaró Barros.

El ministro de la Presidencia en el gobierno Bolsonaro, Ciro Nogueira, orientó a los seguidores del mandatario a no responder encuestas de cara a una segunda vuelta.

“Después del escándalo que cometieron, todos los electores del presidente Bolsonaro solo tienen una respuesta a las empresas de investigación: no responder a ninguna de ellas hasta el fin de las elecciones”, escribió en sus redes sociales.

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